Hyosung GD 250 R: Es fácil ser joven y soñar con Moto3
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Estrenamos nuestra sección de Motos para Principiantes con esta novedosa Hyosusng. Una deportiva, con la estética más tentadora para los más jóvenes y también para los que no los son tanto, que sorprende con amplitud y una comodidad deportiva sobre un comportamiento de lo más noble. Una moto-escuela ideal a un precio de lo más competitivo que hemos hecho pasar por las manos de tres probadores distintos (Sigue Leyendo).
Las estriberas retrasadas y alzadas, sin avisadores y además regulables, los semimanillares cogidos a la altura de la tija y un carenado integral, recortado para dejar ver parte del chasis multitubular, triangulado y de sección redonda, robusto como el pilar de un puente. Al sentarte y cogerte al manillar, la posición no deja lugar a dudas y asume todo el compromiso para llevar a los más jóvenes directamente a soñar con el Mundial de Velocidad:
Se acaba de abrir la categoría de Moto3 dentro de las imaginaciones más juveniles…, sin ir más lejos, la de quien firma este mismo reportaje.
Probador: Tomás Pérez
Ficha Técnica: 1,91m, 107 kg y 56 años
Nivel: Subcampeón Mac90 2012 categoría Twin, piloto del nacional de Raids 91 y 92, del Critérium AGV-SoloMoto 78 y 79; 4º y 2º en las 6 Horas Internacionales Vespa de Barcelona 1.979 y 1.980.
Evidentemente, el motor es discreto, recortado y asimilable para cualquier mano, que por muy inexperta que sea: No va a recibir ninguna sorpresa desagradable, por brusco que sea al soltar el embrague. Sin embargo, arriba, en el último tercio del cuenta revoluciones, ofrece un tirón muy agradable con sus nada despreciables 28 CV. Evidentemente, también, si has probado otras motos con potencia y prestaciones verdaderamente deportivas y esperas encontrar algo semejante, por la posición que brinda a su conductor esta Hyosung, has errado el tiro porque la GD 250 R no es tu moto.
Esta dos y medio, en cambio, resulta ideal como moto-escuela para coger la posición, interiorizar la postura y sobre todo ensayar todos y cada uno de los movimientos que exigen una conducción deportiva, todo ello llevado por una aceleración y una velocidad inofensivas en el puño de un aprendiz. Con ella, y con su hermana naked, Hyosung abre su nueva era desde que fue adquirida por la KR Motors.co, lo que explica las siglas KR exhibidas en distintas partes de la GD 250 R. La nueva firma decidió mantener en España el nombre de Hyosung simplemente por tratarse de una marca ya conocida.
Entre calles
En ciudad, la Hyosung GD 250 R lucha por el título de campeona de la estrechez al moverse entre los coches parados, con un radio de giro muy ágil, tratándose de una deportiva; algo que se agradece mucho también en las maniobras de garaje. Además, llegado un caso extremo, es muy fácil plegar los espejos y volverlos a extender para no quedar bloqueado en alguna trampa urbana.
Haciendo memoria y sin dejar los espejos, no recuerdo una deportiva, de la cilindrada que sea, que ofrezca una mejor visibilidad a través de los retrovisores. Incluso con un tipo tan corpulento, muestra un campo de visión suficientemente generoso, que tuve sobrada ocasión de emplear durante horas al impartir el curso de nuestra Escuela Super7moto.com, observando las evoluciones de los alumnos que fluían por la pista en mi grupo.
Pero no adelantemos acontecimientos y veamos cómo se desenvuelve esta Hyosung GD 250 R en escenarios mucho más comunes y cotidianos.
En la Circunvalación
Vayamos, por ejemplo, al anillo más concéntrico de circunvalación de Madrid, al más pequeño: la M-30 en su tramo a cielo abierto (Con mis disculpas para los foráneos de la capital, un tercio de ella va soterrado). Siempre respondo a los amigos y conocidos que me preguntan hasta dónde alcanza el radio de acción sin peligro –sin peligro por el ritmo del tráfico- de un scooter, o de una moto de 125 sin carné, que es justo hasta ahí, hasta la M-30, que obliga a un límite de 90 por hora, pero que, en la mayor parte del día, la gran masa de vehículos no sobrepasa pongamos que los 70.
Bien. Al acercarme por el carril de aceleración, observo un tráfico denso pero que fluye con soltura a esos setenta u ochenta por hora. Retengo la marcha a propósito, y ajusto mi velocidad a la de ese tráfico que ya veo abalanzarse sobre mí como un río de coches. Bajo a cuarta y abro todo el gas por el carril de incorporación. Llevo al máximo el motor y cambio a quinta instantáneamente, con el acelerador abierto al máximo en el instante siguiente y el motor rindiendo todo. Bien, hasta aquí es suficiente para subsistir en la vorágine de cuatro ruedas que se echa sobre mí. Los coches se quedan atrás para hacerme muy sencillo encontrar un espacio por el que filtrarme con esta estrecha asiática entre la manada.
La agilidad fuera de rango de esta dos y medio y la aceleración, siempre bajando una marcha para aprovechar mejor su par motor, es suficiente para circular con soltura y seguridad en un espacio comprometido como es esta circunvalación M-30 de Madrid.
En Tierra Hostil
Ya empleé este escenario la primera vez que hice la prueba de una moto con limitación para el carné A-2 a 47 CV. Pienso que es el trance más complicado de la Zona Centro, y uno de los más hostiles de la Península, para una moto de potencia limitada…, y para cualquier moto. Este tramo se encuentra en la M-40 de Madrid, comprendiendo desde la A-3 (autovía de Valencia) hasta la A-4 (autovía de Andalucía), en sentido Sur. Supongo que por una mera cuestión demográfica, circula por ese segmento todo tipo de fauna asilvestrada -por no decir directamente salvaje- montada sobre cuatro ruedas. Un tramo de la M-40 para cualquier motorista, subrayo: para cualquiera, por el que no debe de pasar abstraído en sus pensamientos. Además, de los individuos con coches de polígono en actitud beligerante, hay que tener presente a una considerable lista que no vamos a decir que marquen a sus respectivos colectivos, pero que sí es cierto que se repiten con una frecuencia más que llamativa. Furgonetas urgentísimas, taxistas de carrera larga, furgones que dejan en ridículo la velocidad de las ambulancias, feroces camiones, cortos y acorazados, que como tanquetas de asalto llevan su carga a todo gas camino de la escombrera y automovilistas, también, con prisa en general, muchas veces contagiada de una forma estúpida por la vorágine que empuja ese tramo; sin olvidarnos, por supuesto, de las figuras espectrales que de cuando en cuando cruzan imprevisiblemente la autovía en busca de su paraíso perdido en una nebulosa suspendida sobre un poblado chabolista.
Un escenario hostil como pocos.
Bien, pues allí, con la Hyosung GD 250 R, hay que estar especialmente atentos para aprovechar la justa potencia con la que contamos, escapando de las situaciones comprometidas que en un tramo así podemos prepararnos. Si andamos ligeros con el cambio, si somos capaces de bajar dos marchas en un abrir y cerrar de ojos, por ejemplo, de sexta a cuarta, y así poder aprovechar el empujón que ofrece el motor en la parte más alta del cuenta revoluciones, estaremos a salvo. Pero si, de otra manera, nos dormimos en sexta con un régimen bajo, o incluso medio, los 28 CV de la GD 250 R se quedarán cortos y sufriremos la falta de respeto, el desdén, que pone de relieve toda esa jungla descrita. Así pues, los que acaban de empezar, mejor, en cualquiera de los casos, que eviten trayectos como ése y que vayan cogiendo soltura en el manejo del cambio y, de paso, algo de intuición para presentir el siguiente movimiento de muchos de los conductores sobre cuatro ruedas.
Autovía
Colocando el trasero pegado al borde que se levanta para la segunda plaza, haciendo las veces de colín, lo cierto es que me encontré mucho más natural de lo que imaginaba, y pienso que, con una apropiada mentalización, se pueden hacer los kilómetros que nos separan de la montaña, o de cualquier escenario en el que disfrutar al máximo con esta Hyosung GD 250 R, sin pasar por un auténtico trago para nuestros riñones, nuestro cuello o incluso nuestras muñecas.
Por otro lado, los semimanillares tampoco es que vayan cogidos al eje delantero, con lo que dejan el tronco y los brazos con margen suficiente para conducir por ciudad, y también por autovía, sin tener que romperse la nuca para divisar con ángulo sobrado el panorama que tenemos en el frente. Todo esto, contándolo desde mi perspectiva del 1,91, para otros con una estatura más centrada en la media, sin duda que la posición sobre la GD 250 R le resultará más natural incluso.
Balagaro
Ya he explicado en las pruebas de motos más grandes (Sección "Pruebas a Fondo") en qué consiste este paso. Ballagaro es mi curva de pruebas particular, y la llamo así por su semejanza con ese paso tan crítico del circuito del TT, en la Isla de Man, salvando la enorme distancia, claro está, ya que mi amigo Antonio Maeso (El piloto español más rápido y con más participaciones en La Isla) pasaba por allí, en el momento de aplastarse la moto literalmente contra el asfalto, a unos 220 km/hora. La velocidad por mi particular Ballagaro es bastante más contenida, infinitamente más lenta, desde luego, pero este paso sirve perfectamente para hacer una primera prueba del chasis y las suspensiones de cualquier moto. Bien, pues me lancé con la Hyosung GD 250 R por esa bajada a derechas, y al llegar al punto en el que la pendiente cambia de sentido, que está justo en el ápice de la curva para iniciar la subida, la pequeña deportiva no se inmutó; por supuesto mantuvo la trayectoria sin desviarla ni un solo milímetro, pero además lo hizo si el más mínimo movimiento, sin la más pequeña ondulación. Perfecta, a una velocidad –la máxima a la que podía pasar por allí- que queda muy por debajo de las posibilidades que ofrece la parte ciclo que monta esta Hyosung GD 250 R. Y a todo esto, llevando la precarga trasera (único parámetro regulable de las dos suspensiones) más bien baja para mi peso; una regulación que no quise tocar en toda la prueba, digamos para sentirla en su forma más natural.
En la Pista
Confieso que el particular cóctel que me encontré al subirme a la GD 250 R me rompió parte de los esquemas que me había hecho para completar su reportaje. Había proyectado imbuirme en el papel de un motorista muy novato –y lo hice- para contar con la colaboración de una principiante de carne y hueso –en este caso, dos-, pero con lo que no contaba era con una faceta en la que una deportiva de mil es a una SBK lo que esta Hyosung GD 250 R puede ser a una Moto3. No pensaba, ni en lo más remoto, pasarla por el circuito, a menos que fuese por casualidad y para conseguir alguna que otra foto más o menos vistosa; sin embargo, en este caso, con la actitud que propone esta Hyosung, no me lo pensé dos veces, y la cargué en el remolque para llevarla al siguiente curso de conducción de nuestra Escuela Super7moto.
Cuando me presenté con ella en nuestro habitual hotel de concentración para ir a la pista de FK-1, mis compañeros empezaron a hacer chistes, entre otras cosas, por la evidente desproporción de tamaños entre un juguete tan divertido y un servidor. Sin embargo, a la mañana siguiente, entre tanta y tanda con los alumnos, tenía que andar listo, porque en el momento que me descuidaba, la Hyosung había desaparecido para encontrármela en la pista con algún compañero sobre ella haciendo las veces de monitor.
¡Qué moto más divertida en un trazado tan retorcido y tortuoso como el de Villaverde de Medina! Es la máquina a escala y medida para un circuito de ese tipo. Así es que el resultado es diversión asegurada, y de la buena, de hecho , a pesar de estar bastante habituado a esta pista de FK-1 y a pesar de mi trabajo cotidiano en el gimnasio, los dos días siguientes a la media docena de tandas que me hice con la Hyosung sentí unas agujetas digamos de consideración media.Efectivamente, divertida porque ofrece todas las posibilidades para jugar a ser piloto: Su asiento, estrecho junto al depósito y ancho detrás, que los de la talla de moto3 puedan alcanzar el suelo con las puntas de los dos pies, y ancho atrás, junto al colín para facilitar los movimientos más ágiles y sueltos en cada viraje, y sobre todo en los cambios de dirección.
En la frenada, en la apurada de frenada de final de recta, la GD 250 R se muestra sólida y capaz, consiguiendo un excelente retención, aunque sí es verdad que llevándola al límite de deceleración con un tonelaje como el de un servidor sobre ella, se siente en la dirección un ligera, y lógica, deriva hacia el lado en el que se monta el disco de freno. En cualquier caso, nada que no se pueda controlar y contrarrestar sin problema. Por otro lado, no aprecié ni un solo signo de fatiga en toda la jornada, a pesar de el trabajo extremo al que le sometí con apuradas en el límite de adherencia de la goma delantera, y con la trasera en vilo, o derivando en muchas ocasiones. Por cierto que el freno trasero retiene la moto mucho más de lo que cabría imaginar en un principio en una deportiva.
El momento del giro, el de hacerla entrar en la curva, es un punto que la GD 250 R resuelve con la lógica facilidad de su categoría, por tamaño y ligereza, aunque su geometría, también tiene los suyo que decir, claro está. En el paso por curva, sobre todo en unos virajes tan tortuosos como los de FK-1, es imbatible, un paso a ritmo de récord con la facilidad de un simple gesto. Por otro lado, la ergonomía ofrece una libertad y adaptación a nuestros movimientos asombrosa. En algún momento me sorprendí a mí mismo, encontrándome de lo más natural, en plena curva, bien tumbado y con la cabeza fuera de la carrocería a una altura tan baja como la de la cúpula del carenado. ¡Impresionante! Me sentía como en una superdeportiva de mil.
Sí es verdad que necesité de unas primeras vueltas para vencer el vértigo que sentía a la hora de inclinarla al máximo. Acostumbrado a medias atrás entre los 180 y los 200, o más, de ancho, manejar los suficientes 150 que monta esta Hyosung es como caminar sobre el cable de un funámbulo. Sin embargo, al cabo de unas vueltas, la confianza que me ofreció esta Hyosung fue total, llegando a echar en falta, incluso, algo más de distancia libre al suelo, con unas estriberas que llegaban a rozar, todo sea dicha, porque el ajuste de la precarga en el amortiguador trasero –en el punto medio tirando hacia abajo- las dejaba un punto más bajo de la cuenta. Aun así, las inclinadas con sus neumáticos de marca desconocida para mí eran de verdadera impresión.
Divértidísimas, como digo, en la pista.
Dos Plazas
La plaza trasera es llamativamente holgada para una deportiva, y mucho más en la categoría del dos y medio, además, lleva empotradas unas prácticas asas bajo el colín. Esta parte del asiento, la de la plaza trasera, se destapa girando la llave sobre la cerradura que monta entre el piloto y el pasajero, descubriendo un práctico hueco dentro del colín.
Consumo
Daremos primero un dato extremo, al que nunca llegará –estamos seguros- cualquiera de los futuros propietarios de esta divertida Hyosung. Es el consumo extra límite, con un peso pesado como quien escribe a bordo:
178,3 km, todos hechos sobre la pista, con 7,32 litros, lo que da un consumo de 4,1 l/100, realmente ridículo para el tute al que la GD 250 R fue sometida. Esto nos lleva a un consumo de 3,4 a los 100, yendo a un ritmo de unos 120 en autovía.
Precio
Una de las bazas más determinantes de esta GD 250 R
3.199 €
Vibraciones
Partamos de la base de que la Hyosung GD 250 R monta un monocilíndrico de factura completamente nueva y exclusiva para este modelo y su versión naked. En ese caso, en el de un solo cilindro, se siente vibrar, sí, lo sientes vivo, sin que llegue a molestar en las aceleraciones o a cansar viajando a velocidad constante. Sí es cierto que algún plástico del carenado acusa esa excitación del motor en torno a las cuatro mil o cinco mil rpm, pero de ningún modo se puede decir que este single de cuarto de litro tiemble o trepide.
Detalles
Las calidades de los materiales, en general, junto con el remate y los acabados constituían el punto más criticado en los anteriores modelos de Hyosung. En esta GD 250 R, las calidades que se pueden observar en elementos, como por ejemplo la tornillería, no son de grado extra o supremo, porque parece claro que no es el estatus de precio en el que pretende situare la marca, pero lo cierto es que resultan bastante dignas; lo mismo ocurre con la pintura, las soldaduras y el caso de los conmutadores, botones, puños o manetas.
La colocación del escape es todo un acierto, en previsión sobre todo de las posibles caídas, más frecuentes en parado y a baja velocidad entre principiantes que entre los que no lo son tanto. Y una concesión extra lo constituyen los latiguillos metálicos.
Los intermitentes compuestos con luces ámbar de led se ven de forma llamativa a pleno sol, no digamos ya en plena noche. Representa una garantía de seguridad. Lo mismo ocurre con la luz de alumbrado. Muy buena en ruta con la de cruce, confiada a uno de esos faros de lupa, y con la de carretera encendiendo el doble foco y alumbrando hasta una distancia suficiente para las prestaciones de una dos y medio.
Además, Hyosung incluye como opción en el cátalogo de su GD 250 R un caballete central, un elemento inédito en cualquier deportiva, ya sea grande o pequeña.
Pegas
-El puño de gas tiene un recorrido demasiado largo.
-La pata de cabra tiene su saliente justo bajo la estribera y resulta un poco difícil empujarla para desplegarla.
-Los testigos luminosos que forman fila debajo del display, no se ven, prácticamente, de día..
-El velocímetro es bastante optimista. Llegué a ver 172 km/h en nuestra pista habitual de pruebas, una velocidad sencillamente inverosímil con un tonelaje como el mío encima.
Bien, y después de hacer esta prueba exhaustiva por un motorista de dilatada experiencia en kilómetros, carreras de asfalto y de tierra, y de muchas motos pasadas por sus manos, hemos querido traer a nuestros lectores dos puntos de vista que resultarán mucho más próximos a los interesados y posibles compradores de esta Hyosund GD 250 R. El primero es el de una de nuestras alumnas de la escuela Super7moto.com y el segundo es el de una motorista muy muy principiante. En ambos casos, plantearemos su parte del reportaje en modo pregunta-respuesta, la pregunta de un servidor y la respuesta, lógicamente, de cada una de ellas.
Tomás Pérez
Probadora: Lucía Mallol
Ficha Técnica: 1,53m, 55 kg, 43 años
Nivel: Carné A, varias motos, dos cursos en FK-1 y uno en Jerez
Estaba haciendo su tercer curso de conducción y me dijo que en las tandas libres quería dar una vueltas conmigo para comentar algunos detalles. El caso es que, cuando vio la Hyosung GD 250 R, quedó, como muchos, atrapada por esa estética, tan racing y tan atractiva que luce; y se me ocurrió que sería bueno conocer su punto de vista sobre ella. Le encantó la idea y se encaramó a ella para hacer una tanda, en la que la acompañaría por todo el trazado. Al terminar y quitarse el casco, apareció una brillante sonrisa de satisfacción. Está claro: Se había divertido. Y algunos días después, me respondió a este cuestionario:
1.- ¿Cómo llegas con los pies al suelo, de puntillas, los plantas bien?
Llego al suelo de puntillas. Yo soy “pequeñita” –sonríe.
2.- ¿Te sientes segura sobre ella en parado?
Si, mi sensación es de total seguridad. A pesar de llegar justito al suelo, sujeto bien la moto, ya que no es muy voluminosa y las piernas no van muy separadas, con lo que el ángulo es bueno para sujetarla sin esfuerzo.
3.- ¿Te resulta fácil arrancar suavemente, o se te escapa con facilidad en el primer tirón?
Es una moto muy dócil y noble. Arranca suavemente con facilidad.
4.- Moviéndote con ella muy despacio, a paso de peatón, o de atasco, ¿cómo te sientes?, ¿la manejas bien, o vas un poco en vilo, sintiendo que es la moto quien te lleva o que se te puede caer en cualquier momento?
Me resulta tan cómoda y segura como para poder “guindillear” tranquilamente en un atasco. Hay motos que no me atrevo ni a ponerlas en vertical y menos a subirme en ellas porque me siento muy pequeña a su lado y no me veo capaz ni de sujetarlas.
Esto no me pasa con la Hyosung. Da confianza en el primer vis a vis. Después, al cogerla, es ligera y se deja mover muy bien. Muy cómoda de manejar. Resumiendo, yo llevo la moto, no ella a mi, y en ningún momento tengo sensación de que se me vaya a caer.
5.- A ritmo de crucero, en recta y con la moto vertical, ¿te resulta cómoda la posición? ¿Había alguna parte del cuerpo, como las muñecas, el cuello o los tobillos, que la sintieras forzada?
A pesar de su posición R, no me resulta incómoda. Obviamente es más física que mi moto (Honda CBR 500), que tiene una posición más erguida, pero esto al fin y al cabo es un deporte y esta una moto deportiva. Hay que cansarse un poco, ¿no?
Como he dicho, es más física que otras, pero no genera tensiones como tal en ninguna parte específica del cuerpo.
Al contrario, su posición me hace disfrutar muchísimo de la conducción. Siento que voy abrazada a la moto como un Koala y que la moto se mueve conmigo, que es parte de mí. Es muy divertida.
6.- Al llegar a las curvas, ¿cuesta meterla en el viraje, sientes que tienes que hacer un esfuerzo para girarla, para llevarla donde tú quieres?
¡En absoluto! Esfuerzo, ninguno para girarla. Reacciona muy bien al contra manillar. Un pequeño toque y entra en la curva. Y tumba que es una delicia…y eso que yo solo soy aficionada y tengo mucho que aprender.
7.- El tirón del motor, ¿te ha parecido suave, brusco en algún punto o con algún vacío? Increíblemente suave y sin ningún vacío, incluso llevándola alta de vueltas en segunda y sin tocar freno durante todo el trazado, usando solo el freno motor.
¡Ni un tirón! Me sorprendió la progresividad que tiene tanto al darle y como al quitarle gas.
8.- En la frenada, ¿te sientes segura con la moto dentro de la trayectoria, o tienes la sensación de que deriva un poco hacia el lado del disco de freno?
Segura dentro de la trayectoria. No recuerdo ninguna sensación de derivación.
Estable en la frenada y buena reacción al toque de freno.
9.- ¿Cómo calificas la suavidad general de los mandos: embrague, gas, cambio y también los conmutadores de las luces? Como ya he comentado, me sorprendió gratamente su suavidad al dar y quitar gas manteniendo la moto alta de vueltas en segunda y usando sólo el freno motor.
El cambio de marcha también es cómodo y sin tirones, tanto al reducir como al subir marchas. Los conmutadores de luces no los probé. Lo siento (sólo rodó en pista con la GD 250 R).
10.- Visibilidad a través de los espejos.
Visibilidad buena, no tengo ninguna sensación negativa, aunque al rodar en circuito tampoco se les exige tanto a los retrovisores.
11.- Visibilidad de la información en el display y de los testigos luminosos.
Buena visibilidad del display. Dígitos grandes y cómodos.
12.- Confort de asiento. Primero si es ancho, estrecho y después, si el espumado resulta mullido, duro. La verdad que no me paré a valorarlo expresamente, pero tengo buenas sensaciones, por lo que, obviamente, me resultó cómodo. No es ancho, lo que permite moverse rápido de un lado al otro para descolgarse. Tampoco me resultó duro. En definitiva, cómodo.
¿Te ha gustado la moto en general?
¡Me ha encantado! Ha sido un placer probarla. Es un juguete con el que es muy fácil disfrutar. Estoy esperando a ver si se me pasa el “pique” para no cambiar la mía por otra con posición mas R de verdad, como la Hyosung. Estaba encantada con mi moto hasta esta prueba...espero poder volver a quererla igual que antes…no querría cambiarla…
Probadora: Virginia
Ficha Técnica: 1,60m, 53kg, 34 años.
Nivel: Carné A-2, con una única moto y sólo 6.000 km sobre dos ruedas.
La conocía sólo por referencias y contacté con ella a través de Facebook. Buscaba una persona muy principiante, con talla de moto3 y si fuese mujer, mejor todavía: Con Virginia la encontré.
Al llegar al garaje, la vi subirse muy cauta a la GD 250 R y cuando finalmente la vi sostenerse sobre ella de puntillas, con el justo equilibrio, debo confesar que pensé que estaba pasando por verdaderas dificultades y que desistiría, que la Hyosung se quedaría allí sin hacer esta prueba. Estaba equivocado. Virginia se tomó su tiempo, todo su tiempo y con esa perseverancia y esa determinación que he visto en muchos motoristas, fue tanteando poco a poco la moto en parado, soltando poco a poco el freno, hasta que finalmente inició la marcha para abrirse delante de ella un panorama muchísimo más fácil y llevadero. Luego, cuando nos sentamos a hablar y escuché sus respuestas sopesadas, y con un notable criterio analítico, supe que había encontrado una persona ideal para probar las motos destinadas a los más principiantes, que mostraría un punto de vista fiel y preciso a quienes empiezan y están pensando en comprar cualquier moto apta para el carné A-2.
1.- ¿Cómo llegas con los pies al suelo, de puntillas, los plantas bien?
Bien. A esta pregunta respondo yo mismo, después de verla llegar, como decía, justa, muy justa al suelo.
2.- ¿Te sientes segura sobre ella en parado?
En llano y en subida, me siento muy bien, segura sobre ella; pero en bajada, tengo algunas dificultades; aunque creo que todo sería cuestión de práctica hasta que consiguiera dominarla también cuesta abajo.
3.- ¿Te resulta fácil arrancar suavemente, o se te escapa con facilidad en el primer tirón?
Sí, sale muy fácil, y el acelerador va tan suave que no tienes sensación de acelerar, no ofrece resistencia y se hace un poco difícil regularla; pero no es problema porque no estamos hablando de 100 caballos.
4.- Moviéndote con ella muy despacio, a paso de peatón, o de atasco, ¿cómo te sientes?¿la manejas bien, o vas un poco en vilo, sintiendo que es la moto quien te lleva o que se te puede caer en cualquier momento?
Se domina con mucha facilidad yendo al paso de una persona, y al pararla por completo también. Lo único en lo que siento algo de dificultad es cuando tengo que hacer un giro cerrado muy despacio. Pero, en general, siento que domino la moto, porque además la aceleración es muy suave.
5.- A ritmo de crucero, en recta y con la moto vertical, ¿te resulta cómoda la posición? ¿Había alguna parte del cuerpo, como las muñecas, el cuello o los tobillos, que la sintieras forzada?
Iba cómoda y natural, con el vientre apoyado en el depósito, incluso con los brazos algo flexionados.
6.- Al llegar a las curvas, ¿cuesta meterla en el viraje, sientes que tienes que hacer un esfuerzo para girarla, para llevarla donde tú quieres?
La he encontrado súper fácil de tirar a por la curva. Sientes que no pesa nada y se dirige con precisión.
7.- El tirón del motor, ¿te ha parecido suave, brusco en algún punto o con algún vacío?
Lo he notado muy plano, muy suave y con empuje.
8.- En la frenada, ¿te sientes segura con la moto dentro de la trayectoria, o tienes la sensación de que deriva un poco hacia el lado del disco de freno?
Noto seguridad en el tacto porque muerde muy bien. También la he sentido estable en la frenada. El freno trasero, que no lo uso habitualmente, frena mucho.
9.- ¿Cómo calificas la suavidad general de los mandos: embrague, gas, cambio y también los conmutadores de las luces?
El embrague es muy suave, el cambio también muy suave y preciso, y el gas ya lo comentado. Los pulsadores, el del arranque, el conmutador de los intermitentes resultan muy accesibles.
10.- Visibilidad a través de los espejos.
Bien, en cuanto al campo visual que ofrecen, pero en autovía, vibran algo yendo a unos 100 por hora.
11.- Visibilidad de la información en el display y de los testigos luminosos.
Se ven bastante bien los caracteres del display, y no tanto los testigos luminosos.
12.- Confort de asiento. Primero si es ancho, estrecho y después, si el espumado resulta mullido, duro.
Resulta bastante confortable en cuanto al espacio y también al espumado.
¿Te ha gustado la moto en general?
Como moto deportiva para empezar, está muy bien.