Volver a los orígenes

Música a dos ruedas- La primera vez que oí cantar a Tarque había ido a ver a la Vargas Blues Band, en su año de éxito, que tocaban gratis en Móstoles. Y su grupo, los murcianos M-Clan era los teloneros y ni siquiera tenían disco en el mercado. Se comieron al Javier Vargas con patatas. Cuando ellos (él) terminaron y salió el Vargas, fue como montar en un scooter después de haber rodado en una custom. De hecho compré el disco en cuanto lo vi en Madrid Rock. (Sigue leyendo)
Bien, pues habrá que estar atentos a lo nuevo de Carlos Tarque, que con sólo los 30 primeros segundos me ha hecho recordar todo aquello.
Atentos porque, a tenor de lo adelantado, vuelve al registro donde su voz más destaca y mejor se desenvuelve: el Rock and Roll. Dejando de lado su etapa más popera y floja (y la más exitosa en radio fórmulas) y la última y meritoria incursión en el rhythm and blues y rock sureño, Tarque vuelve a R&R de los dos primeros discos de M-Clan cuando incluso su imagen nos hacía recordar al gran Robert Plant. En los últimos tiempos se estaba divirtiendo haciendo bolos con su grupo de versiones, Gran Cañón, junto a amigos como Leiva y Ovidi Tormo (Los Zigarros).
Pero ahora va más en serio, con la ayuda de Carlos Raya, famoso guitarrista y productor que le da ese sonido que tan bien le ha funcionado con Los Zigarros. Raya empezó en Sangre Azul, grupo heavy de los 80 de los de pelazo estilo Europe, y luego ha trabajado con los mismos M-Clan, Fito y Fitipaldis pasando por Sabina, Miguel Rios, Antonio Vega, Calamaro, Rot, Quique González…Es decir, le da a todos los palos, aunque lo último deslumbrante es su trabajo con los mencionados Zigarros. Muy recomendables con su rock bandarra, macarra, canalla, chulesco y desenfadado. O sea, rock & roll como mandan los cánones.
¿Por qué con la voz que tiene este señor hemos tenido que aguantar Carolinas y Sopas Frías?
Por cierto, ya me gustaría que me invitasen a alguna fiestecilla en el refugio de Tarque en Pedreguer.