Ninja 250, la Super Sport de un cilindro
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Una sport turismo a escala para los que empiezan, con unas cualidades viajeras que no aparenta.
Probador: Tomás Pérez
Ficha Técnica: 1,91m, 107 kg y 56 años
Nivel: Subcampeón Mac90 2012 categoría Twin, piloto del nacional de Raids 91 y 92, del Critérium AGV-SoloMoto 78 y 79; 4º y 2º en las 6 Horas Internacionales Vespa de Barcelona 1.979 y 1.980.
A la hora de hablar de la más pequeña de la saga Ninja, la referencia a tomar, evidentemente, es la otra dos y medio de la marca, máxime cuando acabamos de probarla y publicarla en Super7moto. Sí, y en apariencia, a simple vista, esta Ninja 250 puede sugerir al lector como una versión carenada y con semimanillares de la Z dos y medio; sin embargo, debemos de pedirle que no se deje llevar sólo por lo que pueda ver en las fotografías para no precipitarse y caer con ello en un error que le llevaría a pasar por alto la versión más confortable de Kawa en el cuarto de litro.
Efectivamente, con el simple gesto de sentarse sobre ella, la Ninja 250 muestra su posición en el mercado, su carácter de sport turismo en una versión a escala de la ZZR 1400 mucho más delgado y liviana claro está; y con un octavo de sus potencias más menos.
Lo cierto es que podíamos haber aunado las dos pruebas de las dos 2 y medio de Kawa en una solitaria y comparativa, pero pensamos después que esto, precisamente, hubiera creado la confusión de algún lector fugaz, de ésos que ojean los textos en diagonal, que habría caído en esa simplona deducción, tomando la Ninja por la versión vestida de la naked. En cualquier caso, las referencias a la última de ellas en este reportaje deben de ser continuas.
Posición
Lo que anticipábamos: De entrada, el asiento se ofrece algo más blando y más acogedor que el de la Z 250. Al apoyar las manos sobre los dos semimanillares, el tronco y los brazos caen de una forma natural, buscando un acoplamiento espontáneo con la modesta protección que ofrece la cúpula del carenado. Finalmente, al colocar los pies sobre los estribos, encontré otra pequeña sorpresa que me guardaba esta Ninja. Sí, la posición de los pies es un punto más baja que la que les coloca la Z, quedando así todo el cuerpo en una posición relajada, dispuesta a hacer muchos más kilómetros de los que pueda sugerir en un principio. Así pues, la Ninja 250 muestra al soltar el embrague un aspecto rutero en un grado que va mucho más allá del que pueda aparentar.
En Curvas
Resulta también divertida, qué duda cabe, muy divertida, con la posición de sus dos semimanillares animando a abrir la rodilla en cada viraje, marcando más su conducción deportiva y volviendo a sentir, aun más incluso, esa sensación de Moto3, si sentimos en la imaginación el abrigo racing de su carenado. Sin embargo, la Ninja abandona ese punto cañero de la Z a favor de una dulzura en la conducción que nos llevará a fluir placenteramente a lo largo de una carretera de curvas, con una suspensión más considerada con las posaderas del principiante, sin que por ello comprometa en lo más mínimo su eficacia para garantizar una sobrada estabilidad del conjunto.
En Autopista
Un medio éste del que nunca se nos hubiera ocurrido hablar para una dos y medio y que, sin embargo, después de probar la dulzura y el confort que ofrece, me ha impulsado a escribir este párrafo para subrayar la capacidad viajera de la más pequeña de las Ninja en un medio de altas prestaciones, e la autobank alemana, que no deja de ser un aburrimiento, a la que tu mente y tu ánimo se deje llevar por la monotonía de una vía tan uniforme.
La posición de esta 250 te coloca como he comentado, de una forma muy natural en una postura que juega en el límite del confort con la lucha efectiva contra el viento, asistida, además, por la penetración y protección del carenado, que sin ser el de una GT, ni mucho menos, contribuye con una parte que se valora mucho más a lo largo de una buena travesía por autopista o autovía.
El Motor
Guarda la misma sintonía de suavidad con el resto del conjunto, e incluso las vibraciones, prácticamente inevitables en un monocilíndrico, se sienten en menor medida que en el caso de su hermana desnuda. Una potencia, en cualquier casos suficiente para la cilindrada y características, pero sobre todo con una entrega que facilita en gran medida la conducción y el aprendizaje de los que eligen esta Ninja 250 como su primerísimo moto.
La Frenada
Con potencia más que suficiente, contundente incluso, sí se le exige; pero mostrando, además, una dosificable progresividad, particularmente los primeros milímetros que recorre la maneta. Una cualidad muy apreciable, sin duda, desde el delicada perspectiva de quien empieza a conducir una moto, de quien empieza a adentrarse en esta pasión que nos tiene atrapados a tantos desde hace tantos y tantos años.
En cuanto al trasero, cumple muy bien su función geométrica de mantener la moto lo más horizontal posible mientras que todo el peso y toda la inercia recaen sobre el tren delantero.
Conclusión
Una moto con la que el motorista neófito podrá aprender, soltarse, como suele decirse y como con la mejor, al mismo tiempo que descubrirá el placer del equilibrio dinámicoen su máxima expresión al fluir con una suave naturalidad por las carreteras de montaña. Una moto, además, con unas sorprendentes cualidades ruteras, con las que ese principiante podrá descubrir también, el fascinante lado de la aventura en moto con viajes proyectados durante semanas sobre una moto fiable, sencilla y de mantenimiento económico, que además ofrece un sorprendente confort.
Tomás Pérez