Aprilia Shiver 750 - Naked deportiva al estilo italiano.
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La Shiver es la apuesta de Aprilia para ganar mercado en el segmento de mayor crecimiento de los últimos años, el de las motos desnudas de media cilindrada. Motos donde la ausencia de problemas, la economía y la facilidad de conducción convencen a cada vez más usuarios, que ven en ellas vehículos prácticos y fáciles sin perder la posibilidad de disfrutar practicando una conducción deportiva en tramos de curvas (sigue leyendo).
Aparecida en el 2007 la Shiver se renovó en el 2010 cambiando detalles estéticos, con un frontal mucho más acertado que el original y unas combinaciones de colores más atractivas que las, algo sosas, anteriores. Se mejoró la ergonomía estrechando la zona delantera del asiento y bajando éste 10 milímetros para facilitar su manejo en ciudad. Pensando en incrementar su adaptación a una utilización deportiva, se retrasaron los reposapiés y se adelantó el manillar, consiguiendo una postura más ‘al ataque’ que permite sentir mejor la rueda delantera sin que por ello se pierda comodidad. La moto que hemos probado es el modelo del 2013, básicamente idéntico al aparecido hace 3 años.
El motor, retocado en cuanto a su entrega de potencia, sigue proporcionando 95 CV a 9.000 rpm y un par máximo de 8,25 kgm. a 7.000 rpm. Se nota lleno en toda la gama de revoluciones y, aunque no sube de vueltas de manera tan fulgurante como los motores tetracilíndricos, proporciona muy buenas sensaciones al acelerar, con empuje desde las 3.500 rpm y sin dejar de hacerlo con autoridad hasta cerca del corte del encendido cercano a las 10.000 rpm. El embrague, comandado hidráulicamente, parece inicialmente algo duro de accionamiento pero en la práctica funciona tan bien que pasa desapercibido y el cambio es preciso y agradable, sin fallos durante nuestra prueba y con facilidad para seleccionar el punto muerto en parado.
El acelerador tipo ‘ride by wire’, del que fue pionera Aprilia, se controla electrónicamente a través de la centralita que controla también la alimentación del motor, lo que ha permitido dotar a la Shiver de tres mapas de entrega de potencia, seleccionables en marcha con pulsaciones del botón de arranque. El mapa ‘S’ (sport) es el más directo, con una conexión casi instantánea entre el movimiento del puño y la respuesta del motor, es el que más nos ha gustado para su utilización en carretera, incluso para conducción no deportiva, obviamente el motor utiliza toda su potencia. El modo ‘T’ (Touring) proporciona también los 95CV de potencia máxima, pero con una respuesta dulcificada a pocas revoluciones, nos ha gustado para ciudad y atascos, pero, una vez acostumbrados al funcionamiento directo del modo ‘S’, nos ha parecido algo lento de respuesta para carretera. El modo ‘R’ (Rain) proporciona menos potencia y una entrega muy dulcificada, para mi gusto demasiado, incluso con suelo húmedo, yo la dejaría para condiciones de suelo muy mojado o especialmente resbaladizo.
El chasis no ha sufrido variaciones, salvo en el color de su pintura, no hace falta cambiar lo que funciona. Es un chasis mixto, multitubular de acero en la zona delantera con vigas de aluminio atornilladas para envolver al motor. Su rigidez está más que comprobada. El basculante de doble brazo, de aluminio, tiene un aspecto impresionante y muy robusto.
Las suspensiones tienen pocas posibilidades de regulación, precarga y extensión en el amortiguador y ninguna en el caso de la horquilla de 93 mm. No obstante, son muy firmes, adecuadas para practicar una conducción deportiva por carretera de asfaltos buenos y medios. El amortiguador, lateral y muy inclinado, no tiene sistema de bieletas que le de mayor progresividad. En carreteras de asfalto muy irregular, el amortiguador trasero resulta duro y nos hace notar los baches en la cintura.
Los frenos incorporan un doble disco delantero lobulado de 320 milímetros con pinzas radiales de 4 pistones y uno trasero de 245 milímetros de simple pistón. Los latiguillos son metálicos, detalle de calidad que deberían incorporar de serie todas las motos. La frenada está a la altura de las mejores de su segmento, con potencia, progresividad y buen tacto. Existe como opción la posibilidad de adquirirla con ABS que, como siempre comentamos, nos parece obligada si se va a circular mucho por ciudad y atascos donde es fácil dar un golpe al freno delantero sin pensarlo en cualquiera de los numerosos imprevistos que se producen.
Su estética es minimalista, su diseño vanguardista y la combinación de colores, especialmente el modelo en negro con tapas rojas (los de guerra de Aprilia, normalmente utilizados para sus modelos especiales ‘Factory’), pero también en blanco/rojo y gris/negro, le dan un aspecto deportivo, claramente reconocible y distinto a todo lo que hay en el mercado. La disposición de los escapes contribuyen a hacerla muy reconocible y la dotan de un sonido bello, quizás demasiado audible cuando llevas muchos kilómetros a ritmo alto, aunque esto hay quien lo considera una ventaja, yo prefiero motos más discretas en este aspecto. Para nosotros no cabe duda de que la estética es muy acertada.