Estuvimos en el Mulafest 2019

Mulafest- Llevábamos dos años sin ir al Mulafest, el rollo playero artificial con música enlatada y sin apenas presencia motera en lo que había derivado no nos decía nada ni veíamos que mereciera la pena contar aquí, pero querido amigo, las cosas han cambiado y de qué manera, todavía resuena en nuestras cabezas el buen rock que hemos vivido y las magníficas motos que pudimos contemplar.

La parte musical dejo que la cuente Dani que para eso es el experto y una puñetera enciclopedia, os contará como el festival se ha unido al Garage Sound y ha sido un acierto rotundo. En lo referente a las motos, pudimos contemplar más de sesenta hierros que un nivel más que interesenate y es que para la ocasión Mulafest acogió una nueva edición del Special Bike Cult, el mayor concurso de personalización realizado en España, cuyo ganador del Best of Show fue Joaquín Montero Espinosa, de Zombi Garage, con un premio de 5.000€ en metálico. Por su parte, Pablo Pérez González, de Dragon Motorcycles , fue el ganador de la sección StreetStyle, Ricardo Córdoba López, de Voodoo Garage, resultó vencedor de la sección Custom y Jaime Martorell Colom se hizo con el premio de FreeStyle. Los ganadores únicos de cada categoría recibieron un premio de 1.000€ en metálico.

Hubo un apartado especial para homenajear a los pioneros de la customización en España y en especial a Ferry Clot, único español que ha sudo bicampeón del mundo del AMD y recientemente fallecido.
Zombie Granada se alzó como la mejor moto del concurso

Dragon Motorcycles , fue el ganador de la sección StreetStyle

Jaime Martorell Colom se hizo con el premio de FreeStyle

La sección de fotografía contaba con una importante exposición en las que se podía contemplar no sólo imágenes creativas, también se mostraban trabajos fotoperiodísticos

El festival acogió una nueva edición de la Madrid Tattoo Convention, con más de 60 tatuadores, llegados de diferentes regiones de España y del extranjero, incluyendo una representativa muestra de profesionales de la tinta procedentes de México. Entre todos los estudios participantes Abian Lamotta, del estudio La Mano Zurda de Madrid, recibió el premio del mejor trabajo de toda la convención.

Los artistas Belin y José Delgado Periñán, crearon sus obras en directo dentro de esta enorme estructura cuyo exterior estaba envuelto en 170 kilómetros de hilos que le conferían por sí misma condición de obra de arte. Los asistentes al festival pudieron ver las obras de estos artistas en tiempo real en la parte externa de este gran cubo, acompañando sus trazos de música, en una experiencia sensorial nunca vista hasta entonces.

Los conciertos
Con unas ganas terribles de vivir la fusión de estos dos festivales, nos fuimos al IFEMA de Madrid. Me ha tocado a mi contar la parte musical. Por desgracia y agenda nos fue imposible estar en todos los conciertos. Aun así, lo que vimos merece la pena ser contado. Pero vayamos por partes.
El viernes asistimos a sendos conciertos de Sínkope y Mägo de Oz.

“Semos extremeños. Semos los Sínkope”
Nada más terminar nuestro primer recorrido entre motos y coches, entre arte y tatuajes, nos fuimos al único escenario del festival. Allí, Vito y los suyos con regalaron 11 canciones que nos supieron a poco, parece que su tiempo era demasiado limitado. De hecho, poco interactuó el de Quintana de la Serena con el público para lo que es habitual. Como todos los artistas en este festival, se encontraron con el problema de la mala acústica del recinto. Pero con el trascurrir de los temas creo que los técnicos medio arreglaron la situación y disfrutamos de las letras y música de los extremeños.
Empezaron con tres canciones de su meritorio último trabajo, El Parque de los Poetas. “Y me da mucha rabia” seguida por “Los bichos que alimento” y una, bastante coreada por el público, “Mi barca y mi mar”. Rock puro y duro y esas historias completas que son cada una de sus canciones.

Pasamos a dos clásicos. Primero con el sufrimiento del viento por no poder rozar a esa mujer, precioso piropo de cinco minutos “Cuando no te pones la falda” con un gran punteo. Tras esto, Vito nos dijo que la droga no está prohibida por ser peligrosa, sino que es peligrosa por estar prohibida, y descargaron “Humo de contrabando” ante la locura del público. Volvieron a su último disco con “Si querer me va a doler” cuya intro merece la pena escuchar varias veces. De nuevo Vito nos habla y nos recuerda el problema de la violencia sobre las mujeres con “Matar se me olvida”.
Y llegados a este punto y antes de enfilar el final del concierto con temas más clásicos, interpretaron “De vuela de na”, tema inédito incluido en su último DVD y donde comprobamos que Vito cada día avanza más en la calidad de sus letras: creatividad, capacidad poética, musicalidad y uniformidad en su trabajo.
Y terminaron a lo grande, con sus acólitos cantando a voz en grito la terna “Le voy a cobrar a tus labios tus miradas”, “A merced de las olas” y el final esperado con “En tarros de miel”.
Nunca habíamos estado en un concierto de estos extremeños y nuestra sensación no pudo ser mejor…Ni peor al mismo tiempo: ¿cómo hemos podido estar tantos años sin verlos en directo?

El plato fuerte de la noche eran Mägo de Oz y su Apocalipsis Tour. Bueno, no es cierto. Al parecer fue más una presentación de su último disco que de su último espectáculo ya que la escenografía completa no se verá hasta el próximo año. De todas formas, en un festival tampoco esperamos que los artistas traigan completo su show.

Empezamos con una intro, sacada de su nuevo disco, Ira Dei, “Jerusalem DC” y vemos que lucen las mismas vestimentas que en las promociones del nuevo disco: una mezcla de piratas y Assassin Creed y con un Zeta que parece Palpatine: muy post-apocalíptico, estilo Mad Max o Postman. Si piensas al principio (como es mi caso, lo reconozco) que es un poco exagerado y parece un poco autoparódico, cuando termina todo te das cuenta de que estabas equivocado y que es parte de lo que Mägo de Oz es y da. Por cierto, muy buena coreografía del grupo necesaria para no molestarse entre sí en el escenario los diez componentes de Mägo. El setlist del concierto fue el ya adelantado en México en la presentación oficial de la gira.
Como hemos escrito en la crónica de Sínkope, el sonido fue mejorable. Imaginamos que la acústica del recinto era mala. Pero también creemos que había un exceso de graves, ya sea bajo, bombo, caja… y que la voz era poco inteligible. A lo largo del festival nos pareció curioso que cuantos más instrumentos estaban en el escenario peor sonaba el conjunto total. Y claro, los Mägo son una tropa importante. Lástima porque son unos artistas mayúsculos, con un saber hacer y una calidad contrastada. Pero a los conciertos además de ver también se va a escuchar. Y si cantan en nuestro idioma presuponemos que vamos a entender todas las letras. De ahí el pequeño amargo regusto en la boca que se nos quedó tras el espectáculo.
Bueno, retomamos las canciones. La primera “El libro de las sombras” para pasar a la primera canción del último disco, “El amor brujo” para dar la bienvenida al apocalipsis y al fin del mundo en palabras de Zeta. Pasó a preguntar si alguna bruja llamada “Xanandra” estaba en la sala. Seguimos en el pasado con “Cadaveria” para volver con “Tu funeral” al último trabajo. Curiosa a continuación la interpretación de “El pacto” por Patricia Tapia (originalmente en la voz de José Andrea). De nuevo intercalaron una de las nuevas, la festiva “Tequila tanto por vivir” (Zeta aprovechó para dar unos tragos de una lata de cerveza) para echar la vista atrás con “Hoy toca ser feliz” y “Hasta que el cuerpo aguante”. Y llegamos al ecuador del concierto con otra del último disco que Zeta se encarga de remarcar que fue compuesta por el teclista Javi Díez: “La triste historia de Jimmy Tiro En el Pie”. No queremos hacer más sangre, pero se agradeció que la letra fuera proyectada en la pantalla tras el escenario para poder entenderla completamente. Con el pico entre Zeta y Josema llega la interpretación de “El que quiera entender que entienda”, bastante coreada por el público allí presente. Mucha gente joven, por cierto, lo que demuestra lo atemporal de este grupo. Y en este punto el protagonismo pasa de nuevo a Patricia y su voz: “Ciudad Esmeralda” y “Opera Mortis” son exclusivamente suyas, sacando a relucir su exuberante voz, atreviéndose incluso a interpretar un par de arias de Puccini. Nos toca desembelesarnos de Tapia para asistir a dos nuevas canciones del Ira Dei. La primera y única vez en todo el concierto que enlazan dos temas seguidos de este trabajo: “Espera en el cielo” (balada que Txus ha compuesto a su perro muerto) y “Te traeré el horizonte”. Si tuviese que apostar por un par de canciones que pudiesen caerse del setlist, me lo jugaba con estas dos. Creo que el bajón fue notorio y hasta el grupo lo notó.
Afortunadamente, la artillería pesada, lo más conocido y cantado de Mägo estaba a punto de hacer su aparición en el escenario. Alzamos nuestras cervezas con “La posada de los muertos” engarzada perfectamente con “Molinos de viento”. Con la peña totalmente loca y entregada hicieron la típica tontería de casi todos los grupos de dejar el escenario aparentando el final del concierto para que la gente entone el “otra, otra”. Pérdida de tiempo y pérdida de climax, pero si todos lo hacen, tendrá su explicación. En los bises o, mejor utilizado, en los encores, subió al escenario la Diva Satánica para hacer las voces guturales y graves en contraposición de la aguda de Zeta en “La cantiga de las brujas”, trallazo perteneciente al Ira Dei. Y nos fuimos a casa con la adrenalina a tope tras los dos clásicazos más cantados y coreados de su extensa discografía: “La costa de los mosquitos” y, como no, “Fiesta pagana”. Tras esto es imposible marcharse de mal rollo por mucho que el sonido no haya sido lo mejor. Habrá que irse a dormir que mañana tenemos más…y adelanto que mejor.
Empezamos el segundo día del festival viendo a los británicos Aaron Buchanan And The Cult Classics. Vamos a ser honestos y reconocer que no conocíamos nada de este grupo. Ni siquiera una canción por lo que fuimos con los oídos vírgenes. Y nos agradó bastante. A pesar de su peinado y vestimenta de niño bien, la actitud de Aaron rozó el punk en todo momento. Y teniendo en cuenta las horas y el poco público que se reunía ante el escenario, consiguió animar y puso toda la carne en el asador para despertarnos: se pasó todo el concierto pidiendo a los presentes que se agruparan y el momento álgido fue cuando saltó el foso e hizo el pino sobre la gente o, mejor dicho, sobre sus manos. Como hiciera el día anterior Zeta de Mägo, también degustó una lata de cerveza en el escenario. Algunas de las canciones que interpretaron fueron “Undertow”, “Left me for dead”, “The devil that need you”, “Fire in the hills of Mayhem”, “Dancing down below” y “Morals”, pertenecientes a su único disco “The Man With Stars On His Knees”

Tras un breve descanso que aprovechamos para hacer lo mismo que Aaron y tomarnos unas cervezas. Visitamos de nuevo el pabellón con las motos y coches para luego asistir, con la boca abierta, al conciertazo que se marcó el guitarrista de Wisconsin, Jared James Nichols. Con su físico mezcla de surfero californiano y dios escandinavo y su maestría en la guitarra nos impresionó a todos. A Jared sí le teníamos bajo nuestro radar pues su último trabajo, “Black Magic” ha sonado bastante los últimos meses en nuestro reproductor mp3. Voy a resultar cansino con el tema del sonido. Junto con el de Tarque, fue el que mejor sonó. No sé si el que sólo tuviésemos tres instrumentos en el escenario además de la voz influyó o no. El caso es que Jared nos arrolló con su sonido rockero y bluesero. “Last change” y “Don´t be scared” marcaron la senda por la que nos íbamos a mover en la siguiente hora. El público que estaba remoloneando por allí comenzó a acercarse pues lo que se oía prometía mucho. Y así fue. Además de tocar la guitarra y demostrar su virtuosismo, sacando sonidos de ella con diversas técnicas, distorsionando al lado de los amplis, golpeando el cuerpo y el mástil de su guitarra, Jared demostró que tiene una voz envidiable para esta música y un carisma y energía que desborda el escenario. Diversos homenajes entre los punteos de sus temas. Por ejemplo, el “Jessica” de los Allman Brothers hizo su aparición encajado perfectamente entre sus temas “End of time” y “Run”. De verdad, tomaros un tiempo en descubrir a este señor. Un músico que nos lo hizo pasar “de puta madre” como el mismo repitió en varias ocasiones. Al terminar su concierto tuvo la deferencia de bajarse a la zona de merchan para firmar cds y hacerse fotos con quien quisiera (mayoría de mujeres, no me explico la razón, jeje)

Rulo y que se supone que han intentado cambiar en los últimos trabajos. Pero nosotros seguimos teniendo esa sensación: disco para jóvenes y directos para rockeros. Hablando de sensaciones, el sonido nos siguió pareciendo horrible: voz poco inteligible. Aún así, muchos seguidores y seguidoras de La Fuga cantando con Pedro todas las letras. Empezaron armando mucho “Jaleo” porque la noche es larga y es lo mejor para pasarla “En vela”. El arranque perfecto para el concierto y para calentar a la peña. Podríamos decir que la sorpresa de la noche fue ver aparecer a Kutxi Romero en el escenario para acompañar a los cántabros en “Maldita”. Pero sería una mentira (o una verdad) a medias. Primero, coincidimos ese mismo medio día en la Feria del Libro de Vallekas con Kutxi (bueno y con Carlos Escobedo, Yosi de Los Suaves y más). Y luego dio la casualidad de que entramos al mismo tiempo en el Ferial. Sabíamos que Kutxi iba a salir seguro, pero no con qué artista. Siguieron “Pa’aquí, pa’allá” e insistimos en el hándicap del sonido, porque a estas alturas, si todo hubiese sonado bien y la fiesta fuese completa y redonda, estaríamos pensando en llamar al jefe para pedir el lunes una “Baja por diversión”. A pesar de todo, la gente no se volvió “Majareta” con su “Humo y cristales”, las que menos conectaron con el público. De todos los artistas de la noche pre-electoral que vivíamos, los de Reinosa fueron los únicos que sacaron su “Bandera” y nos invitaron a pensar porque “podría se posible que a partir de mañana no se pueda pensar libremente”. Luego se pusieron melancólicos y nos recordaron que “No sólo respirar” es vivir. Y que “Para verte sonreir” son capaces de todo, incluso andar “Buscando en la basura” y yendo “Pa’aquí, pa’allá” viviendo más de noche que de día. Cumplieron el objetivo y nos divirtieron bastante.

Y llegamos, en nuestra opinión, a la mejor actuación y al momento más álgido de este día. Don Carlos Tarque con La Asociación del Riff (Carlos Raya a la guitarra, Chapo González al bajo y Coki Giménez a la batería) reventaron el escenario y se comieron vivos a todos. Comenzaron con “Ahora y en la hora” que en directo suena con una potencia enorme. Carlos Raya estuvo impresionante, una actitud muy heavy todo el concierto. Pasaron al homenaje a Tom Petty con “Heartbreaker”. Tarque interactuó mucho con el público. Se notan las tablas. No vamos a entrar en el debate de si es el mejor cantante rock del país pero está claro en tiene que estar en cualquier lista de los mejores. Siguieron desgranando temas de su disco en solitario con “Bailo”, “Juicio final”, una maravillosa “El diablo me acompañará“ con exhibición de Raya incluida en el solo de guitarra. Bajamos un poco la intensidad con la balada “Lobo solitario” y con “Cactus en el corazón” que comienza también lenta para quemarnos en los oídos al final. Llegados a este punto retomaron un tema de M-Clan, el más blusero de los murcianos: “Se hizo de noche cuando te conocí”. Un lujo de tema que en directo suena aún más Led Zeppelin. Se marcaron una versión enorme y rabiosa del “Come together” de los Beatles para visitar de nuevo el legado MClan con “Perdido en la ciudad”. Esto me hizo recordar la primera vez que disfruté de M-Clan: en unas fiestas de Móstoles, allá por el año 95, teloneando a Vargas Blues Band estaban unos jóvenes rockeros de Murcia que aún no tenían disco en el mercado que me noquearon con su música y me ganaron para siempre (bueno, para casi siempre). Cuando salió la Vargas Blues Band, me parecieron un grupo mediocre a su lado, tal fue su impacto en mi. Siguieron con “Una calle sin luz” también del disco “Calle sin luz”. Y terminaron con “Electroshock” muy AC/DC y el final de fiesta de “Donde nace el rock and roll”. Sobresaliente concierto. Nos quedamos tan aturdidos y alucinados que al día siguiente nos acercamos a Boadilla del Monte a ver de nuevo a estos cuatro señores. Ya os lo contaremos en otra entrada.

Y nos vamos al final de fiesta con los madrileños Sôber. Los hermanos Escobedo, Carlos y Jorge, Antonio Bernardini y Manu Reyes, están de gira con su último disco, La sinfonía del Paradysso (si quieres leer reseña pincha aquí). Una gira en la que tocan acompañados de orquesta por lo que este concierto era distinto a los que están haciendo estos meses. Para empezar el espectáculo, Carlos apareció en el escenario montado en una de las Harleys que habíamos visto en la exposición, haciendo ostensible su pose y espíritu más motero. Si a eso sumamos el amor de la banda por los tatuajes, se nos ocurren pocas bandas españolas más adecuadas para estar en el Mulafest/Garage Sound Fest.

Tras la macarrada (siempre me acuerdo de la frase de Jorge Ilegal de que el rock es un ejercicio de arrogancia y chulería) empezamos con "Sombras" a toda potencia. Por desgracia, otra vez pensamos que el sonido no era todo lo perfecto que la ocasión merecía. Siguieron con "Vulcano" de su anterior trabajo y encararon uno de los temas del Paradysso, "Animal". Luego hicieron las delicias de sus seguidores más antiguos con "La prisión del placer". Tras pasar una "Eternidad" nos regalaron "Blancanieve" del maravilloso trabajo que es Letargo para, de nuevo, un guiño a los fans con "Cubos". Llego la parte sensible del show con "Náufrago" un medio tiempo de una calidad superior. Durante todo el espectáculo Carlos interactuó con el público e hizo referencias a los organizadores. Creo que los Sôber se encontraban en su salsa. En esto llegó "Umbilical" un poco sorpresa en el setlist. Volvimos al Paradysso con "Lejos" y "Mis cenizas". Una de las favoritas del público fue "El hombre de hielo". Y así llegamos a su fin de fiesta particular con "10 años" con presentación y solo de los integrantes y el clasicón "Loco". Pero no había terminado la noche. De repente el escenario se llenó de motos, humo, ruido y gente. Gente como Kutxi Romero, Carlos Tarque y Pedro de La Fuga. Y escogieron el clásico de Twisted Sister, "We're no gonna take It" terminando incluso cantando la adaptación en español de su estribillo "Huevos con aceite y jamón". Con el confeti por los aires, el rock en los oídos y el olor a gasolina en el ambiente se dio por terminada una tarde/noche perfecta de rock, motos, tatuajes y alcohol.

Como conclusión, la idea de juntar el Mulafest con el Garage Sound Fest ha sido todo un acierto. Ya hemos reseñado el pero más importante a nuestro entender: el sonido no estuvo a la altura del evento. Sin embargo, la nota final del fin de semana estuvo en un notable alto y nos dejó con ganas de asistir de nuevo el próximo año por la gran organización, el excelente cartel y el gran ambiente que se vivió en el Ferial de Madrid.
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