100.000 kilómetros con una Benelli TRK 502
Benelli- Hoy traemos a Super7moto una prueba de gran duración. 100000 kilómetros es una cifra mítica en el mundo del motor, una especie de barrera que antes solo alcanzaban las motos más ruteras, y normalmente con una larga lista de incidencias hasta llegar a ella… Afortunadamente la calidad de las motos ha aumentado mucho, ya no es necesario lucir una marca de prestigio en el depósito de una Gran Turismo. Incluso las motos más populares y económicas son capaces de alcanzarla.
Probador: Enrique Vera
Ficha Técnica: 54 años, 90 kg, 1,83 m
Nivel: Amante y usuario de todo tipo de motos, mientras más raras mejor. Piloto de Vespa offroad. (Varias veces ganador del Vespa Raid Maroc)
La Benelli TRK 502 salió al mercado en 2017 (aquí podéis ver mi prueba) como una moto “multiusos” de ámbito global. En 2020 recibió una ligera actualización, pero básicamente sigue siendo la misma moto que se comercializa hoy día. Desde su lanzamiento se han vendido muchos miles de unidades en todo el mundo, de ellas más de 7000 en España, contando con una numerosa y activa red de seguidores y propietarios en los cinco continentes.
La unidad que hoy traigo con sus orgullosas 6 cifras en su cuentakilómetros es mi moto personal, usada a diario como vehículo para todo, ciudad, carretera, viajes, y también como herramienta profesional en cursos de conducción y rutas. Hace 2 años y medio llegó a 50000 km y escribí su crónica (aquí). La he llevado por todo tipo de terrenos, asfalto y tierra, autopistas y carreteras con baches, circuitos y trialeras… Mi trato ha sido cuidadoso pero exigente, sacando todas las prestaciones que la moto es capaz de dar. En estos 100000 kilómetros, el equivalente a 2,5 vueltas al mundo por el ecuador, realizados en poco más de 4 años y medio, ha estado funcionando más de 1500 horas, sus ruedas han dado 50 millones de vueltas, su cigüeñal ha girado más de 450 millones de veces, y ha consumido 4500 litros de combustible…
Sin ver el cuentakilómetros es difícil sospechar que tiene ese kilometraje. El motor arranca a la primera, ralentiza bien, no tiene ruidos raros, se revoluciona y empuja con fuerza. El tacto de mandos sigue siendo bueno, tal vez un poco más duros acelerador y embrague (aun con cables originales). Los frenos, suspensiones, instrumentos, cerraduras, pulsadores y resto de componentes funcionan igual que nuevos.
En estos 100000 kilómetros ha primado mucho el uso turístico. Cargado hasta arriba y con pasajero, he recorrido España de punta a punta, largos viajes por Europa, dos rutas Transpirenaicas, tres bajadas a Marruecos, y también exigentes rutas offroad por España, Marruecos y Portugal. La confianza en ella a la hora de emprender un largo viaje es total. Arrancar, meter primera y salir a hacer kilómetros. Su relativa sencillez hace que siempre funcione igual, sin sustos ni caprichos. Lo mejor para ir tranquilo y disfrutar de la ruta.
Para los viajes largos con pasajero he añadido dos maletas de aluminio Bagtecs Gobi de 45 litros cada una, muy grandes, aprovechables y robustas, montadas fijas sobre soportes Givi. También he incorporado unos puños calefactables, un nuevo marcador de temperatura exterior y una toma 12v bajo el asiento trasero. Sigo con las defensas y el pedal de freno recortados, y con las estriberas de pasajero del modelo 2020. El resto de la moto sigue 100% de serie.
Solo ha subido a la grúa en dos ocasiones, la primera cuando la batería se cortocircuitó sin previo aviso en mitad de un viaje antes de tercer año de vida, y la segunda con un pinchazo de la rueda trasera, el único en toda la vida de la moto. Ha sufrido 4 caídas, siempre en parado y sin apenas consecuencias. Las defensas han hecho bien su función.
No ha habido que abrir motor ni hacer ninguna reparación en él. Solo se ha cambiado el termostato, las abrazaderas de los manguitos de radiador y un tubo de aire en la inyección. Sigue con el mismo embrague, bomba de agua, bomba de gasolina, sistema de inyección y resto de componentes. No hay síntomas de cansancio en él, tan solo un ligero consumo de aceite, de unos 150 cc cada 1000 kilómetros.
En la parte eléctrica se han tenido que cambiar el relé de luces, 3 bombillas de faro, la toma USB y un cable del sensor ABS trasero. Sigue con los fusibles originales. La programación de su centralita es la de fábrica.
En la parte ciclo se han cambiado los retenes y el aceite de la horquilla delantera, se ha ajustado el rodamiento de la dirección y se ha sustituido el amortiguador trasero dentro de una campaña de la marca. No ha sido necesario cambiar rodamientos de rueda.
La carrocería ha soportado bien el paso del tiempo, los plásticos y asientos siguen con su aspecto original, y la pantalla y el faro mantienen su transparencia. No ha perdido ningún tornillo. La pintura del chasis sigue brillante. No hay marcas de óxido, aunque algunas partes metálicas accesorias (soportes de espejos, araña de carenado, parrilla trasera) tienen un tono mate y apagado. Debe influir que duerme a la intemperie, cubierta con una funda.
Como mantenimiento periódico se han realizado 13 cambios de aceite y filtro de aceite, 4 cambios de filtro de aire, 5 cambios de bujías, 3 kits de transmisión, 5 neumáticos delanteros y 6 traseros, un cambio de cadena y tensor de distribución, un reglaje de válvulas, 2 cambios de pastillas de freno delanteras y uno traseras, y un cambio de líquido de frenos. El servicio técnico oficial es económico y rápido a la hora de suministrar repuestos.
Después de tantos kilómetros encima de mi moto tengo claro sus pros y contras. El punto destacado es su impresión de moto grande, y no solo por su tamaño, sino por las sensaciones a sus mandos. Me sigue sorprendiendo que una 500 tenga el mismo aplomo y estabilidad de una moto que la duplique en cilindrada. La manera de empujar de su motor tiene mucho que ver en esta sensación, con fuerza desde bajas revoluciones, lo que hace olvidar un peso ciertamente elevado. Por supuesto no es una 1200, la intervención del piloto es fundamental para llevar el motor en su “régimen bueno”, cambiando de marcha con frecuencia. La caja de cambios de relación cerrada añade placer a la conducción, con mucha precisión en su accionamiento. La amplitud y comodidad general también brillan a gran altura, con una excelente protección de su carenado. Es económica en su compra, mantenimiento y consumo, oscilando entre 3,7 y 5 litros/100 km según ritmo de conducción.
Como puntos negativos encuentro la presencia de “ruiditos”, roces entre las numerosas piezas de su carenado u otras partes metálicas, hasta que consigues que todo ajuste bien. El desarrollo es un poco corto, lo que mejora la respuesta y la aceleración, pero limita la velocidad efectiva de crucero a unos 130/140 km/h. Es posible alargar el desarrollo, pero se pierde la agradable sensación de potencia, especialmente si circulamos muy cargados o hacemos offroad. Los frenos son potentes pero de tacto esponjoso.
Como conclusión esta moto ha llegado a sus 100000 kilómetros con una excelente salud, y con una lista de averías corta y de escasa importancia. En mí caso, después de probar todo tipo de motos, he de reconocer que esta me da todo lo que necesito. A pesar de que “es solo una 500” tiene capacidad de emocionar, su manera de empujar poco tiene que ver con otras motos de su misma cilindrada. Siempre está dispuesta a emprender un nuevo viaje, ya sea de miles de kilómetros o una corta salida por los alrededores, es austera, económica y apenas se estropea.
Sin duda sería mi moto elegida para dar la vuelta al mundo.
Galería de fotos de de Pilar Lagares (@geroarte11)
