Royal Enfield: Hecha Como Una Pistola
“Make like a gun”, no podía tener un lema más apropiado la marca británica que nació a golpes de la Revolución Industrial y que en sus comienzos, en Hunt End, lo que salía de su fábrica eran agujas y anzuelos. Corría el año 1851 (leer más)
No obstante su eclosión llegó de la mano de la Royal Small Arms Company de Enfield, cuando recibieron el encargo de fabricar piezas para pistolas y rifles de precisión. Ante lo que parece un prometedor despegue, la compañía decide un cambio de registro y comienza a fabricar bicicletas. Estamos en el año 1891 y la revolución industrial aceleró a medio mundo, la sociedad cambiaba y atrás quedaban los viejos parámetros feudales para adentrarse en la sociedad de las empresas y las fábricas, tímidamente aparecía la llamada clase media. Comienzan a aparecer nuevas formas de transporte e incluso de diversión.
La vieja empresa de agujas fabrica su primera motocicleta en 1901, con un motor de otra fábrica, de 239 cc y 2,5 CV. No comenzó a montar sus propios motores hasta 1914, se trataba de uno de dos tiempos de 225 cc y de un 425 cc V-Twin.
Las Guerras Mundiales trajeron jugosos contratos de fabricación de motocicletas para el ejército. Esto supuso una estabilidad que permitía poder sacar al mercado diversos modelos con distintas configuraciones, algo muy del gusto de la marca hasta ese momento, de hecho, antes de las guerras ya disponían de motores de uno o varios cilindros, en dos y cuatro tiempos.
En el periodo entre guerras apareció la gama Bullet, siendo hoy en día la producción más antigua del mundo. Aunque concretamente “Bullet” englobaba a una serie de motores cuyo desarrollo era el comienzo de lo que podíamos llamar la construcción de motos modernas, abandonando algunas técnicas que se quedaban ya obsoletas e ineficaces.
Bajo la denominación Bullet los británicos ponen en circulación un motor monocilíndrico, montado de manera inclinada y que poseía válvulas expuestas. En 1935 se realiza un diseño de motocicleta que rompe con los clichés de hierros que en realidad parecen bicicletas con motor, se trataba del modelo G, el cilindro ya se montaba vertical y con una cascada de engranajes se accionaba una magneto y la bomba de aceite excéntrica doble-sin fin, llegando a montarse con el paso de los años dos, tres y cuatro válvulas.
Durante los años 40 y 50 la gama Bullet es renovada y ajustada a las necesidades del uso urbano y los viajes por carreteras convencionales, pero sin perder la esencia conseguida por la experiencia que la guerra confirió a su diseño, nacida de la necesidad de realizar largos recorridos por los campos de batalla sin desfallecer, se amoldaba a los nuevos tiempos fuera de la vida militar.
En estos años existe la rivalidad con la también inglesa Triumph, ello motiva que definitivamente en 1948 se produjera una motocicleta que adoptara ya el nombre de Bullet como propio y no sólo como referencia a la gama de motores. Se trataba de un Twin de 500 cc que desarrollaba 25 cv. Así, ésta Royal Enfield, que nació para competir con la Speed Twin de Triumph, se fabricó durante una década, tanto la Bullet 500 como la 350 montaban una suspensión “swing arm”.
Existe una curiosidad poco conocida y es que Royan Enfield vendió motocicletas bicilíndricas como si fueran Indian en Estados unidos entre 1955 y 1959.
Con la década de los 60 llega la decadencia y los intentos por sobrevivir.
En 1962 la gama Bullet se deja de fabricar, se lanza la Interceptor, una bicilíndrica de 736 cc que desarrollaba 52 cv a 6000 rpm, las prestaciones de este modelo comprendían una velocidad máxima de 160 kms/h, aunque lo más interesante era que podía mantener una velocidad de crucero de entre 135 y 145 kms/h.
Pero ese mismo año la empresa es vendida, durante los siguientes años los intentos desesperados por relanzar la marca les hace apostar fuertemente por la competición como reclamo publicitario. En 1965 se crea un equipo oficial pero los resultados no son buenos, tan es así que al final de la temporada deciden retirarse. No obstante ahí quedaron los 201 kms/h de velocidad punta que consiguió Gordon Keith, con una Bullet 350, en el Tourist Trophy No había en ese momento otro hierro británico de 350cc capaz de conseguir esa proeza.
Finalmente en 1967 se cierra la fábrica de Redditch.
El ente para la valoración y desarrollo de la ciudad, el Local Development Corporation, se hizo cargo de maquinaria y materiales, de manera que siguieron construyendo la Interceptor en los locales de Brand-Ford-On-Avon.
Aunque 1970 se echa el candado definitivamente a Royal Enfield.
Curiosamente sobraron unos 200 motores de Interceptor que fueron adquiridos por Rickman, que durante la década de 1970 produjo series limitadas de las deportivas Rickman-Metisse.
Pero entonces, ¿Por qué se siguen vendiendo hoy en día las Royal Enfield?
La explicación la tenemos en la conexión hindú.
En 1949 Madras Motors consigue el contrato para abastecer de motocicletas al ejército, de esta manera comienzan a poner en circulación en la India la Bullet 350, al principio recibían las piezas desde Gran Bretaña y las montaban posteriormente, pero finalmente se hacen cargo de la fabricación total de las mismas. De este modo Enfield India produce durante más de 30 años las Bullets tal y como eran construidas en la Inglaterra de los años 50. En 1995 se hacen con el nombre de Royal Enfield y lo explotan actualmente. Se siguen fabricando con partes que requieren de metodo artesanal, incluso hay pintura hecha a mano en los tanques de combustible, se podría decir que no hay dos Royal Enfield iguales. Por eso puedes comprar una moto que prácticamente es como las de entonces, hay cuatro gamas la Bullet, la Classic, la Thunderbird, con motores de 350 y 500 cc y recientemente la Cafe Racer con la Continental de 500 cc, todas ellas con una ligera puesta al día en técnica y materiales.
Muy ligera, sí, pero acaso no es ahí dónde está su encanto.
Las Royal Enfield en la actualidad:
Bullet
Classic
Thunderbird
Continental GT
Web Oficial de Royal Enfield donde consultar toda la gama www.royalenfield.com
Jose Angel Lorenzo