Royal Enfield Continental GT: La Evocadora de Sueños - Una atracción más allá de La Moto
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No me gusta este apartado… Quiero decir que no me gusta por lo que pueda tener de exhibicionista. Siempre lo he eludido amablemente, por no mostrar de plano el rechazo que me produce ese comentario aparentemente accesorio, pero tan obvio para la cultura machista que domina el esquema en el que vivimos, que resulta obligado. Sí, me refiero a esa frase que llega, que pasa por encima de cualquier explicación juiciosa y analítica que das sobre el modelo en cuestión, y te cortan diciendo: “Oye, pero con esta moto se tiene que ligar un montón. Es que llama mucho la atención”.
Sin embargo, en el caso de la Continental GT, me he ido encontrando reacciones sorprendentes, especialmente, de personas que poco o nada les dice el mundo de la moto, que no se vuelven nunca, o casi nunca, para mirar los modelos más caros y espectaculares que han pasado por mis manos. Niños, no tan niños, ancianos y cuarentones, y cuarentonas, se volvían e incluso me dejaban caer comentarios, algunos impulsados por la curiosidad y otros por la necesidad de expresar la reacción que les producía contemplar la Continental GT, pero todos, absolutamente todos, con una espontaneidad bordada por una sencilla sonrisa. Sí, tan sencillo como que es muy posible que se trate de la moto más llamativa que he guardado en mi garaje.
El pasajero
La tapa del colín se desmonta para dejar al descubierto la plaza trasera, que exhibe unas asas muy sólidas, desde luego, pero colocadas en una posición insólita, que me ha llevado a preguntarme si es que realmente en el sureste del continente más grande montan detrás de otra forma distinta a como lo hacemos nosotros.
Y aunque en un principio ese pensamiento brotó en mi mente en un tono de broma, después descubrí que sí, que, efectivamente, es así. Y es que en la India, por ejemplo, las mujeres aún montan de lado, como lo hacían aquí nuestras madres y abuelas. Por tanto una plaza trasera nuevamente con diseño de antes.
De todos modos, la potencia del 535 mono recorta el uso de la Contiental GT a dúo, reduciéndolo a tramos urbanos muy tortuosos o a carreteras rurales poco transitadas y con suaves pendientes, a lo sumo.
La Luz
Bien. Y ya que he hecho un viaje nocturno con esta Royal Enfield, estará esperando el lector que describa cómo es la luz que proyecta ese faro redondo y cromado que protagoniza el frontal de la GT, coronado por el negro cilíndrico y los aros cromados de los dos relojes. Pues con lo que ofrece el mercado en la actualidad, podemos decir que es suficiente, pero si lo comparamos con lo que se encontraba en la época en la que está inspirada la Continental GT, sin duda resulta un verdadero lujo. Un haz amplio y estable a cualquier régimen para la luz de cruce y más que aceptable para la de carretera y para las prestaciones que nos brinda el 535.
Equipamiento
-Los mandos y conmutadores se sienten sólidos al tacto y en el manejo, dando la impresión de que podrán hacer miles y miles de repeticiones a lo largo de la vida de la Contintental GT. El reloj izquierdo contiene una estrecha y discreta ventana, en la que podemos leer el nivel de combustible, con su aviso de reserva, y debajo podemos seleccionar dos contadores parciales y el contador total de kilómetros, que se ve con la nitidez justa, si se sufre, para dar una idea, 2 dioptrías de la inevitable presbicia. El derecho contiene los testigos luminosos: el la carga de la batería y los obligatorios del neutral y la luz de carretera.
-El estárter, un mecanismo también de antes que monta esta Royal Enfield, a pesar de alimentarse a través de la inyección electrónica, obligada por normativa y, en este caso, firmada por Keihin.
-La Continental GT monta caballete central, como todas las Motos de Antes, muy sencillo de colocar bajo los 184 kilos declarados por Royal Enfield. Un elemento que el motorista clásico agradecerá para hacer su mantenimiento de la cadena, o cualquier bricolaje sobre la rueda trasera que tenga el gusto de practicar.
-La Bocina. En realidad son dos, y suenan como la de un camión de reparto. Un par de coches se llevaron su correspondiente susto cuando trataban de meterme la rueda, ganarme la posición, haciendo falta personal.
-La cajita con la pintura. Bien, este detalle es el remate a un concepto de moto que no se lleva mucho, la verdad. Junto con cada unidad de esta Continental GT, se entrega una caja que contiene repuestos diversos, como dos cámaras, un cable de embrague, otro de cuentakilómetros, alguna herramienta y ¡un spray de pintura!
El Precio
Después de todo lo descrito, el lector llevará ya unos cuantos párrafos preguntándose cuál será el precio de esta “moto de antes”.
5.199 €
Pegas
-El alternador genera una carga muy ajustada para el circuito que tiene que soportar y, otro detalle por el que volvemos al principio; Esta Continental GT es una moto de antes, de una época en la que no era obligatorio llevar la luz encendida de día. Aún recuerdo cuando un Guardia Civil me estuvo regañando después de pararme, con sus Sanglas 400 al lado, por supuesto, por llevar encendida de día la luz de mi Bultaco bajo un sol de primavera. La luz de esta Royal Enfield se apaga y se enciende, pasando por la de población, como antes, y si te detienes en varios semáforos seguidos, de esos semáforos pesados en los que pierdes la cuenta del tiempo que llevas parado, se encenderá el testigo rojo de carga de batería. Ocurrió en varias ocasiones con el freno tirado y el intermitente encendido (42 watios extra), aunque el motor no llegó a acusar ningún fallo. En cualquier caso, si aplicas el simple recurso de apagar las luces, el chivato también se apagará a los pocos segundos.
-El remate en algunos detalles simples como el cableado, descuidado en algunas partes, da un aspecto que desmerece la presencia del conjunto en general. En otro tipo de moto, tal vez tenga menos importancia, pero el motorista al que parece ir destinado este modelo pone especial atención en estos matices.
-El grosor del vástago en el que finaliza cada amortiguador para fijarse al sub chasis es tan estrecho que casi resulta mejor no mirarlo. Aunque en ningún momento dio muestras de debilidad con un tipo de más de un quintal encima y sometiéndolo, además, a las tracciones de un paso como el de Ballagaro, sí es verdad que podría dársele, imagino que de alguna forma sencilla, un aspecto algo más robusto.
Conclusión
Una moto que hay que escuchar y que hay que entender, porque, si no es comprendida, resultará muy fácil tirarla al cajón de los desastres, y eso no sería justo en absoluto. Es muy posible que ésta no sea la moto de unos cuantos lectores. Seguro que es así. Pero no por ello debe denostarse.
Por otro lado, si sintonizas con el espíritu de esta Royal Enfield, estoy seguro de que te enamorarás de ella, además será tu pareja definitiva, un amor para siempre, que no envejecerá, porque ¿cómo puede pasar de moda una moto como ésta? Jamás.
Por último y para dar una idea más del espíritu bohemio que guarda, añadir que no me sorprendería nada ver a un pintor, o a un literato, un escultor o cualquier otro artista que jamás se hubiera subido en una moto, como propietario de una Royal Enfield Continental GT.
Bien. Pero después de tanto escribir sobre comportamientos, cifras y especificaciones, dejemos que sean los que verdaderamente pueden apreciar como nadie esta moto esta evocadora de sueños quienes nos den su particular perspectiva. Dos motoristas muy particulares, poco corrientes, que nos darán su interesantísimo punto de vista. El primero escribió su propio texto con un deliciosos estilo literario, y con el segundo establecimos una conversación tras la prueba que trascribimos directamente a la página.
Tomás Pérez