Triumph Trophy 1200 SE. Viajar a la inglesa

Escrito por Tomás, Sergio, José Mª el . Publicado en Pruebasafondo

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Especialmente en estos días fríos y, en algún caso, lluviosos apreciamos las virtudes de esta Gran Turismo británica. (leer más...).

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INTRODUCCION

Es algo que he comentado ya en muchas ocasiones y con muchos compañeros motoristas a lo largo del tiempo: Cuando haces un uso diario de la moto, en todo tipo de escenario (urbano, salidas a carretera de montaña, viajes nacionales y travesías continentales, solo o acompañado) y a lo largo de todo el año, terminas comprándote una GT después de haber pasado por distintos tipos de moto; y si no puedes hacerlo por la barrera económica que plantea su precio, seguramente pasarás el resto de tu vida anhelando tener una en tu garaje, mucho más aun, si te han brindado la oportunidad de probar y sentir sus excelencias en un viaje invernal.

Hablando de una manera figurada, como si tratáramos un tema de sociología que engloba a un gran colectivo, podríamos decir que dentro del panorama GT de La Moto se distinguen dos corrientes en la actualidad. Por un lado encontramos una corriente evolutiva y vanguardista y por otro una conservadora que busca la efectividad a lo largo de los kilómetros, de muchos kilómetros. La primera está formada por motos de apariencia y rendimiento ruteros, con maletas y cardan, que guardan sin embargo un corazón deportivo. La segunda por máquinas racionales, planas y robustas, que ofrecen una conducción apartada de las sensaciones más fuertes.

Veamos uno por uno cada corriente y cada modelo:

PORTADA

La corriente vanguardista se ve representada por tres motos cañón:
-La Yamaha FJR 1300, una moto que la marca de los diapasones ha dejado caducar con extraña pasividad y que, sin embargo, no deja de asombrar al que, hoy día, descubre sus prestaciones y su rendimiento deportivo. Aún recuerdo hace años, bastantes, rodar tras una de ellas en el Jarama y tenerme que emplear a fondo para lograr pasarla, después de dos o tres vueltas, en la frenada de Bugatti con mi magnífica Fire Blade 929 de entonces.
-La Kawasaki GTR 1400. Kawa ha sido tradicionalmente la marca más cañera de todas y, aun tratándose de una auténtica GT diseñada para los largos viajes con pasajero y equipaje, sus ingenieros no pudieron resignarse a abandonar su tradicional línea deportiva y diseñaron para esta GTR una curva de potencia ciertamente puntiaguda, con su punto de rabia, tratándose de una gran rutera.
-La BMW K 1600 GT. Una moto suave, de tracción casi eléctrica, con un par de camión y que entrega su descomunal potencia con una prodigiosa dosificación. Una gran moto para viajar, desde luego, pero que se revela como un auténtico pepino con maletas cuando subes de vueltas sus seis cilindros. Aún recuerdo la expresión de mi compañero Sergio, uno de los más quemados de Super7 (decir quién es el que más resulta un tanto complicado): ¡Qué motor. Si parece una R-1!

en el bosque rtBien. Esto en cuanto a la facción vanguardista. Y en cuanto a la otra, a la más conservadora, encontramos dos modelos.
-BMW R 1200 RT. Es difícil escapar al tópico al definir esta moto dentro del mundo de las GT, y no lo voy a hacer. Un Clásico.
Una vez que uno se acostumbra a la particular idiosincrasia del bóxer, la conducción de la RT se vuelve relajada, placentera, pausada… Sí, llevas un ritmo pausado y moderado, pero con el paso de los kilómetros, de muchos kilómetros, resulta que has dejado a casi todos atrás.
-La Guzzi Norge 1200. El propulsor de la Norge, con su característica uve transversal, ofrece un carácter más animado que la boxer de BMW, ya que a partir de 5.500 rpm se saca de la chistera un magnífico tirón que sorprende y que llega sin aflojar hasta el mismo corte del encendido. Al abrir gas sin contemplaciones, además, se libera de la Norge un sonido profundo y gutural desde la admisión que excita eléctricamente la mentalidad turística con la que, normalmente, uno se subirá a una GT bicilíndrica. A pesar de todo, esta Guzzi no resulta tan excitante o explosiva como para abandonar esa línea conservadora de sólo dos cilindros que abandera la R 1200 RT de BMW.

Trophy pto El León

Bien, ¿y dónde queda entonces esta magnífica touring de Triumph que vamos a examinar en profundidad dentro de Super7?
Pues en el justo equilibrio.
Se muestra más racional y equilibrada que otra cosa frente a los pepinos de viaje que se encuadran dentro de esa línea vanguardista que hemos descrito, y al mismo tiempo, eléctrica, llena y alegre frente a la línea conservadora de los bicilíndricos, que seguramente resulte sosa para un tipo de motorista de perfil un tanto deportivo, pero que disfruta a la vez preparando y haciendo travesías continentales.

Pero veámosla, veamos esta Triumph Trophy 1200 por sí misma.

Tomás Pérez.


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