Prueba Benelli Leoncino 500. Sabor intenso
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Hoy probamos una moto que va mucho más allá de las frías cifras. Es una moto caliente, que te llega al corazón. Es esencial, concentrada pero intensa, 2 ruedas, un chasis y un motor. La misma receta creada hace 120 años, cocinada miles de veces. Y esta vez a los italianos de Benelli les ha salido un plato con mucho sabor. (Sigue leyendo)

Probador: Enrique Vera
Ficha Técnica: 50 años, 85 kg, 1,83 m
Nivel: Amante y usuario de todo tipo de motos, mientras más raras mejor. Piloto de Vespa offroad. (Varias veces ganador del Vespa Raid Maroc)
La marca la presenta como una scrambler, tan de moda actualmente. Quizás la nueva versión Leoncino Trail, con llantas de radios y más altura si se ajuste a esa definición, pero esta versión asfáltica apuesta más por un concepto naked neo-retro. Es una especie de reedición de las motos desnudas de hace 40 años, despojada de todo lo accesorio, con una posición bastante deportiva, a pesar del manillar ancho. Es algo parecido a las primeras Ducati Monster pero con una pizca más de estética clásica. El resultado es una moto con mucha personalidad, quizás la que más en la nueva gama Benelli, muy transformable, que con apenas cambios lo mismo encaja como clásica, como naked, como deportiva clásica o incluso como scrambler.

Como en otras motos de la gama actual de Benelli, la calidad de diseño y de acabados brilla a un nivel muy elevado. Atrás quedan ya las reticencias sobre el montaje en China de estas motos. Muchas marcas de primerísima división montan allí, y teniendo un buen control de calidad, el resultado es de nivel europeo. Lo importante, lo que aporta valor, es el diseño, y en esta moto se nota la mano de Italia. Los italianos siempre han sabido hacer motos, han vivido las 2 ruedas con pasión, y esta moto se nota que tiene mucha experiencia detrás.
Su diseño combina elementos clásicos y modernos. El depósito redondeado dominando la moto es de los que ya no se ven. El asiento también tiene mucho protagonismo. Además de cómodo es muy bonito. El subchasis oculto también recuerda a la estética clásica, a diferencia de las nuevas tendencias. A cambio tiene muchos elementos modernos, una horquilla invertida espectacular con barras de 50 mm y tijas triples, basculante muy robusto de tubos con amortiguador lateral, faro, piloto e intermitentes de leds, y cuadro de instrumentos digital muy completo. También tiene algunos detalles difíciles, como la matrícula pegada a la rueda trasera, el carenado alrededor del faro y el pequeño león sobre el guardabarros delantero que da nombre al modelo. Pero al poco tiempo los aceptas y te gustan como algo que le da sabor a la moto.

Bueno, ¿y como va? ¿500 centímetros cúbicos dan para mucho? Pues llegamos a la parte más interesante de la prueba. Contacto, botón de arranque y ¡sorpresa! El sonido también es una parte muy importante en esta moto. Es una mezcla de ruido de escape y de admisión, un poco ronco, un poco metálico, el ritmo vivo y el tono discreto. Todo un acierto que hace que te deleites oyendo como brama subiendo de vueltas, y como gorgojea al retener. Oír el motor en una carretera de curvas encajada en un valle es todo un placer, y hasta en ciudad gusta parar en los pasos de peatones para oír el motor.
El motor sube de vueltas con mucha alegría hasta las 7500 rpm, donde se frena un poco hasta alcanzar el corte de encendido a las 8500. Es el mismo que en su hermana TRK 502. En su prueba ya vimos que sorprendía muy gratamente, al mover la moto mucho mejor de lo que su cilindrada podía hacernos pensar. En el caso de la Leoncino esa sensación de viveza y de rapidez de reacciones es aún mayor. No solo son los 30 kg menos respecto de su hermana, sino también la total ausencia de carenado te hace sentir mucho más la velocidad. La moto anda muy bien, que no es exactamente lo mismo que andar mucho. Sobre todo es muy agradable al tacto de gas en cualquier régimen, no tiene vacíos, no vibra y empuja bien sin poner al chasis en apuros. No tiene una potencia descomunal que te descoloque e intimide. Sus 48 caballos son los justos para disfrutar sin que te apabullen, y también para poderla manejar con el carnet A2.

Sus seis velocidades están bien escalonadas y el mando es preciso, aunque de recorrido algo largo. Las marchas están muy cerradas entre si, y es un placer hacer tramos de curvas jugando con el cambio y disfrutando del sonido del motor. Tal como pasaba con la TRK, el motor sorprende por su elasticidad para ser un 500 de casi 100 CV/litro. Se puede dejar caer hasta 2500 rpm, que se recupera sin rechistar. Eso si, no tiene los bajos de una 1200, para andar rápido hay que mover el pie izquierdo. Y hablando de andar rápido, su velocidad máxima es más que suficiente para una moto sin carenado, ronda los 175/180 km/h, leídos en el cuentakilómetros digital, muy claro y completo, aunque parece un poco optimista. También tiene cuenta rpm, nivel de gasolina, temperatura del refrigerante, temperatura exterior, reloj y un práctico indicador de marcha engranada. Su visibilidad es mucho mejor que las pantallas LCD de otras motos.
La baja cilindrada del motor tiene ventajas en el consumo, que difícilmente pasará de 5 litros/100 km. La capacidad del depósito es de solo 13 litros, por lo que su autonomía no es lo mejor de la moto. Otra ventaja es que no transmite mucho calor al piloto, algo importante en una moto que andará mucho por ciudad.
La postura de conducción choca un poco al principio, con estribos algo retrasados y un manillar extremadamente ancho, casi de enduro, aunque situado bastante bajo. Una vez en marcha te sientes muy cómodo en ella, el manillar ofrece mucho control de la dirección, aunque a cambio te tienes que agarrar fuerte a él por la fuerza del viento a alta velocidad.

El chasis brilla a gran altura. Sobra parte ciclo para la potencia del motor, y esa es una cualidad muy importante. Va muy bien calzada con neumáticos de perfil bajo de 120 y 160 delante y detrás. Nuestra unidad de pruebas llevaba montados unos neumáticos mixtos Pirelli MT60, quizás para potenciar su imagen scrambler… Con ellos su comportamiento en carretera era impecable, y en campo… no llegué a pobarla. Claramente no es su ambiente, me daba pena manchar una moto tan bonita y abollar con una piedra su precioso escape de acero inoxidable.
La potencia de frenado delantera es extraordinaria. Las pinzas radiales de 4 pistones y 4 pastillas muerden 2 discos de 320 mm, y detienen la moto con un solo dedo, a lo sumo 2 para apuradas muy fuertes. La poderosa horquilla las digiere bien. El freno trasero hace bien su función de apoyo, aunque el pedal sobresale un poco, y hace incómoda la colocación del pie.
Las suspensiones sujetan la moto perfectamente, si el asfalto está en buen estado. No hay meneos raros ni sensaciones extrañas. La moto va por raíles, da confianza. Cuando aparecen los baches se encuentran los límites, las suspensiones son duras y hay que bajar el ritmo. La horquilla delantera no tiene reglajes, pero el amortiguador trasero los tiene en hidráulico de extensión y en precarga de muelle, este ultimo desde un práctico pomo exterior, muy útil cuando se sube un pasajero.

En resumen, la moto me ha gustado mucho. Benelli ha hecho una moto muy redonda, muy agradable y sin grandes defectos. Es muy bonita, bastante más al natural que en las fotos. Es una moto ideal para salir temprano un fin de semana a tus carreteras de curvas preferidas, solo por el placer de montar en moto, de saborear la esencia de las 2 ruedas. El toque deportivo de su motor es totalmente compatible con su cilindrada. Dificilmente se echará en falta mayor potencia, y no solo por pilotos noveles, sino también por pilotos experimentados. Como moto de uso diario tiene las carencias propias de su concepto, el viento te azota, se pasa frío, su autonomía es limitada, no tiene huecos para guardar nada, y sería casi un delito ponerle un baúl a esta moto… Pero si eres consciente de todas esas “minucias”, su excitante sonido hará de ti una persona feliz camino del trabajo o de los recados del día a día.
Por último el precio. Benelli está teniendo muy buena entrada en nuestro mercado. Las ventas acompañan, y está haciendo imagen de marca. En ello tiene mucho que ver su política de precios. Pagar solo 6000€ por una moto de la categoría y la calidad de esta Leoncino 500 es una gran oferta. Tanto que sus competidoras naked básicas de cilindrada media se quedan un poco en evidencia. Y las de marcas “premium” no digamos. Y además con 3 años de garantía hasta final de año. Una magnífica moto nueva a precio de segunda mano.
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