Guzzi California: Custom o Touring, la vida es una elección.
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La marca italiana ha reinventado una de sus motos más míticas, la California, ha reescrito la historia en una misma moneda pero con dos caras muy distintas.
Han pasado por nuestras manos y las hemos probado desde nuestras diferentes maneras de entender el mundo de la moto.(Sigue Leyendo)
Nuestra idea original era publicar un solo artículo con ambas motos, pero habría quedado demasiado largo y hemos decidido dividirlo en dos, separando cada modelo. La semana que viene publicaremos el de la Touring y enlazaremos ambos artículos pero ahora..... Empezamos por la versión más desnuda y radical de esta Guzzi California, la Custom.
MOTO GUZZI CALIFORNIA CUSTOM
Probador 1: José Angel Lorenzo
Ficha: 42 años, 74 kilos, 1,70m
Nivel: Adicto a la Kustom Kulture y a los kilómetros sobre hierros.
¡CUSTOM! CORRE MALDITO, CORRE.
Mi respiración rápida y agitada amenaza con empañar la pantalla del casco, mi pulso está acelerado, cada giro del puño del gas es una explosión de adrenalina, esa sustancia que genera tu cuerpo y que cuando te acostumbras a sus dosis y sus efectos te conviertes en un yonki de ella.
La Guzzi California Custom corre y mucho.
Su apariencia es la de una Cruiser musculosa, te montas en ella con la sospecha de que puede tener brío, pero no dejas atrás la mentalidad de estar ante un hierro cuyo apellido es Custom, potente, posiblemente dinámico y tragamillas, pero lo que he descubierto es otra cosa.
Pronto me doy cuenta su rabia propia de otros aparatos. Un tipo enlatado, uno de esos de berlina con aros, de los que piensan que las carreteras deberían ser sólo para coches, en realidad sólo para su coche, de los que si puedo paso por encima de ti y luego si pasa algo lo resuelvo con un “perdona, no te visto”, si, uno de esos se confundió, pensó que la aceleración de su berlina germánica era superior, que yo simplemente cabalgo un caballo percherón. En una incorporación a una vía rápida me pasó ilegalmente, ofensivamente, peligrosamente, por mi izquierda. Efectivamente, se confundió. Los 97 caballos que habitan en los 1400 cc en V trasversal de esta italiana tienen muy mala leche y si llevas seleccionado la posición “Veloce” del control de tracción, echan espuma por la boca. La aceleración que pidió a su coche no fue suficiente, por el retrovisor pude ver el careto de sorpresa del personaje, tal vez le vinieron muy bien unos kilómetros detrás de mi para que se le bajaran los humos y para que, poco a poco, se acostumbrara a una velocidad más racional. Vete a correr a un circuito, seguro que ni sabes.
Impartida la lección me desvié a otras vías rápidas con curvas tendidas, un caza que vuela bajo en estas condiciones. Me llama mucho la atención la suspensión, seca y firme, nada al uso en una Kustom.
Y ahora estoy aquí con mi respiración rápida y agitada, parado en un semáforo y dándome cuenta de que soy incapaz de ir a una velocidad de paseo, incluso en el modo “Turismo” del selector "ride by wire" de tecnología multimapa. Estoy caminando por el lado más oscuro de la moto, el del Kustom pero de una manera muy rápida y todo sin una vibración, dos tremendos cilindros entre mis piernas, regímenes superiores a 6000 rpm y apenas vibra, increíble, apenas tiene trabajo el magnífico antivibraciones que lleva en las plataformas.
Pero amigo, empiezo a moverme con calma por las calles y llama la atención comprobar como la bestia desaparece por debajo de 3000 rpm, ahora sí aparecen las vibraciones a modo de traqueteo de motor que se ahoga, que se muere.
En un hierro Custom, a parte de su belleza, una de sus señas de identidad es esa deliciosa vibración a bajas vueltas, contar los pistonazos, disfrutar de cada martillazo. Estos golpes de cilindro son muy distintos de los producidos por un motor que se ahoga por no encontrarse a gusto en esa franja de utilización, esto último es lo que ocurre en este caso.
Los chicos de Guzzi han puesto una pica en Flandes con la California Custom, en este caso “Flandes” es la revista americana Cycle World, toda una referencia, que la ha elegido ni más ni menos como la mejor Cruiser y es una de las 10 nominadas a mejor moto del 2013, ahí queda eso. En la factoría de Mandillo del Lario han visto como en el primer semestre de este año han logrado unas ventas mundiales del 11,2% del pastel, parece que los italianos han sabido tocar la tecla adecuada.
Y este no es el primer premio que recibe, hace unos meses otra prestigiosa revista, Robb Report, ya les había concedido su "Best of the Best" de 2013.
El fabricante dice que el estilo de su diseño es Art Decó, seguramente para atraer a un determinado tipo de público quede muy bien decir esto, pero en cualquier caso lo que se puede ver estando ante su presencia es que este hierro es un bicho musculoso, con un bloque motor que impresiona, pero finalmente un pulido espiritual estético muy del gusto de la marca italiana. Sea como fuere, casi cuesta creer que le hayan puesto a su nombre el apellido “Custom”, ¿porqué? Muy sencillo, porque se me hace imposible llevarla de otra manera que no sea disfrutando de su gas y esto no es ni bueno ni malo, es una variante más de este mundillo que nos gusta: piel de Kustom Kulture, corazón Racing.
El motor en V trasversal a baja velocidad y zascandileando por la ciudad te llamará la atención por la gran cantidad de calor que desprende. Con la moto detenida posiblemente se note ese calor menos que en otras, pero al ponerte en marcha el airecillo cálido se ve animado por el movimiento a cocerte las piernas. Por cierto mi metro setenta hace que mis rodillas queden bastante alejadas de los cilindros, tengo ganas de ver que ocurre cuando se sienten en ella mis compañeros, bastante más altos que yo.
A pesar de su peso se maneja por la urbe mejor de lo esperado, pero no debes olvidar nunca que tus maniobras “en parado” serán con una moto que pesa más de 330 kilos con todos sus fluidos, aunque en realidad para escapar de las latas te verás más penalizado por su longitud que por su peso.
Encuentro el hábitat natural de la California Custom en las vías rápidas, curvas abiertas donde la italiana es un tiro, si por debajo de las 3000 rpm hay poca cosa, por encima empuja y empuja con un par tremendo, precioso para que más de uno se quede con la boca abierta al ver como una moto Kustom despega con la tralla de un cohete, retorcerle la oreja electrónica a esta jaca transalpina es un chute que asume muy bien su cardan para llevarlo a la rueda, cardán que se comporta con una sorprendente falta de brusquedad.
Mientras me fumo un cigarrillo, puñetero vicio que he vuelto a retomar, me dedico a hacerle la prueba de la ferretería, me alegra encontrar metal prácticamente por todos los sitios donde palpo, tan sólo me llama la atención del uso de plástico imitando al cromado en los intermitentes. En cualquier caso me gusta el acabado general, sin duda es de calidad, por encima de la media en Cruisers de este tipo, sobre todo si comparamos con las asiáticas. Tenía especial curiosidad por saber de que material está hecho el depósito de combustible, puesto que Guzzi anteriormente, en las primeras V7, los hizo de plástico, pero no es el caso, también pasa la prueba de la ferretería.
Me enredo en curvas lentas, montañeras, interminables, disfruto más de lo esperado, sé que tengo que meter sus 2.445 mm de longitud por donde repta la serpiente pero no tengo ninguna intención de competir con una KTM de Supermotard, la velocidad me aleja de mi, punto. Me maravillan los frenos, potentes y eficaces, con un ABS poco intrusivo. Lamentablemente oigo más las válvulas que las colas, qué hermoso sonido me estoy perdiendo gracias a los legisladores, qué lástima que no tengan las mismas ganas de legislar las molestias de las interminables obras callejeras.
Si te planteas un viaje con muchos kilómetros por eficaces pero anodinas autopistas, puedes programar con un botón de la piña una velocidad de crucero fija, conseguirás alargar la autonomía hasta los 250 kilómetros, sin incluir la reserva.
El cuadro de mandos con su gran velocímetro digital reinando el conjunto hace pocas concesiones a sabores más añejos.
Quizás se me antoja un tanto radical para los más puristas de la Kustom Kulture, pero para los jinetes oscuros que gustan de motos distintas del tipo VROD o Diavel esta Guzzi California Custom es una opción magnífica.
José Angel Lorenzo