KAWASAKI VN 900: El Camino Iniciático

Hemos probado la Cruiser más asequible de Kawasaki, ella nos muestra el inicio de la ruta (Sigue Leyendo)

 

 

 

 

 

Jose Angel Lorenzo

Ficha: 41 años, 74 kilos, 1,70m

Nivel: Adicto a la Kustom Kulture y a los kilómetros sobre hierros.

 

 

 

 

 

 

 

- ¿Qué te ha parecido? – Me pregunta Luís sin apartar la vista del cigarrillo que se está liando.
- No está mal, dentro de lo irracional que es el Custom es una opción muy razonable.
- ¿Razonable? No existe ese término en este mundillo, tú lo deberías saber mejor que nadie. Si quisiera una moto razonable me hubiera comprado una Gladius, o seguiría moviéndome por la ciudad en aquel scooter de 125.Tras enmendarme la plana, y con razón, Luís espera ávido mis impresiones sobre la Kawasaki VN900 Classic, la moto que decidió que iba ser el eje sobre el que iba girar su nueva vida; el argumento de su película sufrió un cambio, fue el inicio de un nuevo camino.

Luís ya pasa de los 50 años, es padre de una hija veinteañera  que se muere de ganas por volar sóla, si este sistema se lo permite.
Una mañana su triste despertador le insistía en levantarse, pero él carecía de fuerzas, de un motivo. Abrió los ojos, como siempre miró al otro lado de la cama y como todas las mañanas se preguntó qué le motivaba para empezar el día con esa mujer: nada. Con el paso de los años sólo podía verla como a un carcelero que limita su personalidad sobre las paredes de un chalet adosado que nunca le gustó. Tampoco la culpaba, él era el único responsable de que en su momento sintiera que el único camino en la vida era casarse y llevar una vida homologada. Desde entonces flotaba en un mar muerto tomando la dirección del viento que ella soplaba. Pero no, ella no era la culpable, sólo él. 

En una ocasión tuvo un conato de rebeldía, harto de atascos decidió sacrificar mucha de su dignidad y logró convencerla: se compró un pequeño scooter de 125. Fue una mínima victoria moral que costó demasiado a cambio. Por eso cuando su hija le anunció que quería independizarse de verdad y que a sus veinticinco años se iba a Berlín al negocio que estaban montando unos amigos, vio que era el momento de declararse republica independiente, no más princesas, no más reinas. Los gritos de la esposa pronosticando su caída y vuelta a casa, pregonando lo inútil que sería su intento de libertad, no hacían más que darle fuerzas en su decisión de cortar e irse. Sin rencor, sin odio, sin artificio.
Y lo hizo exactamente el mismo día que recogió la VN900 de la tienda.

 

- ¿Cómo te van las cosas, Luís? – Hace un tiempo que no le veo.
- Bien, tío. Feliz de que la mayoría de mis miserias y problemas sean los que me encuentro y no los me los fabrica nadie. Estoy muy a gusto.
-Sigues con la Kawa.
- Es de lo poco que todavía no ha conseguido quitarme.
- Hay cosas que sólo te las pueden quitar si te dejas.
- Sin duda. Nos sumergimos en una de nuestras tranquilas charlas, conversaciones que catamos y saboreamos despacio, con gusto, intentando aprender y sobre todo deseando compartir.

Voy explicando que técnicamente la moto es correcta, sin alardes, no hay que esperar que la VN900 sea un portento en ningún apartado. A falta de grandes virtudes su mayor logro es que no tiene grandes carencias.

- Tal vez lo que menos me ha gustado son los frenos – Digo haciendo un repaso mental.
- ¿Te han parecido malos? – Luís denota cierto aire de preocupación.
- En absoluto, pero me resultan justos, suficientes, pero claramente mejorables.
- ¿De los muelles que me dices?
- La suspensión trasera está muy bien, confortable y eficaz, un comportamiento que me ha gustado tanto rodando por autovías como culebreando por la montaña – Hago una pausa y señalo la horquilla – la delantera se lo traga todo muy bien, pero he notado en curvas amplias y que pican ligeramente hacia arriba una leve, levísima, sensación de flotación. Nada importante ni peligroso – me vuelvo y justifico – ya sabes, soy muy “tikis mikis” y agrando hasta el más mínimo detalle.
- Ahora resulta que al señor que le gustan las motos toscas, porque tienen alma, le molesta esta horquilla – me recrimina.
- No es eso. Precisamente porque esta moto carece de la más mínima vibración llama más la atención cualquier detalle que puedas notar agarrado a sus puños, fíjate en las plataformas – me agacho e intento mover si éxito la goma de las mismas – no tienen sistema anti-vibración, joder, ¿para qué? ¡si no hay vibraciones! ¡ninguna!.

Luís se burla y me echa en cara que es como si me pareciera mal que la moto no se comportara como una batidora- A veces parece que si no vas sufriendo en una moto no te gusta, que manías más tontas.
- Luisete, si te lo tengo que explicar es que todavía no lo entiendes, si sigues en este mundillo ya me contarás dentro de un tiempo.
- Cuando vas de “entendido” eres muy capullo – No le falta razón. En cualquier caso le dejo claro que la VN 900 es fiel en la carretera, va por donde tu quieres que vaya, sin sobresaltos y con la sensación de que no te va a traicionar.
Al ser una Cruiser media ayuda a que las inercias no sean tan grandes como en hierros de mayor peso, precisamente por ello, moverla en parado no tiene una gran complicación. Dócil y sumisa.
Igual de dócil y extremadamente legal es el sonido de sus colas, es más, mi móvil cuando recibe una llamada es capaz de hacerse notar con el motor en marcha. Una lástima.

Hablando de motor, refrigerado por agua, este no presenta una gran potencia, pero sí un buen par, no logras con él velocidades de vértigo, pero esos vientos no son los que buscas con una Custom, en cualquier caso no, tendrás problemas en mantener ritmos ágiles de crucero y no te faltará empuje para salir airoso de situaciones que requieran un golpe de puño, que no un puñetazo. La gestión de su par se encomienda a una caja de cinco hierros cuyo engranaje es tan dulce como el resto del conjunto y la transmisión a la rueda se realiza con una comodísima correa de goma dentada que hace que no te tengas que preocupar del mantenimiento. Al apellido Classic se le hace especial honor con las ruedas de radios de un sabor añejo, en consonancia con la horquilla de barras cubiertas.

Cuando salgas de viaje el tanque de combustible de 20 litros de la Kawasaki VN 900 te permitirá hacer tandas de 300 kilómetros sin visitar las gasolineras, siendo una Cruiser y por tanto una moto-sillón, es de agradecer. Apuramos la bebida y mientras Luís se hace otro cigarrillo, un tipo con cara de acelga y pelo colocado con una estudiada rebeldía se acerca con su repelente chucho a la moto. Su pequeña hija intenta mantener el equilibrio sobre la acera, él no hace mucho caso a la niñita, se entretiene viendo complaciente cómo su mini cánido se dispone a mear sobre una de las ruedas de la moto. La blasfemia ya se cuece en mi garganta, como si tuviéramos un percutor cargado en nuestra silla nos disponemos a saltar, en la escena aparece la que debe ser la esposa; sin mediar palabra le quita la correa del perro al cara de acelga y coge en brazos a la niña, al hacer esto último se agacha y deja visible al final de su espalda un tatuaje tribal en cuyo centro una calavera sonríe.
Antes de alejarse nos dedica una mirada de complicidad que se torna de hartazgo al encontrar sus ojos al del pelo de “peinado rebelde”.
Luis y yo nos miramos. Qué cosas.

- Ven, te voy a enseñar un par de cosas de ferretería – Le digo a Luís mientras me dirijo a la Kawa.
- Observa – Golpeo varias zonas cubiertas de plástico que simula metal cromado.
- ¿Te parece mal? – Me pregunta.
- Pues no me entusiasma, la verdad.
- ¿Prefieres que esas piezas fueran de metal de mala calidad? Yo no, se pican y oxidan.
- Tal vez, pero el estilo Rat, donde reina el oxido, es una de las casas del Custom. El plástico que imita al cromo, no.

Entre discusiones de filosofía Custom y las risas pasa el rato. Cómo me alegra que Luís tuviera el coraje de ser el guionista de su película, inició un camino que siempre quiso recorrer y eligió una moto para hacerlo. No se cual serán sus pasos en el futuro y el hierro que le servirá para recorrerlos, tal vez acabe buscando otras sensaciones, aunque éste es perfectamente válido, ¿porqué no?.
En este caso la Kawasaki VN 900, dentro del concepto Cruiser, pero sin ser un mastodonte, es el caballo en su camino iniciático.

José Angel Lorenzo