Prueba a Fondo Piaggio X-10 350 Executive

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Comodidad y equipamiento contenidos en un diseño casi galático. Hemos probado el 350, el scooter medio de esta gama sobre la que Piaggio ha hecho su apuesta más fuerte (Sigue Leyendo).

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Probador 1: Tomás Pérez

Ficha Técnica: 1,91 m, 102 kg, 55 años

Nivel: Subcampeón 2012 de la Mac90 categoría Twin.

Al recoger este impactante Piaggio X-10 350 Executive, debo confesar que llegué con la cabeza enmarañada por mil cosas, que tenían que ver con el mundo de la moto, como no podía ser de otra manera, y la verdad es que no recordaba ni las características, ni la cilindrada, ni siquiera las líneas espectaculares de este scooter. Cuando me dijeron “voi la”, me quedé impresionado por su esa imagen galáctica que proyecta, impactado como la mayoría de mis amigos que lo contemplaron después y como pienso que muchos transeúntes que se lo encuentren aparcado en cualquier calle. Creo que la estética de este scooter no necesita ser comentada, se comenta por sí sola en otro ejercicio más de esa pasión italiana por el diseño.

La posición
Bien. Me acerco al X-10 350 para subirme y sentirlo en primera persona, y lo primero que percibo, con mi 1,91 m, es que la posición con los pies apoyados sobre la parte más horizontal de la plataforma queda un tanto replegada, algo encogida, por lo que me encontré más cómodo que en otros casos posándolos sobre la parte más adelantada, al modo custom en moto, aunque no dejé de tener en cuenta la consabida rebaja del total control del X-10 en marcha; y es que, aunque más de uno le sobre esta apreciación, lo cierto es que, ¡caramba!, los altos también somos hijos de Dios.

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Cómo se siente, cómo se oye
Pulso el botón de arranque y motor en marcha al instante. Se deja oír un petardeo callado como un susurro y se siente la suave trepidación del monocilíndrico al ralentí, una vibración que se transforma en una auténtica seda cuando giramos el acelerador y que no deja de transmitirse, como una sensación relajante, a lo largo de toda la gama de revoluciones. Una pura delicia acelerar con el Piaggio X-10 350.

Cómo se desenvuelve
Comienzo a moverme por el garaje y al maniobrar para librar el paso por una columna y alguna que otra estrechez, descubro un radio de giro prodigiosamente reducido; algo que más tarde se mostrará como una verdadera maravilla para sortear los coches atrapados en un atasco. Una vez en el exterior y con el horizonte despejado, giro el puño derecho para sentir una prolongación de esa misma seda en una aceleración efectiva y suficiente para escapar de la jauría rodante con una dulce progresión. Desde el primer momento, este Piaggio X-10 350 se muestra muy, pero que muy fácil de conducir, y no me cabe duda de que para más de un sibarita representará un verdadero placer.

Cómo frena
En cuanto encuentro una zona absolutamente solitaria, decido probar a fondo la frenada. Aprieto las dos manetas, y al momento me encuentro con algo completamente inesperado para un motorista de siempre:

Piaggio X-10 350 750DSC01602Siento que tengo los frenos cambiados, con el delantero en la izquierda, como si fuera subido en la moto de un inglés obstinado en ser distinto del resto del planeta que ha montado las manetas a la inversa (ya lo hicieron hasta el setenta en sus motos, con la palanca del cambio en el lado derecho y sincronizando las marchas con la secuencia al revés). Bien, pues lo cierto es que me llevé una auténtica sorpresa al conducir con esta configuración, porque lo que en un principio me hubiera resultado imposible de asimilar, con continuas equivocaciones a la hora de querer parar de verdad este X-10 apoyándome en el freno delantero, supuso algo de lo más natural al cabo de unos cuantos kilómetros por la ciudad, con continuas paradas y retenciones…, será por mi hábito en el mountan bike…, aunque no tanto, desde luego, como mi compañero Jesús –el que escribe a continuación-, que es una auténtica máquina con la bici.
Bien, pues volviendo a esa zona solitaria, quise probar las reacciones de los frenos y, particularmente, la respuesta del ABS (sólo en versión Executive). La verdad es que me resultó bastante intrusivo, no esperaba una intervención tan pronta, tal vez acostumbrado, como estoy, a la actuación de este sistema en muchas motos, sobre todo deportivas. En cualquier caso, la potencia del freno delantero que monta el X-10 350 es tanta que el scooter se detiene en muy pocos metros, a pesar de esa intervención digital. Una frenada más que sobrada para desenvolverse entre el tráfico cotidiano y que sin duda nos sacará sin apuros de más de una situación de aparente emergencia.

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Más electrónica
Y ya que estamos hablando de la parte electrónica, toquemos el otro dispositivo que ofrece Piaggio para la seguridad en la conducción de su X-10 350:
El ASR (Control de Tracción sólo en versión Executive).
Pues debo señalar que lo he sentido, y además lo he visto actuar (testigo luminoso), sobre cualquier rizado del asfalto por el que haya pasado con el acelerador abierto. Lo cierto es que en algunos momentos en los que el sistema detecta que la rueda trasera pierde presión sobre el asfalto, el ASR retiene el motor en seco y te deja un tanto cortado, si es que vas buscando la máxima aceleración en ese momento. Un precio que se presenta como contrapartida a la seguridad de poder acelerar sin temor, por ejemplo, sobre una franja de pintura mojada. Claro que para los que se sientan controlados, o manipulados, por este recurso, Piaggio ha dispuesto que sea desconectable tan sólo con mantener oprimido un botón durante varios segundos.