Estuvimos en el concierto de Gritando en Silencio en Radio 3

Escrito por Dani Matute el . Publicado en Kustom Kulture

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Música a dos ruedas- Lo cojonudo de escribir sobre música en una revista digital de motos, sin ser crítico ni periodista musical, es que sólo lo hago sobre lo que me gusta. No tengo que ganar reputación para que a los músicos les apetezca ser entrevistados. Y, como no cobro por crítica, no tengo que tragar y ser amable con trabajos infumables. Por tanto, no esperéis equidistancia y mesura cuando me da por hablar de algún artista en concreto. En este caso, de los sevillanos Gritando en Silencio. Así que, sí, os voy a intentar vender a este grupo sólo porque me molan un huevo. El poder usar este tipo de lenguaje también es una ventaja de dónde escribo.


Reconozco que, a pesar de tener cuatro discos en el mercado, no los he conocido hasta este 2019. Mejor dicho, no los había escuchado. Ya sabéis, esa pequeña diferencia entre oír y escuchar. Y me han sorprendido. Por sus letras de amor, por sus letras llenas de perdedores, desesperación y tristeza y por sus letras de crítica y reivindicación social. Por su música también porque, aunque no hacen nada nuevo, lo que hacen lo hacen de puta madre y su rock suena a puro hard rock. Y a rock sureño. Y a stoner. Todo ello mezclado en la coctelera con el Blues (sí, blues con mayúsculas). Además, me caen bien, fíjate tú. Leyendo su historia, cómo empezaron, cómo apostaron en sus inicios por las licencias Creative Commons (buscad Contratiempo y Maldito, sus primeros discos).

¿Vosotros creéis en las casualidades? ¿En el destino? Yo soy demasiado pragmático y prosaico como para recurrir a una explicación tan etérea de lo que nos ocurre. Pero resulta que estaba en pleno proceso de escucha de sus trabajos, paladeándolos lentamente para refrendar racionalmente lo que pasionalmente ya tenía claro, que me gustan y me llegan, cuando me entero de que van a grabar un concierto para Radio 3 y que ellos mismos se encargan de gestionar las invitaciones para verles en Prado del Rey. ¿Casualidad como decía antes? Es posible. Pero si no es porque me dio por seguirlos en redes sociales para completar mi estudio sobre ellos, no hubiese tenido esa información. Por circunstancias azarosas (hostia, al final sí vamos a tener que creer en la suerte) se dio la circunstancia de que podía asistir y llegué a tiempo de pedirles que me incluyeran en la lista de público.
GritandoEnSilencio
Hay que dejar claro que los conciertos de Radio 3 no son conciertos al uso. Realmente es una grabación de un programa con lo que eso conlleva. Por ejemplo, les hicieron parar en un par de canciones porque no habían grabado lo que ellos querían o porque tenían problemas de sonido. Incluso yo sufrí de las exigencias del guión pues me retrasaron y me he echaron a un lado: soy de talla normal pero quizás mi calva deslumbraba con los focos. Me desvío de lo que estaba contando porque lo que quería decir es que el calor, sentimiento y sensaciones no son como las que estamos acostumbrados a vivir en el antro de turno. De hecho, esa frialdad se notaba al principio. El cantante y guitarrista Marcos Molina lo acusó al principio. Como que daba la impresión de timidez y retraimiento, fíjate. Afortunadamente el bajista a la izquierda de Marcos, Alberto Curtido, se encargó de rebajar la tensión con algún chascarrillo e intentado hablar con el escaso público que cabe en el estudio. Al fondo (qué dura es la vida de los bateras) Jorge Correa con las baquetas. A la derecha de Marcos, Miguel Ángel Santos a la guitarra.

Comienzan con un tema de su primer disco, con estribillo cantable y coreable, muy adecuado para un concierto a pesar de su letra de “más de tres renglones”. Adrenalina y energía para ponernos a tono, que es lo que se necesita al arranque de cualquier bolo y más en uno como este. ¿Cómo puede recordar toda esta letra Marcos? “Mírame desnudo” nos golpeó en los oídos y en el pecho. Como curiosidad, contar que les pararon a los diez segundos para que comenzaran de nuevo: queda mejor para el programa que empiecen a tocar mientras el público aún aplaude.

Rebajamos un poco el tono (pero solo el musical que el de crítica social no) y nos regalan “Lágrimas de un paria” de su último disco, “Material Inflamable”. La introduce Marcos al más puro estilo Sabina, con la declamación de unos versos. Nos hablan de los inmigrantes poniéndose en su lugar y la furia del estribillo nos termina de convencer. Es duro dejar tu tierra para ir a otra donde tampoco te quieren.

La distorsión y guitarra stoner de “Rumbo de colisión” sonó como un tren cogiendo velocidad. La violencia del choque del convoy terminó por derribar el poco muro que aún quedaba a esas alturas entre el público y el grupo. De repente, ya no estábamos en un estudio pequeño sino en un garito abarrotado con gente cabeceando, rasgando cuerdas de guitarras imaginarias y disfrutando de esto que llamamos música rock.
“Como si no hubiera más” es la canción más lúdica de su último trabajo, en el que nos aconsejan que la vida hay que exprimirla día a día y que no perdamos el tiempo porque es lo más valioso que tenemos.

Recurrieron a su primer disco “Contratiempo” y nos trajeron una de las canciones más emblemáticas, por lo que he constatado, para los seguidores de la banda, “A la luz de una sonrisa” que marca en el calendario el 22 de abril como día fetiche al igual que el 20 del mismo mes lo es para Celtas Cortos. Que no os engañe el inicio estilo balada que, al final, el tema se acelera.

Pasaron a la canción que eligieron como videosingle para ese “Material Inflamable”. El hard rock muy Josh Homme que rezuma “Sácame de aquí” suena mucho mejor en directo que en el disco. Es un auténtico pelotazo que, en otros tiempos en los que la música rock era mejor tratada en los medios, hubiese sido todo un éxito.

Y al final del concierto (que en realidad no fue el final para los que estuvimos allí) Marcos cambió a su precioso dobro negro y se enfundó el slide para volarnos definitivamente las cabezas con “Volviendo a casa” y su rock sureño. Y no digo sureño por el cuadro andaluz que retrata el tema Sureño por el estilo americano. Y resume genial su filosofía de vida: “quise disfrutar de lo que va este viaje / que para ser uno más es mejor ser salvaje”. Y fin.

Al menos para los que veáis el directo ya sea en la tele o en la página de RTVE. Los afortunados asistentes al programa pudimos disfrutar dos veces más de “A la luz de una sonrisa”. La primera vez fue a petición de los realizadores del programa porque hubo un problema en la grabación con una cámara y no quedó como querían. La segunda vez fue a petición del propio grupo porque pensaban que, ya que había que repetirla, mejor hacerlo a su forma. Es curioso, pero no hubo quejas por parte del público. Más bien al contrario. Los integrantes regalaron púas, baquetas, pañuelos y se hicieron fotos con la gente hasta que los echaron. En total la mayoría se fue de allí contento tras cuarenta minutos de buena música para la hora de comer de un lunes. Otros nos quedamos a tomar un café con algún viejo, viejísimo amigo (besitos, Ricky) que se gana la vida en Prado del Rey por lo que durante poco más de una hora disfruté de la buena música en directo y de los abrazos de amistad. ¿Qué más se puede pedir? Pues poder repetirlo en enero cuando nos visiten en Madrid junto a Kamikazes. Mientras, disfrutad del concierto con el enlace que os pongo por aquí.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/los-conciertos-de-radio-3/conciertos-radio-3-gritando-silencio/5458186/

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