Mach BMW S 1000 R & MV Agusta Brutale 1090 RR
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Dos naked con las pretensiones más deportivas que ofrecen, cada una a su modo, una polivalencia en el día a día. El carácter latino frente al rigor germano, la genialidad del diseño frente a la ingeniería más tecnológica. ¿Quién ganará? Pues en Super7 hemos tratado de averiguarlo en distintos escenarios, desde el día a día urbano, hasta el vértigo de la pista, desde la monotonía de la autovía hasta las gráficas recogidas en el banco de Castro-Maroto. Si quieres conocer el resultado, lo tienes en este reportaje
Mientras llega ese ansiado campeonato o copa de nakeds que venimos reivindicando desde hace tiempo, en Super7 hemos empezado a organizarlo, a modo de comparativa, por encuentros dos a dos que podrían servir de eliminatorias, quién sabe, hasta llegar a encumbrar a la campeona. Y hemos decidido empezar por enfrentar tradición –tradición muy reciente, se entiende- y las más rabiosa y revolucionaria actualidad. La MV Agusta Brutale 1090 RR, un auténtico valuarte italiano situado desde hace tiempo en la categoría máxima de las nakeds y la BMW S 1000 R, una recién llegada que ha puesto patas arriba esta sección de la moto, cada vez más competida. Diseño y eficacia italianos frente a tecnología punta e ingeniería alemana. ¿Quién ganará?
Veamos.
Probador: Tomás Pérez Ficha Técnica: Edad 56, Altura 1,91, Peso 105
Nivel: Subcampeón 2012 categoría Twin del campeonato Mac90
La Posición
En la Brutale: Se me ocurre que si hubiera que definir la posición-tipo, o el patrón de la posición sobre una naked deportiva, pienso que la de la italiana sería la referencia. Erguida, con los pies elevados suficientemente y los brazos brevemente abiertos, la postura de la Brutale se siente natural ante cualquier escenario público, ya sea la ciudad o la carretera de montaña, además, acoplándote con facilidad, gracias a su acogedora ergonomía, al abordar la autopista. En el circuito, la verdad es que también te sientes como pez en el agua, presto a divertirte en un curso deportivo –de los que ofrece la escuela de Super7, sin ir más lejos-, o disfrutando en una jornada de tandas libres.
Yéndonos al lado alemán, ya decíamos en su prueba a fondo que la S 1000 R ha dado un paso adelante, cambiando la posición en la categoría, al alargar la silueta del piloto sobre ella, situando el manillar muy adelantado, apenas unos centímetros por detrás de la vertical del eje delantero. Esta posición sobre la moto se muestra mucho más dispuesta que las vistas y probadas hasta ahora para contrarrestar esa elevación, a veces casi inevitable, del tren delantero; un fenómeno muy repetido entre las nakeds más potentes, al representar en muchos casos tan sólo una versión con manillar plano de la correspondiente deportiva de su misma marca. Esa ligereza del tren delantero obliga en muchas ocasiones al piloto o bien a abrir la trazada a la salida del viraje o bien, sin más remedio, a suavizar el gas, desaprovechando la aceleración de cohete que le brinda un motor tan potente.
Aun así, y tal y como también decíamos en su prueba a fondo, está claro que con la potencia que rinde la S 1000 R, hasta la deportiva más radical se puede levantar con facilidad.
Las Estriberas
Recortadas y completamente metálicas en ambos casos, llama la atención que en la BMW, sobre el papel, la más cañera y radical de las dos, están colocadas en una cota racional para la carretera, pero francamente bajas para la pista. De hecho, me vi obligado a jugar mucho más con el cuerpo sobre la BMW, echándolo hacia el interior para administrar con mano de avaro la distancia libre al suelo, que marcan únicamente sus estriberas.
Para la MV Agusta, en cambio, sólo existe en la tumbada un límite semejante al de una SBK. Pilotando la Brutale 1090 RR te puedes acostar en cada curva, olvidándote de rozar con nada.
El Radio de Giro
Hay que hablar de este punto antes que de ningún otro, casi como una advertencia, porque resulta verdaderamente curioso. El caso es que parece que las dos marcas se hayan propuesto competir para conseguir la moto menos maniobrable dentro del garaje. Sí, he dicho menos. Posiblemente la Brutale dé media vuelta dentro de una cancha de tenis y la BMW lo haga en una de balonmano. No sé, lo cierto es que la primera impresión que te llevas cuando quieres cambiar de sentido con la BMW es casi seguro la de que haces tope con la dirección, corriendo el consiguiente riesgo de caer, y que con la MV Agusta te va a ocurrir algo parecido, seguro, para librar esa odiosa columna de garaje que se te pone delante cada mañana.
Sí, resulta muy llamativo que en motos de tacto tan liviano y con unas formas tan contenidas, que convierten en bicilíndrico el tetracilíndrico en línea, uno se tope con un radio de giro tan exagerado. Sin embargo, si nos adelantamos para hablar por un momento sobre el soberbio aplomo que ofrece, cualquiera de estos dos colosos, resultará más comprensible el precio que se debe de pagar a la hora de maniobrar en un garaje o de regatear entre las caprichosas figuras que forma un atasco. No hay más que mirar al doble viga de una o al sólido entramado de tubos de la otra para encontrar la explicación a ese peaje que nos cobran casi en parado para luego sentir la máxima seguridad en las inclinadas ultrarrápidas.