KTM Freeride Eléctrica - ¿Para Quién?
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Principiantes
En primer lugar y sin ninguna duda, para todo aquel que desee iniciarse en el mundo del off road. No puede haber algo que nos facilite más la conducción por los trances comprometidos que nos preparan los caminos, los rastrojos y no digamos ya los senderos de la montaña que una moto completamente automática. Por otro lado, no puede haber una moto con menos complicaciones para arrancar que una que no lo hace, que no arranca. Además, es muy difícil que una moto de campo ofrezca más confianza que la Freeride E, situando su asiento siete u ocho centímetros por debajo de lo habitual en la categoría (910 mm) y, por añadidura, con cuatro kilos menos de peso que las más ligeras. Pienso que para este futuro cliente la Freeride E no tiene rival.
De Domingo
Sí, para aquellos que disfrutan de una salida para practicar el enduro, con una obligada parada para reponer fuerzas, la Freeride E presenta un plan matutino tan válido como sugerente. Te puedes proyectar una salida con subidas rápidas y bajadas más trabajosas, en las que emplear más tiempo (repetimos que el consumo bajando con el gas cerrado es 0 absoluto); de ese modo, puedes plantearte una buena hora y media de enduro para llegar con suficientes ganas de hincarle el diente a un almuerzo durante el que puedes recargar la batería, para hacer después otra hora larga de enduro y llegar a la ducha suficientemente satisfecho.
Ciclista de Descenso
Para empezar, baste decir que el astro de la bicicleta, Danny Macaskill, apareció en esta presentación como el “Embajador de la Freeride E”, un detalle bastante significativo en este sentido que me ponía en antecedentes sobre las aptitudes de esta moto como bici de descenso, y que pudimos confirmar al final, con la inclusión, como ya he comentado, de esa bajada por esa pista diseñada para bicicletas. Sobre la efectividad de la KTM eléctrica en este particular escenario, baste decir que mis compañeros de grupo adelantaron a varios ciclistas dentro de esa pista, incluso yo mismo rebasé a uno de ellos. Pero además de esta circunstancia tan descriptiva, Eva Castro (Vestida de azul y amarillo en la foto inferior), militante durante varias temporadas en la Copa del Mundo de descenso en bici y, a la sazón, compañera en esta presentación, me confirmó mejor que nadie la sugerente oferta que la Freeride E puede representar para ese ámbito, a veces también extremo, del descenso en bici de montaña.
Para alcanzar la salida de cada bajada, los ciclistas emplean los remontes de las estaciones invernales, también furgonetas o pick ups, e incluso algunas bicis incorporan motores eléctricos para apoyar la pedalada en la subida. Con la Freeride E, además del descenso, pueden disfrutar igualmente del ascenso por un sendero, una trialera o cualquier trocha montañera. Es más, posiblemente algunos puedan plantearse hacer la pista de descenso en los dos sentidos, si es que no lo han hecho ya.
El Machaca
He dejado para el final a este personaje (no soy el de la foto) que representa, qué duda cabe, la piedra angular del Enduro. Sí, para alguien que se machaca con entrenos de cinco horas o más, la Freeride E, de entrada, no puede satisfacerle completamente. Sin embargo habría que preguntar a ese esforzado del off road, a ese auténtico atleta de la moto, dónde vive, hasta dónde tiene que desplazarse para ir a entrenar y en qué condiciones legislativas lo hace. Sí, la Freeride E, hoy por hoy no es una moto que le sirva al completo; pero si extendemos un poco, sólo un poco la mente, veremos que este modelo eléctrico abre una nueva senda para liberar finalmente la criminalización que se impuso al enduro a lo largo de los noventa y que se ha recrudecido durante los años que llevamos de este siglo XXI. Sirva como muestra la particular situación, descrita en el epílogo, que vivimos durante esta presentación.