SUZUKI VStrom 1000 – Discreta y virtuosa - Segunda Opinión
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Segunda opinión
Anibal Saiz
Ficha Técnica: 32 años, 92 kilos, 1,89m
Nivel: Aficionado a las tandas en circuito, piloto del manchego, monitor en cursos de conducción.
Aunque apasionado de las motos y habiendo conducido o pilotado varios tipos de ellas, debo confesar que era, hasta el momento de esta prueba, un profano en materia trail. Confío en que siendo esta mi primera experiencia relevante con este tipo de monturas y con un punto de vista principalmente deportivo como es el mio ayude, sobre todo, a los menos experimentados en este segmento a la hora de valorar sus posibilidades respecto a la nueva VStrom 1000.
He podido disponer de un par de días completos para disfrutar y aprender de esta gran moto en diferentes situaciones y he de decir que no me ha dejado indiferente en ningún aspecto.
Estéticamente, la versión más básica del modelo (por su menor equipamiento), que es la que tuvimos en nuestro garaje, sin llegar a verse imponente, se muestra como una moto grande, alta, con un gran manillar y amplio depósito. Sin entrar en profundas comparaciones con otros modelos del segmento, aunque la estética se aprecia algo más sencilla, sin demasiados detalles de cara a “la galería”, lo verdaderamente cierto, es que es una moto con personalidad propia. Había visto ya varios reportajes fotográficos del modelo, pero no sería justo valorar la apariencia de la VStrom únicamente a través de las fotos. Donde la VStrom gana enteros es en directo.
El doble faro vertical y el característico pico de pato, le aportan carácter al conjunto, al igual que el gran silencioso, que aunque seguro que será un elemento discutido por algunos por su gran tamaño, os aseguro que el suave pero contundente sonido que regala a nuestros oídos acabará de convencer a los más exigentes en este aspecto. A mi desde luego, me encantó.
El depósito se ve parcialmente revestido de un armazón de plástico negro, que lejos de dar la impresión de fragilidad y sobriedad, se aprecian robustos y van en consonancia con los protectores del radiador y el conjunto de la moto. En cuanto al cuadro de instrumentos, me parece acertadísimo. Un gran tacómetro analógico, un velocímetro e indicador de marchas, ambos digitales y de un tamaño más que adecuado, hacen muy fácil la lectura de los principales parámetros a la hora de conducir, disponibles a un golpe de vista y perdiendo la mínima atención sobre la carretera.
En el marco inferior del cuadro digital tenemos el resto de los datos, un completo ordenador de abordo que incluye un indicador muy cómodo y claro con los dos modos de control de tracción de los que dispone esta VStrom (TC1 y TC2) mas el “Off” o apagado.
En cuanto a ergonomía, en pocas motos me he visto tan cómodo como en esta. Pero esta opinión está condicionada en gran parte por mis 189cm de estatura. Hay que decir que aunque es una moto alta, se llega al suelo cómodamente gracias al diseño del asiento, rebajado en sus flancos y a la “estrechez” del depósito en su unión con este último. Aún con todo, estaturas por debajo de los 175 cm se verán más limitados a la hora de manejar la VStrom en parado.
La posición de conducción a mi modo de ver y para mi estatura es muy correcta, erguida, relajada y adecuada a los mandos. El asiento es muy amplio y cómodo, aunque después de unas 3 horas de ruta tenía mis partes blandas algo adormecidas. Me consta también, la comodidad del asiento del pasajero situado en un segundo nivel, ya que pude realizar parte de la prueba con paquete. Son igualmente cómodos los asideros del pasajero integrados en la parrilla trasera de aluminio.
Por otro lado, elementos como baúl superior, maletas laterales, cubremanetas, puños calefactables, caballete central (casi imprescindible en un modelo de cadena como éste), cúpula touring, etc. deberéis adquirirlos con el pack correspondiente de los tres que suzuki tiene ofertados.
La cúpula, se puede regular 3 posiciones en altura y 3 posiciones más en inclinación, lo que nos permite tener un buen puñado de posibilidades. Eso sí, la regulación en inclinación es inmediata y se puede modificar muy cómodamente incluso en orden de marcha. Sin embargo, para regular la altura, aunque el procedimiento es muy sencillo, será necesario la utilización de herramienta adecuada. Tengo que decir que a primera vista la cúpula no me convencía mucho, más que nada por su tamaño en relación a mi altura, pero lo cierto es que cumple su función de manera más que digna.
Eso sí, aconsejaría que cada uno busque la posición que más le convenga en altura, para dejarla fija y luego modificar con más facilidad únicamente la inclinación en función de la necesidad de cada momento. En mi caso, las dos posiciones de menor inclinación, me protegían bastante bien del aire, en menor medida los brazos que quedan un poco más al descubierto. La tercera posición en inclinación, la de mayor perpendicularidad al suelo, generaba molestas turbulencias a la altura del casco que hacían que se me sobrecargara el cuello.
La utilización que le he dado a la moto ha sido 30% urbana y 70% rutera, con más carretera de montaña y caminos de tierra que autovía, no podía ser de otra manera. A pesar de su tamaño y teniendo en cuenta la naturaleza de esta VStrom, la encuentro muy adecuada para el día a día, incluso en una ciudad como la capital. Los grandes aliados para que esto pueda ser así son el manillar que aporta gran manejabilidad y ángulo de giro y la estrechez del conjunto, gracias a la composición del bicilindrico en V. Está claro que si montamos las maletas laterales nos veremos muy penalizados entre el tráfico y las vicisitudes propias de la gran ciudad.
La verdad es que sus 228 Kg declarados la dejan en muy buen lugar respecto a sus competidoras. En orden de marcha, la gran VStrom se hace sentir ligera, al menos todo lo ligera que a mi me cabría imaginar antes de ponerme en marcha hacia la sierra madrileña con ella, no sólo por su peso, sino también por sus llantas de 17” y 19” a las que tampoco estoy acostumbrado. Pero la verdad es que es una moto que se muestra muy estable en carretera incluso a velocidades por encima de la legalidad, tiene mucho aplomo, el conjunto de suspensiones la mantiene bien pegada al asfalto, absorve las irregularidades adecuandamente y transmite sensación de seguridad.
He de hacer otra confesión y es que, la impresión que siempre me han dado las maxi-trail (siempre desde mi estrecho punto de vista RR) me quería recordar a algo parecido a lo que siento cuando veo una jirafa que, a parte de ser un animal extraordinario e imponente, me causa una extraña sensación de fuerza pero inestabilidad al mismo tiempo, asemejando las horquillas de máquinas como la que nos ocupa a las largas piernas del animal e imaginándolas soportando las fuerzas y torsiones que generan las enrevesadas curvas de las carreteras más retorcidas.
Nada más lejos de la realidad, no podía estar más equivocado. Pocas veces me he divertido tanto y me he encontrado tan seguro por carreteras de esta bonita sierra como con esta moto. Incluso con el asfalto totalmente empapado me sorprendí de lo cómodo y seguro que iba entre las curvas de Lozoya, Canencia y Miraflores, porque eso sí, os he hablado de mis primeras impresiones sobre la moto, pero no os he dicho nada de la meteorología y es que me cayó una tromba de agua de mucho cuidado. Lo que por otro lado me vino estupendamente, porque la prueba no pudo ser más completa y divertida.
La verdad es que eché en falta los cubremanetas y los puños calefactables en esta unidad, ya que la meteorología era más invernal que primaveral.
A esta seguridad y comodidad entre curvas, contribuye claramente el carácter del motor, un bicilíndrico en V, con una potencia muy asumible de 100 CV y una entrega contundente pero muy suave y progresiva. La potencia puede parecer escasa sobre el papel si la comparamos con sus inmediatas competidoras, pero a mi personalmente me ha parecido mucho más que suficiente para el rendimiento que le vamos a buscar y a sacar a una moto como esta. Los bajos y medios son extraordinarios empezando a empujar con fuerza desde las 2000 vueltas.
En la parte más alta del tacómetro la respuesta del motor se aplana totalmente, pero no creo que el usuario “tipo” de este segmento busque una moto que se pueda estrujar hasta las 10.000 vueltas. En mi opinión veo más cómodo y divertido enlazar curvas con unos buenos bajos y medios y jugando con las marchas, una caja de cambios por cierto muy suave al tacto. Las marchas entran muy suavemente, con precisión y sin rascadas ni fuertes golpes.
Tanto asfalto húmedo me permitió comprobar la efectividad del ABS y en gran parte también el control de tracción. La frenada de la VStrom es potente y en seco sus pinzas radiales de 4 pistones ponen verdaderamente a prueba a la horquilla, que responde con decisión, progresividad y sin titubeos ante frenadas fuertes. Con el asfalto en condiciones de escasa adherencia se puede hacer trabajar fácilmente el ABS y la verdad es que la impresión que me dio fue de gran seguridad. Comencé tanteándolo un par de veces y siendo bastante más contundente después de comprobar que todo estaba en su sitio, comprobé que la actuación del sistema es inmediata y muy progresiva bajo mi punto de vista. En frenadas fuertes con perdida de adherencia y por supuesto con la moto totalmente vertical, la frenada se ve ligeramente alargada pero muy progresiva, con muy buen tacto en la maneta.
Por otro lado, el control de tracción tiene dos posiciones: TC1 y TC2. También es posible desconectarlo para incursiones fuera del asfalto. El TC2 es el modo más intrusivo y fue el que pude hacer saltar más fácilmente. Lo que es cierto es que no he podido “pillar” bien el tacto al funcionamiento de este elemento, porque buscando el parpadeo del testigo en el cuadro de mandos, hice culear el eje trasero un par de veces al principio, una de ellas sobre la temida pintura blanca y de manera muy apreciable, pero el testigo ni se inmutó a pesar del acusado deslizamiento.
Ante esta circunstancia, dudé de que el “TC” funcionase correctamente en esta unidad, pero finalmente lo hice parpadear en un tercer intento, saliendo de una rotonda en carretera abierta y sin tráfico y con cierta inclinación. No alcanzo a entender, aunque tal vez tenga su explicación, porqué el testigo no llegó a parpadear en las otras dos ocasiones en situaciones muy similares, con asfalto húmedo e incluso pintura de por medio. Tal vez tenga que ver con mi escasa sensibilidad en algunos aspectos a la hora de recoger los datos que la moto siempre nos transmite en menos o mayor medida.
El TC1, visto las dudas que me asaltaban con el TC2 y teniendo en cuenta que es un modo menos intrusivo, únicamente lo probé en un camino de tierra. Sé que lo suyo en estos terrenos es desconectarlo, pero para un profano como yo en estas lides la verdad es que contar con un control de tracción como el que monta la esta VStrom en modo TC1 (bastante permisivo) es muy divertido y hace que te puedas permitir muchas licencias, más de las que yo mismo podría pensar a priori.
En definitiva, esta VStrom 1000 me ha dejado muy buenas impresiones en esta mi primera andadura importante con una maxi-trail. Una moto muy equilibrada, cómoda, ligera y que transmite seguridad en su conjunto. Sus suspensiones no son tecnología punta, pero confieren homogeneidad y aplomo a la moto adecuándose a multitud de circunstancias y que permiten bastantes posibilidades de regulación. Sin grandes alardes electrónicos como se acostumbra ahora en su segmento, pero con un comportamiento muy noble, con una muy buena respuesta a la apertura del gas en bajos y medios, fácil de conducir, deportiva y divertida.
Las maxi-trail entrarán en mis planes de futuro.