KTM 250 SX - Primera opinión KTM 250SX
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José Antonio Moreno
Nivel: Gran aficionado al campo, sufridor de atascos mitigados con rutas trail en fines de semana.
Edad: 40 años
Peso: 83 kilos
Altura: 1.75 metros
Cuando hace unas semanas Sergio me propuso probar motos de campo, así soltado en una comida de trabajo a bocajarro, me quedé algo frío y sin saber que responder, sobre todo teniendo en cuenta que hace 24 años que no doy botes con una moto en el campo (hacía mis mangas con 16 años, hoy tengo 40).
Durante todos estos años he seguido montando en moto, pero siempre asfálticas, trail, etc, nada que ver con pilotar una moto de campo y menos aún, pilotarla con exigencias como para poder evaluarla y escribir un artículo.
Con todo esto en la cabeza, no me atreví a contestar en el momento y dije que lo pensaría y al día siguiente respondería.
Cuando, con toda la ilusión del mundo consulto el tema con la familia esa noche, salió la vena protectora de la familia y casi demonizaban la idea. Expresiones del tipo “…pero crees que tienes otra vez 20 años…”, “…que la forma física no es la de antes…” fueron todo lo que necesité para descartar la idea. Menos mal que la almohada me aconsejó, no sé si mejor o peor, pero sí distinto y quizá por eso, o por llevar la contraria, o por demostrar que no estoy ni tan viejo ni tan oxidado como me hacían ver y que, como digo siempre “…no creas ¿eh?, que yo tengo mi público”, el caso es que acepté el ofrecimiento de Sergio.
Unas semanas después me avisaba Tomás para recoger el viernes la KTM 250 SX. La idea era probarla ese mismo fin de semana, pero ya había planes para ir a esquiar y aprovechar las intensas nevadas que habían caído la semana anterior, así que estuvo todo el sábado esperándome en casa y en cuanto llegué, aún con el cansancio que traía en las piernas y que ya no había luz, no me resistí a arrancarla y dar una corta vuelta delante de mi casa.
Esa primera y breve toma de contacto fue suficiente para dejarme claro que “la bicha” era mucha bicha, tenía, genio, carácter y con su motor 2T potencia a raudales y ya me advirtió que el domingo iba a ser un día duro….
Esa noche casi no pude dormir con la sensación tan agradable que había tenido al montarme de nuevo en una moto de campo, levantar su rueda, escuchar su rugido, algo que en la SX es agradable a no poder más. No hay cosa más bonita que el sonido de un escape bien disimulado, armonizado, pero que para nada ahoga o quita sensación de la máquina que estas pilotando.
El domingo amaneció con un sol espectacular, pero algo de viento frío y molesto. Había quedado con un amigo, José Luis, que también iba a probarla y escribir su opinión. A la hora convenida estaba JL en mi casa y salimos para el campo a un pequeño circuito que hay cerca.
Tras unas vueltas de JL para reconocer el circuito y calentar, llegó mi turno. Empecé a dar unas vueltas reconociendo el circuito, despacio, cogiendo el pulso a la bestia. Tengo que reconocer que iba “con una parte de mi cuerpo bajo la garganta” por cómo me iba a encontrar y si me acordaría o no de lo que es un salto, pasar unos dubbis, pero poco a poco veía como mi miedo iba desapareciendo e iba dando más ritmo en cada vuelta, al ver como la SX me estaba facilitando las cosas. Es alucinante este modelo, hace fácil lo difícil, ¿Qué tú quieres saltar? Dale gas y déjala hacer a ella. ¿Qué quieres salir rápido de una curva sin perder demasiado en la frenada? Tira del freno trasero para entrar cruzado y abre gas, la SX se encarga de traccionar y equilibrarte.
José Luis me advirtió de lo “intratables” que son sus marchas cortas (digo cortas por decir algo, ya que la segunda es infinita), sobre todo la primera, imprimiendo una potencia que para nosotros no era útil en estas pruebas. Tenía razón, comprobé que había que cambiar a segunda en cuanto podías o te arriesgas a que te tire “p’atrás como un guarro”. Su marcha natural para el ritmo que le estábamos dando era la tercera. En tercera el motor de la SX se encuentra perfectamente a gusto para hacer de todo y con un ritmo de vueltas más que aceptable, aunque el que más cómodo se encuentra en esta marcha es el piloto, que únicamente necesita reducir en los pasos por curvas en S.
En el circuito que entramos no había ningún tramo de su trazado en el que consigas pasar de tercera, así que salimos a la pista de tierra que accede al circuito, una pista bastante ancha y con tramos rectos en los que dar gusto al puño. Salías y en menos de 2 metros necesitas ya cambiar a segunda, pero apurar esta marcha es casi imposible, por más que giras el puño sigue quedando gas y casi llegas al final de cualquier recta “to mangao” sin haber apurado la marcha a tope y cambias a tercera preguntándote ¿cuánto le quedará aún? ¡¡¡¡¡Mammma mía, lo que anda!!!!
Es posible que para un circuito y pilotos extremos, las 5 velocidades de su caja de cambios sean exprimidas, pero en el día a día de un usuario medio que la use para su disfrute en campo los fines de semana (el 90% de los propietarios de este modelo) y alguna que otra manga en circuito, de vez en cuando, se le quedan muy lejos de sacarles rendimiento.
De todas formas, tengo que reconocer que es un gustazo terrible abrir gas en segunda y levantar la rueda sin esfuerzo ninguno.
En los jacos es cuando te das cuenta que la SX tiene potencia y una tracción extrema. Tú levantas la rueda y aunque mantengas el mismo gas sin moverlo, tienes que pisar el freno trasero o cortar gas en mitad del jaco porque la SX sigue levantando la rueda cada vez más, fruto de su espectacular agarre.
La posición del piloto se me hizo muy cómoda, al menos todo lo cómoda que puede ser para una moto de supercross, con un manillar no excesivamente ancho, un peso ligerísimo (apenas 100 Kgs) y una altura bastante más baja de lo que yo estaba acostumbrado (no llega a 1 metro), hacen de la SX una moto bastante asequible para los más bajitos.
El embrague, algo que cuando corres una manga se puede convertir en un suplicio con algunas motos por su dureza para accionarlo, es una delicia en la SX que no requiere casi de esfuerzo del piloto, posiblemente algo tendrá que ver en esto el muelle de diafragma con el que cuenta su embrague amortiguado DDS, pero esto lo dejo para comentar con pilotos más versados en mecánica que yo.
Pero dónde creo que de verdad marca la diferencia la 250 SX es en suspensión delantera, frenos y equilibrio de pesos.
La suspensión delantera, yo la llamo Débora, la amiga que todos hemos tenido los veranos con 18 años, se lo come todo. Hagas lo que hagas, lo absorbe con una facilidad pasmosa, no te enteras si estás pasando por dubbis, tomando tierra en un salto o cortando un jaco, da igual, su horquilla invertida de 48 mm mitiga cualquier vibración, haciendo que las muñecas casi no reciban impactos.
En cuanto a frenos, la 250 SX es espectacular, sobre todo el delantero, utilizando sólo lo que necesites, a gusto del consumidor. En mi caso, suelo tirar mucho del freno trasero por la tendencia que suele haber en los delanteros de irte al suelo o no llegar a frenar a tiempo si no te ayudas con el trasero, pero con la SX solo usé el trasero cuando quería cruzar la moto frenando justo a la entrada de una S para colocarte en la rodada buena. Según dicen las especificaciones de la 250 SX “los frenos Brembo y los discos de freno wave, son la referencia en términos de dosificación y prestaciones”. Tras probar este modelo, no me queda ninguna duda de estas afirmaciones e incluso diría que se quedan cortas.
Otro de los puntos fuertes, quizá el mejor para mí, es el equilibrado de pesos que han conseguido, es perfecta. ¡¡¡Si es que salta sola!!!. Hasta un “matao” como yo que no salta hace 20 años ha podido hacerlo, es que vuela ella sola, lo único que tiene que hacer el piloto es darle gas para entrar al salto, agarrarse a ella y dejarla volar, lo demás lo hace ella. Está tan bien compensada que prepara ella solita la caída, no tienes que hacer nada, casi ni desplazarte en el sillín antes del salto. Es alucinante, qué sensaciones me ha hecho revivir y qué de adrenalina soltar. Creía que se me había olvidado todo esto….
Como decía al comienzo, la 250SX hace fácil lo difícil. Pero no sólo saltando, es que lo hace fácil todo. Como te da tantas ayudas, en cada vuelta quieres dar un apretón más de tuerca y entras un poquito más rápido en curva y ves que te lo permite. Ahora otro poquito más y más y más, hasta que dices, ¡¡vale tío, no te emociones que lo está haciendo todo la moto y en cuanto tengas que poner tu algo de tu parte te vas a ir al suelo!! La tracción que tiene (fruto de su potencia y sus Pirelli Scorpion), te deja abrir gas en curvas con la moto inclinada y sin haber salido aún de ella tracciona y te saca de la curva enderezándose casi solita sin tu ayuda, demostrándote el terrible agarre que posee.
Estuvimos dándole gusto al puño 4 horas del tirón. Hacíamos tandas de 10 o 15 minutos cada uno para ir cambiando y descansar, porque eso sí, no veas como agota (la próxima vez no me voy a esquiar). Es una máquina muy exigente en cuanto a la condición física del piloto, como todos los modelos de motocross.Si algo me queda claro es que la 250 SX, a pesar de ser un modelo para circuito, dará grandes alegrías a los usuarios que la usen como moto de diversión para el fin de semana.
Para terminar, una reflexión: quien piense que dentro de un tiempo tendrá que cambiar a otro modelo más potente, se equivoca, la 250 SX la disfrutarás durante mucho tiempo, ya que es un modelo con una potencia tan brutal, que en el uso a diario o de fin de semana no conseguirás explotarla o llevarla al límite, como harían en competición, teniendo moto para mucho, mucho tiempo.