La máquina de la verdad
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En este artículo descubrimos para vosotros y hacemos un poco más cercano ese aparato a veces misterioso, a veces mágico, en el que las fábricas y cada vez más equipos de carreras hacen las pruebas y ajustes de sus motores: El banco de potencia.
EL BANCO DE POTENCIA, LOS DATOS DE VERDAD
Hoy día escuchamos hablar de potencia, de caballos, lo mismo en la cola del banco que bajo la marquesina que nos da cobijo mientras esperamos al autobús, igual junto a la puerta del colegio, a la salida de clase, que frente a la ventanilla de la administración de lotería, y no digamos ya en la grada del fútbol o bajo la luz cavernosa del garito de copas.
Al margen de estas conversaciones y comentarios de calle, el motorista deportivo, y muy probablemente el motorista en general, tiene bastante clara la relación directa que se establece entre la potencia de su moto y la aceleración que es capaz de desarrollar. Y en otro lado, en el llamado más oscuro, el motorista custom aprecia como nadie el par de su motor y lo relaciona directamente, hasta sentirlo en sus manos, con el poder de su moto, con su capacidad de trabajo, en términos físicos.
Ahora bien, ¿cómo se miden estas magnitudes tan abstractas? ¿Cómo se pueden dar esas cifras con centésimas de unos conceptos que no se pueden ni ver ni tocar?
Bien. En este artículo vamos a tratar de descubrir y de hacer un poco más cercano ese aparato a veces misterioso, a veces mágico, en el que las fábricas y cada vez más equipos de carreras hacen las pruebas y ajustes de sus motores.
Medir la potencia
La necesidad fundamental por la que se crearon los bancos es clara: medir la potencia que desarrolla cada motor. Si medir es fundamental en el ámbito de la Ingeniería, también lo es en el de la Mecánica. Entendiendo por mecánica, claro está, no sólo la rama de la física, sino también la reparación y preparación de motores. Así pues, en el caso que nos ocupa, para preparar una moto buscando la mejora de sus prestaciones o, simplemente, para valorar con precisión la magnitud de las mismas, es imprescindible conocer un dato objetivo que nos permita comparar y saber si los cambios y experimentos realizados han dado su fruto.
Un banco mide básicamente Potencia y Par. El par es la fuerza con la que giran las partes móviles del grupo termodinámico de un motor, pero dicho para entendernos, es el poder de ese motor, su capacidad para realizar un trabajo. La potencia, por otro lado, es ese poder dividido en unidad de tiempo; y para entendernos en términos motociclistas sin profundizar más allá, -como hemos dicho al principio- está directamente relacionada con la aceleración que es capaz de desarrollar nuestra moto.
Muchos mecánicos, ante la necesidad de conocer, de saber, han desarrollado una habilidad para medir a ojo las diferencias de potencia en una moto. Se subían, y se suben, en ella por ejemplo después de haber comprimido un poco la culata, y dando una vuelta lo más a fondo posible intentaban detectar si la moto realmente corría más Sin embargo, esa sensibilidad se deshecha inmediatamente, por su tosca imprecisión, en el momento en el que se empieza a trabajar con un banco de potencia. La precisión y cantidad de datos obtenidos en un solo ensayo de un banco de potencia moderno, marean al principiante, e incluso desbordan por exceso de información al mecánico más veterano; sin embargo ofrecen una valiosa fuente de medidas para el preparador más imaginativo.
Aunque, realmente más que medir, la verdadera razón de ser de esta máquina es la posibilidad de comparar. Un banco de potencia te permite descartar lo que no funciona y quedarte con lo que resulta verdaderamente efectivo. Utilizando simplemente el método de ensayo-error preparadores como el mismo Ten Kate (el exitoso holandés) han basado su éxito en esta fórmula con un banco de pruebas hasta el punto de tener dos personas, 8 horas al día, exclusivamente probando miles de distintas soluciones en el banco.
Con un banco de potencia, además, se pueden descubrir fenómenos tan significativos y tan importantes a la hora de poner a punto un motor, como por ejemplo el de la influencia de su temperatura interna en el rendimiento. Para hacernos una idea, un motor de 600 c.c., por ejemplo, pierde del orden de 5 CV con cada 10 grados más de calor en sus interioridades.
¿Qué sensores utiliza un banco de potencia?
Pues, básicamente, un pick up para medir las r.p.m., una sonda lambda para medir la mezcla y otro sensor de velocidad colocado en el propio rodillo.