Crónica ruta 24 de Noviembre
Una pequeña crónica de cómo ha transcurrido la primera ruta organizada por La Escuela de Conducción Super7 y que, debido al aplazamiento por lluvia del curso que habíamos programado para primeros del mismo més, se ha convertido en el primer evento oficial de la escuela. (leer más...)
La cita era a las 9:00 en una gasolinera situada cerca de Las Rozas. Hay que agradecer a todos los asistentes el esfuerzo que con seguridad les habrá supuesto darse el madrugón, sobre todo a los que viven más lejos del punto de encuentro, pero ello nos ha permitido salir con relativamente poco tráfico y disponer de tiempo para disfrutar sin agobios el recorrido.
Es de agradecer también la puntualidad y atención de todo el mundo que nos ha facilitado organizar en pocos minutos los grupos. Como éramos casi 30, se organizaron 3 grupos, cada uno de ellos con un ritmo ligeramente distinto para que todo el mundo pudiera disfrutar de la ruta rodando a una velocidad que le resultara cómoda.
A las 9:20 el trabajo estaba hecho y salía el primer grupo comandado por Tino, inmediatamente el segundo comandado por Sergio y a las 9:25 el tercero que guiaba yo mismo.
El día aparecía grís, pero no daba la impresión de que fuéramos a encontrar lluvia y el termómetro, marcando unos 10º, anunciaba un día con temperaturas otoñales, poco extremas, ideal, porque la ruta iba a transcurrir por algunas zonas muy altas.
El primer tramo nos lleva a Galapagar, tras subir el puerto con excelente asfalto, doble carril y curvas casi de circuito, un tramo excelente si, como fue el caso, no hay tráfico. Allí se incorpora algún asistente más, incluyéndose en el primer grupo.
Atravesamos Galapagar y Colmenarejo, a paso de coche obligados por el tráfico, para dirigirnos hacia Valdemorillo bordeando el pantano de Valmayor. La carretera es agradable, con buen asfalto y curvas muy divertidas, lo peor es lo desolado que está el pantano, nunca lo había visto con tan poca agua, parece que, en parte, está motivado por el cambio de política de embalsamiento que prima a los pantanos más altos como retenedores de agua.
De Valdemorillo, evitando atravesar el pueblo, nos dirigimos a Navalagamella (donde se incorpora el asistente mas dormilón) , Fresnedillas y Robledo de Chavela. Empezamos a notar la aparición de algunas gotas en la pantalla del casco, nada preocupante, son mas fruto de la niebla, poco espesa por otra parte, que de un chubasco que pudiera llegar a mojarnos. La carretera de Valdemorillo a Robledo de Chavela no suele tener mucho tráfico, está correctamente pintada y tiene bastantes curvas, un tramo divertido y de bellos paisajes que empiezan a mostrarnos la vegetación de montaña.
En Robledo, giramos a la izquierda y nos alejamos 3,5 kilómetros para desviarnos hacia Cebreros por una carretera que rara vez tiene tráfico y que es una sucesión de curvas de todo tipo mechadas de alguna recta corta, aceptable asfalto, con muy buen agarre aunque bacheado en algunas zonas. Vamos atravesando arboledas, el paisaje es menos montañoso y más despejado pero igualmente bello.
Al llegar a Cebreros nos reagrupamos momentáneamente y elegimos el portillo de 5,5 kilómetros que nos llevará hasta el pantano de El Burguillo. Es una carretera corta, estrecha, sin pintura y muy retorcida, también algo bacheada, hay que ir atento al posible tráfico de frente que, por infrecuente, nos puede sorprender en alguna de las muchas curvas sin visibilidad que hay, pero es un tramo muy divertido. Cubiertos por la montaña a nuestra derecha, disponemos a nuestra izquierda de la vista de El Tiemblo y el valle que lo rodea.
Portillo Cebreros - El Burguillo. Foto sacada hace un año.
Al final del portillo, acabamos en la carretera nacional que une Ávila con Toledo y por la que transitamos con el pantano de El Burguillo siempre a nuestra izquierda. También está bajo de agua, mostrándonos parte de su lecho a la intemperie, pero al pasar por el puente de una sola dirección sobre su lengua, vemos que las últimas lluvias lo han recuperado en parte. Lo que hace un mes era un prado de intenso verdor, ha vuelto a ser parte del embalse cubierto por las aguas.
Pantano de El Burguillo en época de más agua.
Continuamos 3 kilómetros por la nacional y nos desviamos a la izquierda, dirección Navaluenga, para seguir bordeando el pantano. La carretera es una de las más bellas para hacer en moto, rodeada de árboles, con constantes apariciones del pantano a su izquierda, buen asfalto, bien pintada y repleta de curvas. Solo necesitas ir atento al tráfico de frente en las curvas a derecha ya que la mayoría son ciegas. Sin que el tráfico nos moleste demasiado, llegamos al final de este tramo, encaramos la recta de 2,5 kilómetrosque nos lleva a Navaluenga y paramos ya que allí está el punto previsto para el descanso intermedio. En Navaluenga hay 2 sitios que me gustan para parar: El bar “Pit Stop” de marcado carácter motorista y donde te dan como aperitivo para la cerveza sin o refresco ¡un huevo frito en cazuela metálica!, un lujo, el problema es que es demasiado pequeño para las 30 personas que vamos de ruta. Nos decidimos por el segundo, el bar “El Cruce”, con personal amabilísimo y donde con el refresco te dan un minibocadillo de jamón, embutido, tortilla, etc. Con el pan crujiente, suele estar buenísimo, me decido por uno de tortilla de patatas que me sabe a gloria.
Uhmmmm ¡Que rico!
Tras unos 20 minutos de charla y refrigerio y con la tranquilidad de escuchar que todo el mundo va a gusto y está disfrutando de la ruta, continuamos. Estamos cumpliendo estupendamente con el tiempo previsto, llevamos 2 horas de ruta y nos quedan 2 y media para que llegue la hora comprometida para la comida.
Típica vista en marcha de las carreteras de la zona
Subimos, por otra carretera estrecha y retorcida a San Juán de la Nava para enlazar con la nacional que une El Barraco con Venta del Obispo. Esta última es excelente para practicar curvas de todo tipo con buén asfalto, pero eso lo dejamos para otro día ya que al llegar a Navalmoral nos desviamos hacia el puerto del mismo nombre. Esta carretera está también perfecta de asfalto y pintura (se reasfaltó y modificó en parte hace 2 años) y el paisaje es magnífico ya que sube mucho. En invierno hay que tener cuidado ya que las temperaturas en lo alto del puerto suelen ser muy bajas y se puede encontrar hielo, pero no ha sido el caso, aún no hace tanto frío.
Vista desde la cima de Navalmoral con la carretera antes del último asfaltado
Mi grupo hace una ligera parada en la cima (1514 m.) para reagruparse e inicia la bajada que nos llevará a Ávila, ya divisándola intermitentemente a lo lejos.
Sin más incidentes, llegamos a Ávila, la rodeamos por la zona sur evitando el tráfico ciudadano y llegamos a la carretera que une Ávila con el puerto de La Cruz Verde. Paramos en la gasolinera que está nada más salir a ella y quienes tienen motos más gastonas o con menos capacidad en el depósito, repostan para poder alcanzar el final de la ruta.
Consultamos a todo el mundo, la “ruta corta” prevista nos colocaría en 20 minutos en Las Navas del Marqués, y son las 12:10, demasiado pronto. La gente no está cansada, va a gusto y todos optamos por la “ruta larga”, que nos permitirá disfrutar de puertos con nombres tan curiosos como ‘El Boquerón” (1.315 m.) y autodescriptivos como “Arrebatacapas” (1.068 m.) que deja claro que en días de viento hay que coronarlo con precaución.
La carretera que nos lleva a Cebreros atravesando estos puertos, vuelve a ser estrecha, retorcida y, en ciertos tramos, bacheada, pero las vistas son espectaculares, especialmente si divisas 10 o 15 curvas por delante a otro grupo, privilegio del que no pudo disfrutar el primero, pero si nosotros. Especialmente digno de ser comentado su tramo final bajando de Arrebatacapas a Cebreros en que se vé lo retorcido de la carretera y el valle con el pueblo al fondo.
En Cebreros tomamos la carretera que se dirige a Navalperal de Pinares, una de las más motociclistas de la zona, con buen asfalto y pintura. En ella nos ruzamos con varias motos que venían disfrutando de las curvas, afortunadamente sin forzar más de lo conveniente. El mayor peligro de esta carretera es precisamente el exceso de fogosidad de algún “piloto” que la usa en modo circuito. A mi siempre me produce algo de ansiedad cruzarme con quién va “rodilla en tierra” por carretera, sobre todo en curvas a izquierdas, muy posiblemente él domine la situación, pero me cuesta fiarme al 100%.
Vista entre Cebreros y Navalperal de Pinares
Al llegar a Navalperal, recuperamos la carretera Ávila-Cruz Verde y recorremos los 6 kilómetros que nos separan de Las Navas del Marqués y del restaurante Magalia, lugar en que tenemos reservada mesa y menú para la comida. Son las 13:35, cumplimos con holgura el horario previsto gracias a la buena disposición y disciplina de todos los asistentes.
Paramos, comentamos la ruta, nos despedimos de quienes tienen obligaciones que les impiden quedarse a comer y nos sentamos a disfrutar del menú y la sobremesa. Lo que pido me parece rico y abundante, unas judías blancas con careta (y eso que no estamos en carnaval) y unos huevos rotos con jamón, buenísimos, con las paratas ligeramente crujientes, el jamón ligeramente caliente y los huevos con toda su yema y puntilla. Sé que peco, pero me lo como todo, me autodisculpo pidiendo café en lugar de postre y disfruto de las animadas conversaciones cruzadas entre los 17 que estamos compartiendo mesa.
A las 15:30 nos despedimos y vamos saliendo en pequeños grupos, cada uno hacia su destino.
Ha sido un día muy bién aprovechado que esperamos haya gustado a todos tanto como nos ha gustado a nosotros, la impresión de todos los miembros de la Escuela de Conducción Super7 es muy positiva.
Disculpad si me he alargado demasiado, pero así podré volver a recordar este día cuando quiera, solo leyendo estas líneas.
Los miembros de la Escuela de Conducción Super7 queremos agradecer a todos los asistentes su presencia, buen humor y excelente comportamiento en ruta, especialmente a los numerosos asistentes de los foros bmwmotos.com y kawaner6s.es y a Tino que nos ha cedido sus fotos y nos ha ayudado demostrando lo buén guía y amigo que es.
Despido la crónica con la vista de El Escorial desde la carretera del puerto de La Cruz verde.
Texto: José Mª Hidalgo
Fotos: Tino Rodriguez y Super7
Si has asistido y quieres recordar algunos momentos, aquí tienes una galería con fotos de la jornada: