KTM Freeride Eléctrica - ¿Arrancamos?
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Probador: Tomás Pérez
Ficha Técnica: 1,91 m 105 kg, 56 años
Nivel: Piloto a principios de los 90 del nacional de raids y de regionales de enduro, con alguna carrera nacional.
Contacto
Efectivamente, llave de contacto en la parte más alta de la horquilla y al girarla escuchamos un pitido, leve y agudo, como aviso de que la Freerider está preparada. Tras la placa portanúmeros de la versión XC, encontramos el display habitual con la información imprescindible; más sencillo, desde luego, no lo puede ser, pero también es verdad que pertenecía al mundo de la ciencia ficción la última vez que un servidor compitió en un raid o en un enduro. Más abajo y sobre la estribación del depósito que se eleva hasta la pipa de dirección, encontramos la novedad, una rareza de hoy que quién sabe si tal vez se extienda en cuatro días, o en cuatro años, como quien dice, hasta resultarnos tan machaconamente familiar como la pantalla del wathaspp.
Una pequeña columna en el centro con los números 1, 2 y 3 para indicarnos el modo en el que nos va a responder el acelerador. Flanqueando esa columna del nivel, encontramos sendas filas de tres segmentos cada una. Con todas, las seis, encendidas en verde, su color, la batería de la Freeride está entre el cien y el 80%, con cuatro, entre el 80 y el 60% y con los dos últimos, entre el 60 y el 40%, debajo del 1, aparece otro piloto que en naranja indica entre el 40 y el 20%, y finalmente, si cambia a rojo, hemos entrado en el último 20% de la batería.
Arranque
¿La Freerider se arranca? Bueno, pues sí, o al menos KTM nos ha preparado una operación, lo más parecida posible al motor de gasolina. Junto al puño derecho encontramos un pulsador idéntico al que, en cualquier modelo de explosión, activa el motor eléctrico para arrancar el de gasolina. Una vez que has pulsado ese botón de arranque, silencio. Sí, es el ralentí mudo, la sorda latencia del motor eléctrico; una circunstancia a la que no estamos acostumbrados y que debemos tener muy presente, no vayamos a tocar el acelerador, jugando o sin querer, y la Freeride E salga de naja cuando menos lo esperamos. Así es, a partir ese momento, ya puedes girar el acelerador antes de 90 segundos para emprender la marcha. Sí, sí, la marcha contigo encima, partiendo desde el más absoluto silencio.
Confieso que mientras todos los periodistas del grupo recibíamos, ya sentados a horcajadas sobre nuestras Freeride, la última explicación por parte de los responsables de KTM, no me resistí a girar el puño del gas después de haber pulsado el botón de arranque. La respuesta fue instantánea, con un tirón inmediato que, la verdad, tampoco tuve ningún problema en sujetar con un leve toque de la maneta, pero que me sirvió de advertencia para graduar con tacto el giro del acelerador, que, por cierto, monta un recorrido suficientemente largo para dosificarlo en la medida de las necesidades que nos surjan. Es decir, que, antes de arrancar, debemos sintetizar mentalmente ese juego de siempre, acelerador-embrague, en un solo movimiento con el giro del puño.
En Marcha
El motor no necesita tomar temperatura de funcionamiento de una forma específica, ni tampoco aprecié diferencias significativas entre el rendimiento durante los primeros minutos y los últimos de la mañana. Sí es verdad que monta el circuito de refrigeración líquida, con radiadores y bomba incluidos, porque el motor necesita controlar su temperatura.
Por otro lado, tanto el motorista de toda la vida como el ciclista foráneo en el mundo del motor necesitan hacer un ejercicio de mentalización antes de arrancar y durante los primeros metros de la conducción. Para el motorista, no existe pedal ni palanca. Excuso decir al lector que un servidor no lo consiguió, que su ejercicio de mentalización no dio sus frutos porque en el último tramo de pista recorrido en la mañana, después de unas tres horas netas de enduro, todavía se me escapaba el pie izquierdo buscando un cambio inexistente. Es la primera moto eléctrica que pruebo. Y en cuanto al ciclista, sí, encontrará ambos frenos en las manos, pero cambiados de posición: Derecho, delantero; izquierdo, trasero, además de ello, como es lógico, tendrá que forzar ligeramente la postura de sus piernas para alinear los pies sobre la transversal de la moto.
¿Cómo suena la Freeride E? Pues con un sonido de sirena igual al que hemos escuchado muchas veces en una moto infantil; aunque lo mejor, para hacerse una idea, será que el lector visione y escuche el vídeo de esta presentación.
¿A qué huele la Freeride en marcha? Yo no detecté ningún olor, ni en mi unidad, ni en las demás, ni siquiera cuando se alineaban todos en formación para hacer alguna parada con el motor aún caliente. No huele a nada.
Bien. Vamos a tratar de transmitir un análisis que ponga al lector en situación de la forma más directa posible. Para ello, dividiremos el grueso de la prueba en dos partes bien diferenciadas, subida y bajada, separadas por el vadeo de un río en el plano.