Duelo en Harley Davidson: Sportster Iron vs Street 750 - OTRA OPINION CUSTOM
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Kustom Biker: José Angel Lorenzo
Ficha: 43 años, 74 kilos, 1,70 m
Nivel: Adicto a la Kustom Kulture y a los kilómetros sobre hierros.
Ya habéis leído las pruebas y opiniones de mis compañeros y sin embargo amigos, ven un ratillo conmigo que te doy unas pinceladas de lo que me han hecho sentir estos hierros.
Por supuesto, tenía mucha curiosidad por el nuevo invento de los de Milwaukee, la Street 750, Harley no había hecho una apuesta tan rompedora desde los tiempos en los que presentó la V-Rod, por aquel entonces sacar un modelo con motor refrigerado por agua ya fue todo un pepinazo en la misma línea de flotación de la ortodoxia Harlista, para algunos un pecado peor que el de que los motores inyectados. Pues bien, ahora la apuesta es doble, motor de refrigeración líquida y plástico por doquier, además, no sólo eso, el comprador potencial de esta moto se la plantea como una seria competencia de la hasta ahora más pequeña de la casa, la Sportster. Precisamente por todo esto no se nos ha ocurrido mejor manera de conocer a la nueva de la familia que comparándola con el que para nosotros es el hierro de Harley más tradicional. Seguramente la Sportster sea la Harley que más conserva del espíritu añejo de la vieja fábrica de Milwaukee.
Vistas las dos una al lado de la otra el efecto es raro, sencillamente si a ambas les quitáramos los logos de la marca e inocentemente nos pusieran ante ellas por primera vez, sin ningún tipo de información, inmediatamente sabríamos que una es la Sportster y la otra un modelo asiático que no conocemos, muy curioso, eso sí.
Pensaríamos que la moto desconocida es una especie de copia a escala de la V Rod y que todos los plásticos que la adornan son imposibles en Harley. No sólo hablando de materiales estamos ante algo inusual en la marca, por ejemplo, los intermitentes se accionan como las motos de otras casas, con un solo pulsador en una piña para ambos lados.
Es curioso como en Super7moto.com hemos mirado de manera muy distinta la Street 750. Fieles al universo motero somos su reflejo, una amalgama de gustos que modulan la pasión por las motos, por ello, a los grasientos nos encanta que el resto de componentes de la revista prueben los hierros de nuestra sección, pues bien, normalmente a los ruteros o los quemados no les escucharás como primera opinión hablar de los materiales que ornamentan a una moto, nosotros sí que reparamos irremediablemente en que la Street está llena de plástico, se salva el depósito, el ancho y plano tanque de combustible.
La Sportster sigue conservando su negra alma casi intacta, ese aire añejo e inconfundible, con ese depósito Peanut que sigue siendo el rey del Custom, te lo puedes encontrar en todo tipo de transformaciones aunque no sean sobre una Harley. Me gustó mucho el acabado de ésta unidad, ese color claro que, será por tener mente masculina, soy incapaz de definir. El plástico se reduce a la mínima expresión, en mi opinión la Sportster está rematada magníficamente, de una manera más que notable desde el punto de vista de los cánones del Custom. Por otra parte desde hace un tiempo los de Milwaukee se han tomado muy en serio el acabado final de este modelo, si bien sigue siendo el hierro de Harley que más representa la esencia de la transformación, es todo un lienzo sobre el que plasmar el arte sobre ruedas, no te pide el cuerpo tocarla tanto como hace unos años.
Una vez en marcha voy a relataros más o menos en qué se parecen estas dos motos: en nada. Así de sencillo.
Por más que lo intenté no encontré similitud entre ambas. Empezando por la frenada habría que decir que la Sportster actual tiene la mejor que jamás haya probado en este modelo, en términos absolutos y en referencia a otros modelos hay que decir que es muy buena; la guinda del pastel es que además viene equipada con ABS.
Por otro lado la frenada de la Street es seguramente la que menos me ha gustado de los últimos tiempos. Hemos llegado a un punto que han mejorado tanto los frenos en el Custom, afortunadamente, que nos hemos acostumbrado a detener los hierros casi hasta con dos dedos, esto no es así en la nueva moto de Harley. Para que os hagáis una idea frena como una Sportster de los 90 y no tiene ABS.
El tacto del motor de la Sportster sigue siendo el de esos martillos de Lucifer que siempre llenan, esa entrega de potencia un tanto tosca y percherona pero que va nutrida de par, capaz de clavar una velocidad razonable aunque pique la carretera para arriba, que hace entretenida hasta una larguísima recta de la llanura castellana. Por cierto, ahora la pantallita que tiene debajo el cuentakilómetros también te ofrece la marcha que llevas engranada y las rpm.
El motor de la Street es como el de una Naked al uso y no sólo porque vaya refrigerado por agua, es divertido para llevarlo revolucionado y aprovechar la ligereza del conjunto, no sabría decirte a partir de que rpm hay mayor alegría porque no dispone de esa información en el cuadro. Se maneja ágil y se me antojó muy urbana, con una caja de 6 marchas de tacto muy suave y distinto al habitual de Harley, más cómoda que la Sportster para andar manejando embrague en caso de que las latas infecten la urbe, pero cuidado al subir o bajar de las aceras porque es una moto muy baja. Sus vibraciones son casi nulas.
Por peso y estilo de conducción mi sensación es que la Street es una moto urbana y para moteros que tienen menos experiencia, no obstante la que atesora una verdadera alma Custom es la Iron, siendo un hierro que va más allá de ser una moto urbana y para principiantes.
José Angel Lorenzo
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