Josep Grañó, Director general de Harley Davidson para España, Portugal y Andorra
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Hablamos con tiempo suficiente (más de 45 minutos) con el responsable en nuestro país de la que quizá sea la marca de motos más emblemática. Hablamos de la particular filosofía de la marca, analizamos cada una de sus familias, repasamos la rica gama de complementos, tocamos, también un tema especialmente espinoso, y hablamos incluso de Harley en el plano de la ciencia ficción. Si el lector quiere contemplar una panorámica general, al tiempo que pormenorizada en detalles, de lo que ha sido y de lo que representa Harley Davidson en la actualidad le invitamos a que siga leyendo
Nuestro personaje de hoy llegó a Harley Davidson para España, Portugal y Andorra en abril de 2.004. Anteriormente trabajó cinco años en Derbi, tanto en el área financiera como en el desarrollo de producto.
Hablamos con, Josep Grañó, director de la marca en nuestro país.
Super7.- ¿Has llegado al mundo de la moto con un pasado motorista de siempre, o, de otra manera, has entrado en Harley-Davidson únicamente como un directivo que hoy gestiona un producto como la moto y que en otra etapa profesional puede tratarse de un perfume, de una cadena de tiendas de ropa o de electrodomésticos?
Josep Grañó.- El gen de la moto está en su familia: desde su padre, que fue mecánico de motos y que siempre anduvo en moto, hasta sus hermanos, que han montado desde siempre, como él mismo, que a los 14 años ya conducía un ciclomotor; y dice sentirse realizando un sueño, tanto a nivel profesional como personal, al encontrarse trabajando en una gran marca, como es Harley.
Super7.- Hace tiempo que escucho que el paradigma del marketing bien diseñado y su óptimo rendimiento lo constituyen dos marcas en el mundo:
La primera es Coca-cola y la segunda… Harley-Davidson.
Josep Grañó.- Lo que nos hace diferente de otras marcas es que trabajamos en el área de los sueños y de las experiencias, un área muy complicada. Evidentemente trabajamos el producto, como cualquier marca, pero además de ello, nosotros vamos con nuestros clientes, conducimos con ellos y vamos juntos a las concentraciones. Ellos nos comentan de primera mano sus sugerencias y eso, desde luego, fluyen dentro de la empresa.
Super7.- Está claro que Harley es una compañía con unos fines eminentemente empresariales. Sin embargo, algunas marcas de motos parecen ver en el motorista, única y exclusivamente, un objeto de su negocio, y nada más. Es evidente que el harlyista guarda dentro de sí un espíritu muy particular. ¿Pero cree usted que este espíritu ha crecido de una forma espontánea en torno a la marca, o ha sido Harley-Davidson quien lo ha diseñado a lo largo del tiempo con un elaborado trabajo de marketing?
Josep Grañó.- Éste es un tema muy personal. Yo creo que el harlero nace, pero a la vez tiene que descubrir que tiene ese espíritu y esos valores dentro. Todo el mundo tiene esos valores que comparte la marca: El tema de la libertad, de la camaradería, de la aventura, de conocer gente… Todo el mundo tiene estos valores. Hay gente que los descubre antes, hay quienes lo descubren más tarde y gente en la que nunca llega a aflorar. El trabajo del marketing de Harley es hacer descubrir a esa gente esos valores y no esperar a la jubilación para comprar una de nuestras motos, sino que 20 ó 25 años pueda disfrutar de este mundo Harley Davidson.
S7.- ¿Cree que la base de ese espíritu que impulsa al Harlysta y que lo hace devoto de su marca es la pasión por la moto clásica?
Le escucho arrastrando las palabras, modelando la respuesta al mismo tiempo que la deja caer.
JG.- No…, yo creo que no. El harlysta, repito, tiene esos valores de libertad, y eso sí que está ligado a la marca. Me siento libre, yo hago lo que me gusta, esas frases, además, con cierto toque rebelde, dentro de la legalidad. Tenemos muchos cirujanos, abogados, que durante la semana están ejerciendo su vida de forma profesional y durante el fin de semana se quieren sentir libres, rebeldes o internarse en la sensación de la aventura. Y cuando se encuentran, no hay etiquetas y todos somos iguales. Ése es el valor de la camaradería, en el que todo el mundo se ayuda para llegar a un destino final. Lo importante es lo que vivimos en ese camino, no llegar a la concentración o al punto final.
S7.- Pero Harley siempre ha basado su marketing, sobre todo en la imagen, ¿no es así?
JG.- Evidentemente que en Harley la imagen de la moto es súper importante, y cuando desarrollamos un modelo, tenemos tres principios sobre los que regirnos. Son el Look, el Sound y el Feel.
El Look: Si somos capaces de que se identifique una Harley sin que lleve los logos en el depósito, hemos cumplido con este principio.
El Sound: Es evidente que el sonido Harley es genuino a la marca. En USA, por ejemplo, hay anuncios de gente ciega que cuando va a cruzar la calle, reconoce el paso a su lado de una Harley.
El Feel: Esta moto te tiene que transmitir algo, si no es así, no es una auténtica Harley Davidson.
Y el tema del Look relacionado con lo clásico, pues sí, es así porque tenemos 110 años de historia, pero no es lo único que definiría a un Harlysta. Te pueden gustar las clásicas, pero el luck, el sound y el feel es lo que nos define a nivel de producto.