YAMAHA BOLT XV 950 R: La Guerrillera

Escrito por José Angel Lorenzo y Jose María Hidalgo el . Publicado en El Rincón grasiento Categ

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La marca japonesa apuesta por el Custom con la Bolt, retoma cierto espíritu de la Virago y propone una moto que puede tener mil caras. Nosotros la hemos hecho pasar por nuestro filtro y aquí te contamos lo que nos ha parecido. (Sigue Leyendo)

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Probador 1: José Angel Lorenzo

Ficha: 42 años, 74 kilos, 1,70 m

Nivel: Adicto a la Kustom Kulture y a los kilómetros sobre hierros.

 

 

 

 

 

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Si estás leyendo esto tal vez eres de la resistencia y que te quede claro: no estás sólo.
La resistencia está formada por los que no comulgamos con la creencia de que si no tienes un hierro de gran envergadura no tienes moto, o al menos no tienes moto para viajar, ni para llevar equipaje. No estoy hablando de estar en contra de las motos de gran tamaño, ni mucho menos, tan sólo te ofrezco la visión de que las motos de un tamaño más contenido no sólo son el origen, además son la esencia primigenia.
Hace años, en los albores del Custom, al acabar la Segunda Guerra Mundial, algunos chicos que volvían a casa después del combate encontraron en las motos un medio barato – en aquella época sí lo eran – de vivir de una manera diferente, lejos de la rutina y sin encerrarse en fábricas y oficinas. Se creó un nuevo modo de vida, no querían ser como los demás, si intentaban ser normales se aburrían, la Kustom Kulture estaba creándose poco a poco, como lo hace un tatuaje, punzada a punzada, inexorablemente y sin marcha atrás. Las motos eran de un tamaño contenido y de fácil reparación.
Si estás entendiendo que las grandes Cruiser o las Touring no son verdadera Kustom Kulture es que me estoy explicando como un libro cerrado. Pero sí te recomiendo que te des una vuelta por los blogs de los chicos californianos o europeos que son la punta de lanza de la Kustom Kulture, no verás muchas Touring por allí. Sólo digo que no son necesarios transatlánticos para cruzar el mar, en los 60 dos españolitos dieron la vuelta al mundo subidos en una Vespa, los dos en la misma ¡en 79 días! ahora diles que sólo se puede conseguir con una BMW GS.


En cualquier caso las grandes máquinas están dominando, han calado en la mente de los moteros, ya sean devoradores de kilómetros o urbanitas. Un grupo de moteros se resiste a ser poseedores de una moto de dimensiones innecesarias, ya sea porque no se pueden permitir el precio de una Touring – recordad que la economía fue uno de los motivos del Custom - , ya sea por gusto personal. En muchos casos tienen que soportar que iluminados pregonen que sus motos son de chica, como si el hecho de que algo por ser del gusto de las mujeres inmediatamente toma un cariz peyorativo, permitidme que me aparte de los que piensan así.
Los guerrilleros de esta cultura Biker tienen una nueva arma de la mano de Yamaha: la Bolt.

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Los japoneses quizás retoman un tanto el espíritu de las Virago, esto también me hace recordar que en lo referente a Cruisers nos dejaron un gran sabor de boca con las Drag Star, personalmente la 1100 me gustaba mucho, una moto con su alma nipona oscura.
Pero centrémonos en la Bolt, delante de ella lo primero que pienso es que esta moto es un lienzo, o tal vez un bloque de metal o madera, el material con el que un artista puede sacar toda una obra de arte, eso no quiere decir que Yamaha no te ofrezca un hierro lo suficientemente atractivo de serie, pero no nos engañemos, ya sabemos lo que pasa con este tipo de motos, las ves, las miras, remezclas las ideas en tu cabeza y no paras de querer hacer cambios. Puede ser una magnífica base para hacerte una moto que imite el estilo de una Dirt Track, pero quién no pensaría en cafetearla, ese café quiero probarlo yo.

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Aquí tenemos el motor de la Midnight de 950 cc bicilíndrico en V a 60º montado a la antigua usanza en un chasis tubular y lleva el producto de su trabajo a la rueda mediante una correa dentada, expulsando sus gases en un 2 a 1, resultando esta cola bastante generosa en su tamaño. La impresión que tengo es que Yamaha no ha querido romper su tradición de cuidar los acabados de sus motos Custom, personalmente pienso que la marca japonesa ha sabido siempre entender este particular mundo de la moto. Una prueba más de la importancia que le da al Custom es lo que hizo el año pasado para entrar en el mercado norteamericano, la cuna del rival a batir, la Sportster. Eligió a 10 constructores locales, 10 artesanos para que redefinieran su propio concepto de la Bolt, con libertad para transformarla, lo llamaron el Bolt Custom Build-Off.

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Cuando ruedo con ella me gusta ese suave bramido del motor, lástima una vez más de lo apagado del sonido, imagino como sería con otra cola, pero es que ya paso de hablar de este tema.
Me resulta peculiar el cuadro de mandos, solitaria circunferencia en la que se muestra la velocidad de manera digital, yo soy más Old School en estas cosas, para mí la relojería que sea con agujas, pero es un gusto personal. El piloto del freno es de curiosa solución vertical, redondo y trufado de LEDs, lo que le dota de una gran visibilidad. No es que tenga un asiento, tiene dos, en realidad han atornillado un taco a la aleta trasera, pues vale, porque si quieres lo puedes largar sin necesidad de perder el buen asiento que lleva, que por cierto va a tan sólo 69 centímetros del suelo. En cualquier caso el taco es bueno, para llevar a un paquete un rato es válido pero no creo que quiera repetir después de un viaje largo, personalmente es algo que ni me planteo, es una suerte que mi chica pase de que la lleven y quiera ser la protagonista de su propia moto, vamos, que el taco fuera.

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Me muevo por la ciudad como un cuchillo caliente cortando la mantequilla, las grandes máquinas se mueven lentas y parece que hacen lo posible para ser un estorbo en el camino, pero la Bolt, estrecha y ágil, es imparable. Cruzar la urbe me resulta divertido y eficaz, pero con una peculiaridad de la suspensión que más abajo te cuento.
En carretera el motor muestra un funcionamiento fino y redondo, los chicos de Yamaha han montado pistones forjados y camisas con recubrimiento cerámico. Es un motor elástico, en ocasiones pierdo la cuenta de cuál de las 5 marchas llevo engranadas, ojalá su bramido fuera un poco más sonoro, los 52 caballos de potencia declarados por la marca parecen más. La caja de cambios de 5 marchas me resulta suave y precisa, con un embrague agradable, tienes otro combate ganado en la ciudad y en las carreteras cuyo trazado te requiera cambios reiterados, algo que en cualquier caso se reduce por la elasticidad del motor.
Los consumos que consigo se mueven entre 4,9 y 5,1 litros a los 100, debes tenerlo en cuenta para la autonomía puesto que el tanque de combustible es de 12 litros, esto supone que a poco más de 170 kilómetros se enciende la luz de la reserva, echando cuentas cuando tienes este aviso le deben quedar unos 2,5-3 litros, cuentas de la vieja.

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Me choca mucho la suspensión, la trasera es dura y contundente como si fuera la de una deportiva, algo a lo que no le encuentro sentido para esta moto. Cuenta con regulación en precarga y un recorrido muy corto, si el asfalto está en perfectas condiciones no hay problema, tu paso por curva será rápido hasta que decidas que no quieres seguir afilando las estriberas, preparando tu guadaña para meterle el corte certero a la Touring que se cruce por tu camino en una revirada carretera, el metal que se va quedando en el asfalto es la ofrenda que se hace al dios de la velocidad. De vez en cuando no está mal abandonar el ritmo tranquilo, a veces es placentero ser el latigazo que el Custom le da a los que piensan que sólo disfrutamos del ritmo “cuentapinos”, cómo si el Dirt Track o las carreras de Hot Rods fueran las competiciones de un universo paralelo y no fueran pura Kustom Kulture. En cualquier caso con una suspensión trasera tan dura y con tan poco recorrido en cuanto existe una arruga en lo negro la notas fielmente y si son varias acaba botando, esto en los baches se traduce que sientes el golpe en tu espalda.

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Ahora bien, no te confundas, no es una moto de tintes deportivos, tampoco creo que alguien con un motero quemado en su interior sea el potencial comprador de este hierro de 245 kilos de peso, si es así se equivoca. Eso no quita que la Bolt sea ágil, que lo es.
Monta llantas negras de palos de 19 pulgadas delante y 16 detrás, destacan en ellas los discos de freno de original forma troquelada y que tanto el delantero como el trasero tienen el mismo tamaño, 298 mm, con pinza de doble pistón, este equipo dota a la Bolt de una magnífica frenada. Como se trata de la versión R viene con el ABS de serie.
Tienes que leer la prueba de José María, rutero incansable, que se asoma con curiosidad y respeto a este tipo de motos y que poco a poco va disfrutando más de ellas, creo que le vamos a poner el chaleco del 7 Grasiento encima del mono de Super7moto, tiempo al tiempo.

Esta guerrillera es posible que no sea la mejor moto en nada en concreto pero es fuerte en todo, no con la fuerza de un puñetazo contundente y certero pero sí con la noqueante eficacia de los reiterados mordiscos de una pequeña avispa. Es una ventana a una forma de entender las cosas, que, al fin y al cabo, es lo que nos une a los gustamos de este tipo de motos.

Recuerda, somos la resistencia.

José Angel Lorenzo

A CONTINUACIÓN TIENES LA OPINIÓN DE JOSÉ MARÍA

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