VIEJAS HISTORIAS Y ALGUNOS PORQUÉS
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Ese parche, ¿qué significa?
VIEJAS HISTORIAS Y ALGUNOS PORQUÉS
Llegó a la puerta del bar encima de una Yamaha Drag Star de 650 CC. Maniobró en la acera con cierta torpeza; algo que hacía adivinar que, a pesar de rebasar los 50, no poseía, ni muchos menos, una amplia experiencia a lomos del hierro japonés.
- Todos tenemos un comienzo. No importa cuándo – pensé.
Lucía varios de los parches y símbolos más tradicionales del custom. Ya hacía rato que había apartado la vista de la pantalla de mi móvil y del puñetero Twitter, cuando le observé con más detenimiento y quise sacar en tan poco tiempo la conclusión de que era un tipo feliz: su sonrisa le delataba.
Encontró su lugar en el bar muy cerca de mí. Una vez familiarizado con el entorno, se despojó de su chupa haciéndola descansar doblada sobre el respaldo de una silla, el casco tipo jet coronaba la mesa y junto a él, fue a tomar su sitio un tercio de cerveza en tan "motograsiento" bodegón. Reparó en mi presencia y, por el casco en la barra y mis pintas, se sintió cómplice; y una sensación de jugar en casa se apoderó de él . Me saludó como si los dos poseyéramos el mismo secreto, dando por hecho que la moto que vio fuera era la mía.
Comenzamos una charla tranquila, agradable, un intercambio de experiencias en el que me confesó su reciente ingreso al lado oscuro de la moto. La conversación le hizo sentirse a gusto y con naturalidad me contó que una mañana se encontró con la tesitura de tener que iniciar una de sus rutinarias jornadas, se despertó al lado de una mujer que, después de más de 25 años, era una persona con la que no tenía ninguna afinidad más allá de unos hijos que ya eran mayorcitos y que ya volaban solos. Tenía un trabajo que ya no le producía nada más que hastío y que no era capaz de motivarle para salir del calido refugio del edredón de su cama. Hizo inventario de su alma y decidió vivir su vida, y no la vida de otro. Para dejar de ser un actor secundario en su propia vida pensó que lo mejor era hacer caso del pálpito de su corazón y recorrer los kilómetros que le quedaban a los puños de una custom. El tipo se sentía por fin en paz, satisfecho.
Nuestra charla, entre consumición y consumición, me llevó a preguntarle el porqué de alguno de los parches que llevaba en la chupa, le pregunte por los "genéricos" y de sobra conocidos símbolos que lucía. No tenía una explicación más allá de lo que marca el protocolo de la uniformidad homologada y que en muchas ocasiones no es más que de un disfraz. Pasé a relatarle lo que significa algunos de los emblemas que le adornaban y de los había oído alguna campana pero no estaba al tanto de los detalles.
Empecé por el rombo con el 1% en su interior, es posible verlo cosido en las chupas de los integrantes de algún MC, y esta combinación, en muchos casos, significa que estamos ante un Outlaw Club.
El origen se remonta a 1947 en un pueblo de Estados Unidos, Hollister, donde se citaron un buen número de moteros con la intención de pasar buenos momentos juntos y congregar a corredores de la zona a fin de realizar competiciones. A partir de aquí se mezclan leyendas, rumores y sucesos más o menos agrandados y sobre todo alimentados por el temor a una nueva manera de sentir la vida que surgía en la juventud de entonces.
El incipiente sensacionalismo de la prensa veía en este tipo de historias una fuente de ingresos muy importante como para obviarla, era fácil encontrar en las mentes rurales de la America profunda potenciales consumidores de este tipo de noticias. Lo que está claro es que la reunión de moteros se produjo, las crónicas de la época hablaban de 4000 salvajes sin respeto por la ley y el orden que pronto buscaron la máxima diversión, convirtiéndose en una horda de borrachos en moto que escenificaron el infierno en la tierra para mayor gloria del diablo y desgracia de las pobres gentes, temerosas de Dios, que habitaban Hollister. El asunto llegó incluso a ser portada de la revista Time.
Aunque, sin duda, la fotografía más famosa sobre este asunto es la que muestra a un alcoholizado individuo sobre una moto y muchas de botellas alfombrando el suelo.
Con el paso del tiempo muchas han sido las voces que hablan de la falsedad de esta foto, se ha llegado a mencionar que el embriagado motociclista es, en realidad, un agente de la ley que con la complicidad de un periodista decidieron realizar el montaje.
En cualquier caso dicha concentración fue una novedad en una acartonada sociedad que no estaba preparada para convivir con este tipo de eventos y aunque los altercados se magnificaran, el simple hecho de que un buen puñado de moteros se concentrara en una localidad era una tormenta en ciernes.
Hollywood vio una magnifica historia para llevar al celuloide y tomando estos hechos como inspiración se rodó la película "The Wild One", traducida en España como "Salvaje". La cinta encumbró a la categoría de icono a la imagen de Marlon Brando enfundado en su chupa de cuero, al frente de unos díscolos motoristas que llegan a una pequeña localidad y en la que se retrata el choque que ello produce. Personalmente me fascina el retrato, casi a modo de observador histórico, de cómo se vivían las situaciones.
Hay que fijarse que tras los títulos de crédito, y como introducción, aparece un pequeño texto leído con "voz en off", una seria y afectada voz avisando de que más vale poner remedio o lo que se va a narrar allí tal vez acabe ocurriendo junto a tu propio hogar. Prácticamente faltaba que dijera que si a tu pueblo llegan unos moteros las aguas se convertirán en sangre, los primogénitos morirán y una plaga de langostas asolará las cosechas, deliciosamente ingenuo.
Un dato curioso: los Black Rebels, los chicos del moto club que lidera Brando, tienen como moto la británica Triumph Thunderbird, nada de Harleys ó Indians, éstas quedan para la banda motera rival.
Las consumiciones iban cayendo y a mi interlocutor no parecía molestarle la "chapa" que le estaba metiendo, con lo cual, seguí con mis batallitas de la imaginería de la cultura custom.
Continué explicándole que los sucesos de Hollister supusieron tal revuelo que los motoristas vieron como se les venía encima una fama de delincuentes. Ante esto la AMA, la principal asociación de usuarios de motocicletas salió al paso declarando que el 99% de sus afiliados son personas respetables y decentes, tan sólo un pequeño porcentaje, el 1%, son moteros que no siguen las normas y se encuentran al margen de la ley. Nada más escuchar esto algunos moto clubs (MC) se declararon independientes de la AMA y reivindicaron ser ese 1% que vive libre de unas normas que no comparten. Esto generó el famoso parche en forma de rombo.
Mientras mi colega me obsequia con una cara que denota que su curiosidad está siendo satisfecha continúo adentrándome en el mundo de las bandas.
Los moto clubs "rebeldes" adoptaron este parche que colocaron junto a sus "colores", el emblema que lucen en las espaldas de sus chalecos o chupas, esto hacía ver a todo el mundo que se estaban topando con un "Outlaw Club". Pero ¡ojo! un MC no es automáticamente un club de moteros que realizan actividades ilegales, muchos, la mayoría, no se encuentran al margen de la ley.
Los MC fueron evolucionando y modelando sus propios códigos, tienen mucha leyenda negra, justificada unas veces y fantaseada en otras, en cualquier caso todos tienen cosas en común, sobre todo el lo referente a jerarquías y organización. Hay ciertos parámetros comunes para todos.
La disposición y diseño de los parches se rige por unas premisas básicas y constan de una serie de elementos diferenciados.
En la parte de arriba está el "Top Rocket", en él se aloja el nombre del MC, en el centro se encuentran "Los Colores" que es el símbolo del club. Estas organizaciones se componen de varios "Chapters" ó "Capítulos", cada uno ellos pertenece a una ciudad ó región y es considerada como su territorio, su nombre aparecerá en la parte de abajo, el "Bottom Rocker". Se han dado ocasiones en las que los MC más beligerantes no han consentido que ningún otro club pusiera en su parche el nombre de un lugar que consideraban como suyo. Lo normal es que más de una de éstas organizaciones lleven la misma localidad a su espalda con toda naturalidad, aunque ya sabemos como son éstas cosas, tal vez haya una tribu que decida que si les pisas sus negocios no estén por la labor de ser buenos samaritanos.
Mi compañero de barra, con una mueca de desagrado, me hizo saber que lo que más detesta de este mundillo es la facilidad con la que se topa con símbolos alemanes de la segunda guerra mundial, cruces de hierro y esvásticas, en alguna ocasión, aunque también hay que contar con la Cruz de Malta. El desconocimiento del verdadero motivo de la utilización de elementos nazi está bastante extendido, se da por supuesto que se trata de un ensalzamiento y simpatía de esta asquerosa ideología, evidentemente el que hoy en día lleve una esvástica es muy complicado que no sea porque este de acuerdo con lo que significa. El origen es muy distinto. Hay que remontarse de nuevo a la década de los 40, cuando acabada la segunda guerra mundial los muchachos que estuvieron en Europa peleando contra Alemania, volvieron a casa. Se trataba de tipos que se habían jugado la vida en una guerra y en la que se habían forjado unos lazos de camaradería y hermandad que en casa empezaron a echar de menos, a esto hay que unirle que no se acostumbraban a la paz tranquila y aburrida de una sociedad americana encorsetada y dominada por rancias normas. Los trabajos en campo y fábricas no les llenaban, se asfixiaban en las normas sociales, encontraron la oportunidad de fomentar de nuevo esa hermandad recorriendo el país y viviendo libres, para ello tenían a su disposición un vehículo barato, uno que ellos mismos podían reparar o modificar y que además les ofrecía diversión garantizada: la motocicleta.
Comenzaron a recorrer las carreteras y caminos del país y se adornaron con los trofeos de guerra que trajeron del viejo continente, cascos, guerreras y por supuesto las cruces que arrancaban a los alemanes muertos o hechos prisioneros. Por cierto, La Cruz de Hierro no es un símbolo nazi, es anterior a la llegada al poder de Hitler, mucho antes ya era una condecoración utilizada por las tropas germánicas, obsérvese, por ejemplo, como ya pendían del cuello de los combatientes teutones durante la 1ª Guerra Mundial. Se trata de una derivación de la Cruz de la Orden de los Caballeros de Malta. Es, desde el medievo, insignia al valor debido a las valerosas acciones de éstos caballeros, originariamente conocidos como de San Juan u Hospitalarios, para defender a los peregrinos que iban a Tierra Santa.
Señalo un parche en especial de los que lleva mi compañero de barra de bar: la bola 8. Uno de los parches que más gracia me hace cuando lo veo. Como para todo en esta vida hay varios puntos de vista sobre el significado de este emblema. El más habitual y el que cree la mayoría de los que lo llevan es el de hacerte notar como un personaje que rueda por el lado difícil de la vida; si introduces antes de tiempo la negra bola 8 te quedas con un palmo de narices, pierdes, en ese caso lo mejor que puedes hacer es irte con la cabeza alta y sin perder la dignidad. Pero como en el billar si te encuentras detrás de ella te bloquea el tiro, no la puedes tocar, estás en una jodida situación, te mueves por la parte de la vida que da a un precipicio. Me sonrío pensando que muchos de los que lucen la 8 negra no saben el otro posible significado ¿o si? Tal vez sepan darle sentido a la frase "Behind the eight ball". Los 70 trajeron numerosas liberaciones sexuales y la de la comunidad gay era una de ellas, aún así no era fácil salir del armario y muchos vivían su sexualidad en ámbitos discretos que tenían sus propios códigos y la bola 8 era uno de esos mensajes secretos que daban a "entender". Me contaba hace un tiempo un biker, que estuvo en los USA para hacer la 66, que fue objeto de insinuaciones un par de veces por llevar la 8 y es que parece ser que por aquellas tierras, según él, sólo la comunidad motera homosexual porta ese emblema.
Pasó el tiempo y nuestra animada charla tenía que acabar, ya en la calle hablamos de nuestras motos y con un choque de manos sellamos nuestro compromiso de encontrarnos en la carretera. Mientras se alejaba me dio la sensación de que la próxima vez que nuestros caminos coincidieran vería su chupa con una decoración distinta. Probablemente el tiempo y los kilómetros le harían valorar de manera distinta los parches.