La contracrónica del Wheels & Waves
Maltese es un gran amigo de este rincón grasiento, lleva toda la vida cabalgando en la Kustom Kulture, ha poseído numerosas motos y de ellas 9 han sido Harley Davidson, inquieto y ávido de todo lo que se mueve en este mundo fue el motor para organizar una expedición al evento más atractivo del momento. Le seguimos a él y su Adelina y ahora os traemos su especial reflexión el Wheels & Waves y el ámbito Harley. (Sigue Leyendo).
Al llegar nos cogió un dolor en el cuello de tanto girarnos. Era como estar en una mansión del playboy tú solo y rodeado de playmates.
Y no de esas que te menosprecian con la mirada, no. De esas que te sonríen y se muestran complacientes. (Vamos, de las que yo no me tropiezo nunca).
Esta es la mejor definición de lo que nos encontramos, pero por desgracia sólo hablo de motos, claro está. Ni un mal rollo, ni una mirada desafiante. Sólo buen rollo generalizado. Y esto es algo que hemos comentado muchas veces con José Angel, pero que no es normal en el panorama motociclístico español. Aquí todo el mundo compite por todo. En Biarritz la gente iba a pasarlo bien y a "cruzarse". Sin playmates, eso sí.
Un auténtico nivelazo como si tal cosa. Y creedme, era sublime. Qué cantidad de transformaciones de las de verdad, con buen gusto y mucho trabajo, (sí, y muchas con mucho mucho dinero, claro).
Pero la sorpresa es que mientras por fuera las BMW´s transformadas de los 60, 70 y 80, las Bonneville y las HD 48 eran legión, por dentro la exposición de HD´s Pan, Shovel, Evos, Flats, Choppers, clásicas, preparadas, de competición, etc. era chocante. ¿Por qué? Está claro, los expositores pagan, y hoy el negocio sigue siendo el bicilíndrico americano. Y esto era curioso. Por fuera los actuales movimientos de la calle, los que tiran del mercado, entre modas y tendencias, y por dentro los consagrados a las transformaciones que ya conocemos.
Por primera vez en mi vida veía que sólo determinadas transformaciones con base Harley entraban en el nuevo universo.
Y esto me ha hecho pensar mucho.
La HD más vista en la calle ha sido por goleada la 48. Su estética se encuadra perfectamente en la "nueva vieja tendencia".
Básicamente, motos desnudas, incluso con ruedas de tacos (no lo voy a entender nunca, sobre todo cuando se puso a diluviar), búsqueda del acero de los chasis, desnudez en filtros de aire, neumáticos clásicos, pequeñas ópticas, sabor añejo, escapes abiertos y arranques a patada. Asientos de piel marrón, guantes amarillos, cascos abiertos y muy abiertos, y como dice José Angel, barbas y gafas de sol. Placer de ir en moto en el sentido más básico que se pueda entender.
Chicos, esto es un nuevo amanecer y este germen ya está muy extendido a nivel mundial, con sus ídolos y todo. Puede gustar más o menos, pero lo que significó hace un tiempo el universo Harley lo está tumbando Triumph, las viejas BMW´s, las restauraciones más o menos acertadas y la necesidad de tener una moto única, pero no necesariamente cara y con piezas de catálogo Screaming Eagle. Pero lo más importante es el posicionamiento que están tomando los pequeños constructores, que son capaces de adaptarse a las nuevas tendencias con una rapidez asombrosa. (Y vender auténticas transformaciones o auténticos fiascos, que espabilados siempre hay). Y ciertas marcas oficiales que han reconocido el business. Sobre todo las nombradas BMW (actual, porque las Nine barrían) y Triumph. Otras llegan ya, como Guzzi y Yamaha.
¿Qué va a ocurrir ahora? Ni idea, pero el concepto "Harley es diferente" ya no es cierto. Ahora hay "muchos diferentes". Europa está golpeando fuerte. Y ambos mundos pueden confluir, pero hasta que llegue un día en que la estética Harley no sea considerada tan "cool"...
Ahora es posible que tengamos que cambiar la pregunta:
- ¿Qué moto me compro?
Por:
- ¿Qué moto me hago?