Colonel Butterscotch, la Suzuki Bandit de ICON 1000

ICON 1000- La vida no es cuestión de victorias. Va de caerte y levantarte. Cualquiera puede ganar, pero los ganadores reales se definen por su capacidad de perder y recuperarse lo suficiente como para volver a correr. Tal fue la sórdida historia de la Colonel Butterscotch. Se construyó, corrió, se destruyó, fue reconstruida y corrió de nuevo. (Sigue leyendo)

Ella comenzó su vida en 1997 como una Bandit 1200; la última de las motos económicas muy adecuadas para ir al trabajo o realizar un viaje. De ella colgaban unas alforjas desgastadas y adornadas con calcomanías de motos, finalmente acabó en el garaje de ICON 1000. El linaje de su motor colocó a la Bandit en la rara compañía de Cooley y Schwantz; kilómetros de sonrisas y gran par esperaban por delante.
Metida en pista se intentó una maniobra de las que encienden la sangre y te envenenan si no lo intentas, apurar la frenada e intentar entrar por el hueco de los valientes, pero fue demasiado, más de lo que la llanta de 16” podía aguantar. La moto quedó destrozada.

Si hay algo por lo que en este rincón creemos que merece la pena perderlo todo es por exprimir lo que te apasiona, morir en el intento y resucitar si es preciso, en ICON 1000 decidieron rastrear Ebay y consiguieron todo lo necesario para calmar su espíritu creativo de redención, seis meses después la Bandit volvió de entre los muertos de una manera pletórica y mucho más bella.
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