Un campeonato nacional para aficionados: La Mac90 - La carrera
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Miguel Ángel Castilla.- Es difícil definir un perfil general para la Mac90, pero diría que se trata de una persona de unos cuarenta años de media que le gusta rodar en circuito, aunque está ya un tanto cansada de hacer tandas libres, y que, por tanto, busca algo más. Ese plus que te da unos entrenamientos oficiales, una parrilla, una salida, un cronometraje vuelta a vuelta de toda la carrera, la llegada con pódium, los trofeos, que resultan algo que muchos no habrían podido imaginar: Ganar, subir al pódium, el trofeo, el cava… porque la Mac da cabida a siete categorías.
Cada vez que hacemos el briefing, pregunto para cuántos es su primera carrera, y siempre se levantan media docena de manos, si no más. Por otro lado, en la Mac90 también se han inscrito pilotos de la categoría de Miguel Ángel Cortés o Manuel Hernández junior, que han venido a disfrutar del espíritu de una competición con un ambiente muy sano, divirtiéndose con unos amigos y tomando una cerveza después, comentando en tono de cachondeo algún detalle de la carrera. De esa forma el nivel de la competición de élite se pierde y se recupera esa esencia de la amistad, la diversión y la competición recreativa.

Esa duración de las carreras de la Mac90 le da al campeonato otra peculiar característica. No se trata de una carrera de resistencia propiamente dicha, con todo el rigor y la dura preparación que exige la endurance, ni tampoco con la nocturnidad, una condición obligatoria en una prueba de este tipo, con una costosísima instalación, para toda la serie de múltiples y rápidos repostajes, cambios de neumáticos y de frenos, implícitos en una carrera larga. Por otro lado, una carrera de la Mac no lleva consigo la intrínseca agonía de una prueba de velocidad pura, con salida a motor en marcha y el apremio de únicamente 12 vueltas por delante. En una carrera de la Mac, 45 minutos repartidos en dos relevos para cada piloto, parece el justo término medio para el participante. Por un lado, la sensación de un ritmo vivo de carrera, sin la explosividad de la velocidad pura, y por otro el buen sabor de boca al final de una sustanciosa tanda de vueltas en plena competición, sin rozar el agotamiento o la extenuación a los que pude llevar una verdadera carrera de resistencia.
Una carrera de la Mac90 puede plantearse con otro ritmo más holgado, otro tono más ponderado que el de una carrera de velocidad pura, aunque sin perder, claro está, ni un punto de concentración, porque la Mac90 no deja de ser una auténtica carrera.
Miguel Ángel Castilla.- Ciertamente es difícil convencer a la gente de que en estas carreras reina un ambiente amateur, donde lo importante es participar y no la pura competición; por eso hemos formado dentro de nuestra escuela un nivel que está fuera del rango que selecciona a los demás alumnos. Se trata de un nivel donde se abordan temas como la puesta a punto de las suspensiones, y además se estudia a fondo el pilotaje. Le llamamos nivel Pre-Mac90, y de los grupos que se van formando para ese nivel en cada curso vamos captando pilotos para nuestras carreras.
La Mac90 ofrece combinaciones de lo más diversas. En este campeonato uno se puede encontrar con equipos digamos de formato tradicional, esto es: con dos pilotos y una sola moto; pero también se pueden ver otros formados por dos motos, algo que de entrada aparta ese
frecuente temor a caerse con la moto del amigo. Las mecánicas, a su vez, guardan la más diversa naturaleza. Monocilíndricas, supersport de 4 cilindros, bicilíndricos de mil y más de mil, superbikes de 4 cilindros u otras supersport con dos pistones en uve, todas ellas componiendo combinaciones inéditas en las pruebas de motociclismo.
Algo semejante sucede con los pilotos: En la Mac90 se pueden ver los equipos más variopintos:
Un padre haciendo equipo con su propio hijo, equipos mixtos, y también equipos completamente femeninos, como así ocurre con el Team Mari, uno de los asiduos. Después, con el tiempo, vas descubriendo que uno es propietario de un taller, que otro lo es de una empresa de reformas, otro es fontanero, otro es policía, arquitecto, comercial, otra es informática u otra que trabaja en la Administración. Por un fin de semana todos ellos se convierten en auténticos pilotos de velocidad.
La Mac representa también para el piloto veterano, o muy veterano, una vía para mantenerse en forma, una oportunidad inestimable, probablemente la mejor, de seguir aprendiendo y desde luego, a esas alturas de la vida es una manera única de sentirse vivo, tal vez más que nunca. Lo cierto es que a alguien como el que subscribe, y como a otros muchos, le ha venido que ni al pelo un campeonato como éste por brindarle la oportunidad de segur corriendo, de seguir participando en una carrera de verdad con cierta dignidad. Si no fuera por la Mac90, a estas alturas, casi con toda seguridad, habría abandonado las carreras por completo, habría tenido cuatro o cinco frustraciones más en algún campeonato autonómico hasta convencerse de que ése no es mi sitio.

MAC.- Con el arranque de la Mac90, otras entidades tomaron también interés por este tipo de carreras y comenzaron a organizar otros campeonatos en esa misma línea amateur. De esa forma, en 2009 se abre el abanico para la oferta de este tipo de pilotos, no sólo para elegir el organizador y campeonato, sino también la zona geográfica del país. A pesar de estas nuevas propuestas, la Mac90 mantiene su progresivo incremento en la inscripción, y no es hasta 2.010 cuando se empieza a dejar sentir la crisis, y aunque Jerez se llenó ese año, la inscripción para un circuito tan popular, por ejemplo, como es Albacete bajó considerablemente, quedándose tan sólo en 28 equipos.
Las carreras de la Mac90, a pesar de limitarse a la hora y media de duración, toman por completo el reglamento de resistencia, aprovechando por ello algunos recursos muy interesantes para el principiante, o aficionado, en materia de seguridad. Tales son el Safety Car, en caso de que algún incidente requiera su presencia o el control de cada relevo y de los repostajes por parte de comisarios pendientes de cada box; pero el más interesante de todos es La Salida.
Una salida que emplea la fórmula conocida como “Estilo Le Mans” y con la que se elimina una parte muy importante del riesgo en las colisiones y también las aglomeraciones que forma el embudo inevitable de la llegada a la primera curva.