Prueba Yamaha Tracer 900 GT
La Tracer 900 GT es un ejemplo de equilibrio y polivalencia que la hace ideal como moto para todo uso, desde salidas de una jornada para hacer curvas hasta viajes a dúo con equipaje para varios días, sin olvidar una muy aceptable faceta ciudadana.
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Toda la gama Tracer está diseñada para proporcionar ese equilibrio que las hacen motos aptas para proporcionar placer y utilidad a sus propietarios en todas las circunstancias de uso. La 900 GT es la más potente y completa de la gama Tracer ya que añade a la Tracer 900 elementos que aumentan su facilidad de conducción, facilitan el transporte de equipaje y aumentan sus capacidades viajeras.
A las características de la 900 añade elementos que son opcionales en esta como las maletas laterales de 20 litros, los puños calefactables y el sistema de cambio rápido que permite subir marchas sin usar el embrague ni cortar gas. También hay algunos cambios en la gama de colores de las fibras y en las botellas de la horquilla invertida, negras en la 900 y doradas en la 900 GT.
El resto de componentes son idénticos. El motor es el conocido tricilíndrico de 847 cc con tecnología crossplane de la MT09, con 115 cv a 10.000 rpm y un par de 87,5 Nm a 8.500 rpm; incorpora embrague con sistema antirrebote; el chasis y basculante tipo banana son de aluminio; las suspensiones con recorridos de 135 mm en la parte delantera y 142 mm en la trasera están firmadas por KYB. La horquilla es ajustable en compresión, extensión y precarga y el amortiguador en precarga (a través de un práctico pomo) y extensión.
El paquete electrónico es muy completo, especialmente si consideramos el precio de este modelo. Ya que incluye acelerador electrónico, tres modos de conducción (estándar, A y B), control de tracción configurable en tres niveles de intervención y, por supuesto, ABS.
El peso en orden de marcha, con gasolina es de 215 Kg sin las maletas y de 227con ellas, la capacidad de su depósito de 18 litros y su asiento está situado a 850 mm del suelo en la posición baja y a 865 mm en la más alta.
El cuadro de instrumentos es un TFT a color con casi toda la información que puedas necesitar y digo “casi” porque he echado en falta típico indicador “range” que te informa de la autonomía restante y que, en mi opinión, resulta más útil que el existente que indica los kilómetros recorridos desde que se ha encendido la reserva.
Se ofrece en tres gamas de color: Gris con laterales en rojo, negro con laterales en color plata y azul con laterales en negro.
Su precio es de 13.299€ y el de su hermana sin maletas, puños ni cambio rápido de 11.499€.
José María Hidalgo
Ficha Técnica: 65 años, 85 kilos, 1,83m
Nivel: Rutero, sufridor de atascos, adicto a las carreteras de montaña, aficionado a las tandas en circuito.
Estamos ante la trail asfáltica de mayor cilindrada de Yamaha, una moto que basa su éxito en la polivalencia y por lo tanto en su buen comportamiento en cualquier utilización que queramos darle sobre terreno asfaltado. Por ello hemos adaptado la prueba para dedicar una jornada como mínimo en cada tipo de uso que sus usuarios puedan considerar como habitual, es decir: Ciudad, Autovía, viajes y salidas por carreteras de montaña. Dejamos a parte el circuito, terreno que no le está vedado en absoluto, pero en el que dista de ser especialista, sobre todo por recorrido de suspensiones y ergonomía general.
Su aspecto es conocido ya que la gama Tracer lleva ya varios años entre nosotros y no ha recibido cambios estéticos importantes. Un aspecto relativamente discreto y por ello elegante. La medida de sus llantas denota su vocación asfáltica, sus fibras, pantalla y tamaño de asiento la búsqueda de comodidad en largas etapas y su peso, chasis y geometrías su búsqueda de agilidad y eficacia en carreteras de curvas. Aunque en alguna de sus piezas se intuye un cierto compromiso con el precio, todas son funcionales y están bien resueltas.
Al cruzar la pierna sobre el asiento se nota que es una moto alta, aunque al sentarte y hundir sus suspensiones la altura no resulta exagerada, siendo apta para llegar bien al suelo con una talla media. La postura es cómoda y natural, en mi caso, con la espalda recta y los antebrazos casi horizontales, aunque si prefieres llevar la espalda ligeramente inclinada hacia el manillar, lo amplio del asiento te permite retrasar la posición para conseguirlo con lo que además llevas los antebrazos totalmente paralelos al suelo, claro que si te acercas o superas el 1,80, la mejor solución es poner el asiento en la posición alta (865mm en lugar de 850) con lo que consigues lo mismo sin retrasar tu posición, posibilidades no faltan ya que el manillar se puede ajustar en 2 posiciones. La postura de piernas también me resulta natural y me permite posicionar la parte delantera de cada pié en las estriberas sin que obligue a una flexión de rodillas que pueda resultar cansada a la larga. Los puños son algo más gruesos de lo habitual, imagino que por el sistema de calefacción, cuestión de acostumbrarse.
El cuadro, una pantalla TFT en color, es agradable, completo y fácil de leer, te informa de todo lo habitual y más pero, como hemos comentado, echo en falta un indicador de autonomía restante que te permita apurar más el depósito sin aprenderte cuantos kilómetros puedes hacer en reserva al ritmo que llevas. Los cambios de modo e información se maneja con facilidad desde los mandos situados en la piña izquierda y tiene múltiples posibilidades de configuración mediante un menú de fácil uso, en este caso se maneja con una rueda/pulsador situado en la piña derecha, por lo que no es recomendable cambiar configuraciones en marcha.
Al arrancarla, aparece el conocido sonido del tricilíndrico de la gama MT09, el embrague asistido, por cable, es muy suave y no cansa nada. La primera, como todas las marchas entra con facilidad y sin ruidos, el cambio es ejemplar, rápido y preciso, se nota que proviene de la naked deportiva de la marca.
El motor se ha dulcificado mucho en su gama baja respecto a las primeras versiones, no es tan lineal como el de los tetracilíndricos japoneses de última generación a bajas vueltas, pero tampoco resulta brusco. Al acercarse a 5.000 rpm empuja mucho y con total regularidad y sube de vueltas con mucha alegría hasta las 11.000 rpm cerca ya del corte del encendido.
El sistema de cambio rápido funciona a la manera clásica de los quick shifter que se montan en motos de circuito, no sirve para bajar marchas pero funciona con mucha finura para subirlas siempre que el motor vaya suficientemente revolucionado y lleves el acelerador abierto, es más bien deportivo que turístico y se le saca el máximo provecho en conducción alegre.
Los tres modos de conducción son el estándar, el A que es la opción más enérgica y el B que es el más tranquilo y está pensado para situaciones de lluvia o piso muy deslizante. Para todo uso, incluso deportivo por carreteras retorcidas, me quedo con el estándar con toda la potencia en la segunda parte de la gama de revoluciones y una entrega en la primera mitad muy previsible. El A proporciona sensaciones más deportivas en bajos y medios, pero su entrega es más bronca, lo usaría sin duda en circuito.
El control de tracción tiene, además de poder desconectarse, dos niveles de intervención, el 2 está pensado para todo uso y es el que he utilizado durante toda la prueba sin que lo haya visto actuar salvo saliendo inclinado de curvas muy bacheadas o al pasar por alguna zona con algo de grava igualmente inclinado. El 1 es el menos intrusivo y lo utilizaría en circuito, la opción de desconexión solo parece útil si sales del asfalto, lo que no parece la vocación de este modelo.
El ABS funciona con suavidad y no ha entrado en ningún momento en que no pareciera necesario, se notan las pulsaciones lo justo para saber que está actuando. En general, los frenos funcionan muy bien, con tacto y potencia sobrada, obviamente con un recorrido de 135 mm de horquilla, tienes que esperar a apretar del todo a que esta se hunda y el neumático delantero esté bien apoyado en el asfalto, como en todas las motos de este segmento es especialmente útil combinar ambos frenos si tienes que hacer una frenada fuerte. El trasero es también dosificable y con potencia sobrada para hacer entrar el ABS sin esfuerzo.
Para probarla en ciudad he atravesado Madrid varias veces y la Tracer se ha portado de maravilla, ciertamente su manillar la limita un poco a la hora de avanzar entre coches parados, pero igual o menos que a cualquier otra trail, por lo demás, la postura y anchura de manillar la hacen fácil de manejar a poca velocidad, el embrague no cansa y, si pasas claramente del 1,70 su altura no será un problema al pararte. He hecho toda la prueba con maletas y he visto que en ciudad no molestan ya que al estar tan integradas apenas aumentan la anchura de la moto, si pasa la parte delantera, pasa la trasera. Eso sí, si se trata de hacer slalom entre coches parados, se agradecería un menor radio de giro ya que la Tracer 900 no destaca en este aspecto.
Por otra parte, los retrovisores son de buen tamaño y proporcionan una muy buena visión de lo que te sigue. La pata de cabra es robusta y permite aparcar la moto con estabilidad, el caballete es aún más robusto y muy práctico a la hora de engrasar la cadena o poner presiones.
Por autovía se pueden mantener cruceros altos sin cansancio y con comodidad, gracias a la cómoda postura de conducción y a la buena cobertura que proporciona la pantalla. Esta se puede posicionar manualmente en dos alturas, la baja cubre el torso hasta el cuello con mis 1,83 y el asiento en posición baja, la posición alta desvía el aire hasta la parte superior del casco, aunque se cuela algo más de aire por los laterales lo que no resulta incómodo salvo en días de mucho frío, en todo caso resulta cómoda.
Las prestaciones son sobradas en este terreno en el que se puede viajar a altos sin notar inestabilidad en rectas o curvas amplias.
De viaje hay que decir algo parecido, es una excelente opción para realizar trayectos largos, al ritmo que decidamos, sin cansancio.Tanto el asiento del piloto como del pasajero son amplios y firmes sin resultar demasiado duros. La postura es relajada tanto para el piloto como para el posible pasajero. En carreteras estándar es muy fácil adelantar por la aceleración que proporciona su motor desde medios hasta el corte de encendido, más aún utilizando el cambio rápido si rebasamos más de un vehículo en la misma maniobra. El cuadro es fácil de leer y fácil de manejar además invierte su configuración de colores si circulamos por la noche o entramos en un túnel para facilitar la lectura en condiciones de poca luz.
El consumo es más que razonable, por un descuido no apuntamos el consumo exacto al llenar tras una ruta a ritmo lógico de viaje pero estaba no muy por encima de los 5 litros. Posteriormente medimos el consumo en una salida casi exclusivamente por carreteras de montaña con una mayor exigencia al motor y recorrimos 233Km con 13,2L lo que da un consumo de 5,66 litros cada 100 Km, que me parece muy razonable para una moto de sus prestaciones. Con su depósito de 18 litros garantiza una autonomía en viaje superior a los 300 Km, incluso con cierto margen para buscar gasolinera.
En viaje es importante la capacidad de carga y, por lo tanto contar con la comodidad de sus maletas que son muy fáciles de poner y quitar. Están muy bien integradas tanto estética como funcionalmente y no aumentan demasiado la anchura de la moto. Como contrapartida no tienen la capacidad de las habituales en las trail de mayor cilindrada aunque su capacidad real es mayor de lo que parece, sus 20 litros no permiten introducir un casco pero para ropa se aprovechan bastante bien. Si fuera mi moto y pensando en los viajes, montaría la robusta parrilla opcional que permite atar con facilidad bolsas de gran tamaño.
A una trail asfáltica como esta hay que pedirle siempre un buen comportamiento en carreteras de montaña y la Tracer 900 destaca en este terreno. Para comprobarlo me uní a una ruta que organizan todos los años mis compañeros Almudena y Tino “Los otros puertos de Ávila”, una ruta de mas de 650 Km que va enlazando puertos a cual más retorcido y transitados sin más parada que una de media hora para desayunar y dos rápidas para repostar. Un atracón de curvas por carreteras aceptables y no tanto que, tras 8 horas casi ininterrumpidas de moto, he terminado con gran satisfacción por el comportamiento de la Tracer y nada cansado, ha sido una magnífica compañera para esta ruta tan exigente.
La postura y posición del manillar facilitan mucho los cambios de dirección y su aceleración, sus medios su buena frenada y la suavidad de reacciones en retención gracias al embrague asistido que permite bajar varias marchas de golpe sin que la rueda trasera rebote o derrape hacen fácil ir rápido.
La amortiguación ha ayudado mucho a la comodidad ya que en su tarado estándar absorbe ejemplarmente los baches pero tiene las contrapartidas, comunes a la mayoría de las trail, de una cierta sensación de flotabilidad a la entrada de curvas cerradas y que obliga a hundir la horquilla antes de apretar fuerte el freno delantero. Ambos efectos se pueden minimizar con un ajuste más firme de las suspensiones que den más aplomo a la rueda delantera y una mayor resistencia en compresión a la horquilla sin que perjudiquen mucho su capacidad de absorción. El efecto en la frenada tiene una solución perfecta si utilizas ambos frenos cuando quieres una fuerte reducción de velocidad, en ese caso la frenada es siempre eficaz y estable.
He cambiado varias veces de modo estándar al A y viceversa para quedarme finalmente con el estándar, el A es más reactivo en bajos y medios pero tienes que ir más atento, el estándar es más suave y previsible y ambos responden igual en la zona media/alta del cuentarrevoluciones.
Si quieres utilizar la moto durante todos los meses del año en tu día a día, para salidas de fin de semana y algún que otro viaje, tal vez sea la mejor solución tener en tu garaje una GT y una naked deportiva, pero si solo tienes sitio para una moto no puedes dejar de tener en cuenta esta Tracer 900 GT, buena viajera, con capacidad de carga y buena ergonomía para piloto y pasajero, con razonable protección aerodinámica, ágil y divertida en curvas y con un precio interesante.
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