Triumph Trident 660 – Prueba a fondo
TRIUMPH - El modelo de entrada a la gama de roadsters tricilíndricas de Triumph es una moto fácil, ligera, cómoda, accesible, de estética muy sugerente, con acabados de calidad, a la cabeza de de su segmento en tecnología de ayudas a la conducción y todo ello a un precio muy interesante.
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Triumph ha diseñado esta Trident para conseguir la máxima facilidad de conducción, ofrecer un aspecto y una calidad digna de la marca que representa y mantener un precio asequible que la hagan ideal para quienes buscan su primera moto grande. En mi opinión lo han conseguido plenamente, hasta el punto de que también puede satisfacer los deseos de un usuario experto que busque una moto de carretera polivalente, divertida y de un coste de propiedad bajo.
Para ello han rediseñado especialmente para este modelo su clásico propulsor tricilíndrico a fin de conseguir una gran suavidad de funcionamiento, una entrega lineal y previsible y unas prestaciones brillantes. El motor tricilíndrico de 660 cc, dispone de una potencia de 81 cv a 10.250 rpm y un par máximo de 64 Nm a solo 6.250 rpm. Triumph asegura que más del 90% de este par está presente desde 3.600 rpm hasta casi las 10.000 rpm y añade que su rendimiento, en la práctica, está a la altura de los mejores modelos homologados para poder ser limitados para el A2. Su comportamiento a lo largo de esta prueba me ha dejado plenamente convencido de que es cierto.
Abundando en su facilidad de conducción, el motor incorpora un embrague asistido anti-rebote.
El chasis es un tubular en acero que recuerda al del resto de roadsters de la marca, pero especialmente concebido para este modelo. Las suspensiones son de la marca Showa con una horquilla invertida con barras de 41 mm sin ajustes y amortiguador monoshock ajustable en precarga.
Los frenos son Nissin con discos delanteros de 310 mm mordidos por pinzas de 2 pistones y un disco trasero de 255 mm y pinza de un solo pistón.
Especial mención merece la electrónica. El modelo base dispone de acelerador electrónico, dos modos de conducción configurables (Road y Rain), control de tracción integrado en los modos de conducción, ABS y una pantalla TFT de magnífica lectura que proporciona toda la información que se pueda necesitar. Solo he echado en falta el dato de temperatura exterior, para mí poco importante.
A la hora de encargarla se pueden añadir otros elementos como el asistente de cambio para subir y bajar marchas sin embrague, sistema de control de presión de neumáticos, puños calefactables, sistema de carga USB o el sistema de conectividad “My Triumph” como elementos más destacables, además de otros relacionados con equipaje, protección o estética.
El sistema “My Triumph”, ya conocido de otros modelos de la marca, permite conectar vía bluetooth nuestro Smartphone para recabar información de la moto, configurarla, recibir llamadas, escuchar música, utilizar la pantalla TFT como navegador a través de un sistema de signos o manejar una cámara GoPro desde los mandos del manillar.
La iluminación es totalmente LED en faro, intermitentes, luces de posición y freno.
Su peso es de 189 kilos con el depósito de 14 litros lleno y su asiento está situado a 805 mm del suelo.
Se puede pedir en cuatro esquemas de color: Blanco, negro, plata/rojo y negro mate/plata. Los dos últimos con un gran logotipo de Triumph en ambos lados del depósito y un incremento de precio de 100€.
El precio de la unidad base es de 8.245€ y el de la que sería mi configuración favorita, en color Rojo/plata y con asistente de cambio, de 8.645€. Triumph España da para estos modelos una garantía de 4 años y sus intervalos de mantenimiento son de 16.000 kilómetros.
José María Hidalgo
Ficha Técnica: 66 años, 83 kilos, 1,83m
Nivel: Rutero, sufridor de atascos, adicto a las carreteras de montaña, aficionado a las tandas en circuito.
Por fin he podido disponer de unos cuantos días de buen tiempo que me han permitido disfrutar de lo lindo de esta nueva Triumph Trident, cuyo nombre evoca a la primera tricilíndrica de la marca que se comercializó en diferentes versiones entre 1968 y 1974.
La Trident es una moto pensada para servir de primera moto grande y poder ser limitada para el carnet A2 pero, como he comprobado a lo largo de esta prueba, no defraudará a usuarios con mucha experiencia que busquen una moto fácil , divertida y con prestaciones suficientes para no quedarse atrás acompañando a motos más grandes y potentes.
Estéticamente me parece preciosa, una mitad delantera que, aunque distinta, me recuerda a las Bonnevilles, una parte central que recuerda a las roadsters de la marca y una concesión en su parte trasera a la moda de eliminar el guardabarros tradicional dejando la rueda trasera al aire. La pintura y todas las piezas tienen un acabado digno de una marca que siempre destaca en este aspecto.
Visualmente es una moto “recogida” aunque con habitabilidad suficiente para que me haya resultado muy cómoda con mi metro ochenta y poco.
El manillar, de aluminio, está situado a media altura, unos 20 mm más alto que en las roadsters deportivas de la marca y es 25 mm más ancho. Su posición, unida a un asiento situado a 805 mm del suelo hace que resulte muy fácil subirte a ella. La postura es ideal para dominar la moto, el tronco va casi erguido, con una ligera inclinación hacia adelante, los reposapiés algo más adelantados que en las roadsters deportivas de la marca y el mullido del asiento no resulta duro.
La vista delantera está muy despejada, con la preciosa esfera del cuadro TFT como principal protagonista. A pesar de mi presbicia el TFT me ha proporcionado siempre una lectura perfecta de todas las informaciones incluso llevando pantalla oscura.
La Trident es muy estrecha en la zona depósito/asiento lo que facilita aún más que usuarios de talla baja lleguen al suelo con facilidad, lo que es muy importante a la hora de dominar la moto cuando se tiene poca experiencia.
El cuadro se maneja con cuatro botones para navegar entre los diferentes grupos de información y es muy fácil de usar utilizando solo el pulgar de la mano izquierda y sin tener que soltar el puño. A través del menú y con la moto en parado se pueden configurar muchas opciones para adaptarlo a nuestros gustos, por ejemplo, las bandejas visualizables, el control de tracción y entrega del motor para cada modo de conducción, régimen de aviso para cambiar de marcha o brillo de la pantalla entre otros. Todo de forma sencilla, aunque el método de cambiar fecha y hora no resulta muy intuitivo hasta que lees en el manual que hay que borrar los dígitos antes de introducir los nuevos.
El aviso de régimen de cambio de marcha alcanzado está muy bien resuelto ya que se adapta automáticamente a cada fase de rodaje durante el mismo y ayuda a su correcta realización. Una vez finalizado el rodaje, avisa al régimen predeterminado o al que su usuario haya decidido fijar a través del menú. Una buena idea que no había visto hasta el momento en ninguna otra moto.
Con su peso de 189 kilos con depósito lleno y la correcta posición de su manillar, resulta muy fácil de mover en parado tanto a su lado como subido a ella. Siempre transmite una gran sensación de ligereza.
Arranca con un precioso sonido, que luego va enronqueciendo según aceleras y que colabora al placer de conducirla.
La primera entra con precisión y sin ruido, el embrague por cable resulta progresivo y no requiere mucha fuerza y el motor responde desde 2.000 vueltas en marchas cortas con solvencia y suavidad.
Por lo comentado, su buena postura de conducción y la dulzura y progresividad de su motor tiene un comportamiento ejemplar en ciudad. En atascos su estrechez y radio de giro facilitan ponerte siempre el primero en cada semáforo y su modesto consumo, sumado a sus revisiones cada 16.000 kilómetros, da un coste de propiedad muy razonable. La pata de cabra es fácil de accionar y deja la moto en posición muy estable sin que cueste levantarla luego. Es una de las motos más agradables en tráfico urbano, si no la que más, que he tenido ocasión de probar.
Saliendo de la ciudad por autovías de circunvalación he tenido ocasión de estirar el motor y comprobar lo progresivo y vivo que resulta, con una entrega constante desde 2.000 rpm en las tres primeras marchas y desde 3.000 hasta el corte de encendido en sexta. Un rango útil de más de 7.000 vueltas con una entrega uniforme y predecible en toda circunstancia. Sin leer las cifras de catálogo mis impresiones me habrían hecho pensar en más de los 81 cv anunciados ya que rinden mucho en esta moto.
En autovía he podido comprobar una estabilidad y aplomo sin tacha tanto en línea recta como en curvones tomados a buena velocidad. Cierto que se nota la presión del aire, como en cualquier naked de postura poco radical, pero sin que sea problema a velocidades lógicas de viaje. La moto corre más que suficiente y permite cruceros muy superiores a los que aguantarán nuestros brazos y cuello durante muchos kilómetros.
De viaje se disfruta mucho con su ligereza, postura relajada, excelente respuesta de su motor y ausencia de vibraciones. Su principal inconveniente es la poca capacidad de carga, agravada por carecer de parrilla trasera, pero su pureza de formas se rompería si la llevara. Para un viaje de pocos días podemos recurrir a la socorrida mochila o a las opciones de bolsa sobre depósito y asiento trasero del catálogo de la marca específico para este modelo.
La buena entrega de su motor permite adelantamientos rápidos sin tener que recurrir a bajar marchas y nos lleva por las zonas de curvas con agilidad y diversión.
Los espejos son amplios y devuelven siempre una imagen clara, sin vibraciones que la afecten y efectivos sin tener que mover la cabeza. Su superficie útil es suficiente a pesar de verse algo mermada por los brazos del piloto.
Su bajo consumo permite autonomías muy razonables en viajes de larga distancia. El consumo medio a lo largo de los casi ochocientos kilómetros de esta prueba ha sido de 4,77 litros a los 100 Km, con un mínimo de 4,48 en una ruta por carreteras nacionales y locales a ritmo razonable de viaje y un máximo de 5,17 en una salida con amigos solventes armados con motos entre 40 y 80 cv más potentes, realizada en su práctica totalidad por carreteras de curvas. Utilizando el total de su depósito de 14 litros, su autonomía teórica con el consumo que considero mas aproximado al de un viaje sin autopista supera ligeramente los 300 Km lo que permite planificar etapas de más de 250 Km entre gasolineras con margen suficiente.
No es la moto ideal para llevar pasajero durante muchos kilómetros ya que aunque la postura de piernas no es incómoda, la zona de asiento del acompañante es justa y sin posibilidad de apoyo trasero. No hay más sitio al que agarrarse que un rebaje a cada lado debajo del asiento. En el catálogo de accesorios hay unas agarraderas amplias y robustas que yo añadiría si fuera a llevar pasajero con cierta frecuencia.
Por donde más he utilizado la Trident ha sido por mis carreteras de montaña favoritas, la situación de mayor exigencia para cualquier moto y en la que me ha acabado de convencer su comportamiento en cualquier terreno asfaltado.
La Trident resulta ligera, precisa, fácil de insertar en la curva y mantiene su aplomo a lo largo de ella. Cambia de inclinación con rapidez y facilidad y la inclinación es progresiva y predecible por lo que da mucha confianza. Imagino que en esta progresividad algo colaboran los Michelin Road 5, neumáticos que no había tenido ocasión de probar y que me han gustado, muy buen agarre en seco y aunque no he pisado carreteras suficientemente húmedas, seguro que también en mojado si siguen la tradición de sus antecesores los Road 2, 3 y 4.
La postura de conducción facilita actuar sobre el manillar sin cargar peso sobre él, sujetándote al depósito con las rodillas y cuanto más cerradas o enlazadas son las curvas, mayor sensación de agilidad proporciona.
Los frenos son relativamente sencillos y la bomba del delantero no es radial, pero no he echado en falta más potencia. Su funcionamiento es muy bueno, no hace falta dejarte la mano apretando la maneta para conseguir fuertes deceleraciones y el tacto es muy correcto y progresivo. La moto mantiene una buena estabilidad en frenadas fuertes sin descolocarse, facilitado también por una horquilla que aguanta la presión del freno delantero sin hundimientos excesivos. El sistema trasero también tiene buena potencia y colabora a detener la moto en pocos metros.
Algo parecido se puede decir de las suspensiones, no tienen más regulación que la precarga del amortiguador pero los tarados son muy acertados para mi gusto y aunque tuvieran regulaciones de hidráulicos, no las hubiera tocado. El tarado es mas bien firme y permite un buen ritmo en asfalto bueno y mediano sin ningún tipo de baile o flotación, en asfalto muy bacheado se notan algo más duras, pero sin resultar demasiado secas y me parece preferible eso que lo contrario.
Como ya he comentado el motor es muy progresivo y con buena respuesta desde 2/3.000 rpm, dependiendo de la marcha engranada, lo que lo hace efectivo y fácil de usar en este terreno. El cambio tiene un recorrido relativamente corto y es preciso lo que la dota de una sensación deportiva. El embague anti-rebote funciona muy bien y puedes bajar varias marchas de golpe sin que chille o bote la rueda trasera.
La Trident da unas sensaciones deportivas en estas carreteras por encima de mis expectativas. Su ligereza, agilidad, comportamiento muy neutro de su parte ciclo y lo aprovechable de su motor te permiten ritmos compatibles con motos claramente más potentes llevadas por pilotos de tu nivel, como he tenido ocasión de comprobar compartiendo ruta de fin de semana con un par de amigos bastante solventes.
Hoy día prácticamente todas las motos están muy bien diseñadas y tienen una buena estabilidad, pero esta Trident me ha parecido especial. Sin necesidad de recurrir a componentes tope de gama en suspensiones y frenos que encarecerían mucho su precio, tiene un comportamiento dinámico perfectamente homologable al de las mejores naked deportivas de media cilindrada.
Para la primera fase del carnet A2 quizás las motos mas recomendables sean las naked de 300 o 400 cc ligeras ya que su peso y tamaño las hacen muy manejables y no necesitan ser limitadas, pero gran parte de los usuarios prefieren motos más grandes, con más presencia y que, una vez obtenido el carnet A, pueden deslimitarse y recuperar toda su potencia. Para estos usuarios la Trident es ideal por su ligereza, facilidad de uso, dulzura en todos sus elementos y, también importante, belleza. Una vez deslimitada dudo que se quede corta para nadie en cualquier uso razonable que se le vaya a dar por carretera.
Conclusiones: Si has tenido la paciencia de llegar hasta aquí, ya sabrás que esta Trident me ha gustado mucho. Es una de las motos más agradables y fáciles de conducir que he llevado y por lo tanto muy indicada para ser la primera moto grande de quien ha pasado por una 50 o 125cc. Pero no solo puede ser la elección de usuarios poco expertos, cualquier usuario experimentado que busque una moto bella, práctica, económica, con suficientes prestaciones y un buen comportamiento en ciudad, carretera y salidas de fin de semana, verá satisfechas sus expectativas.
Ficha Técnica
Fotos